/ domingo 11 de abril de 2021

A Poco De Tomar Decisiones

“La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente” George Bernard Shaw.

La enfermedad y alarmante número de muertes tienen en vilo al mundo entero, Sin justificar, es fácil de comprender, no así otros componentes globales, nacionales y regionales en estado de vaguedad que coloca a la población en indefinición por lo difícil de unificar criterios para saber si vamos o no por el camino correcto. Un entorno de incertidumbre, anormalidades cognitivas que implican información deficiente o de origen desconocido o de falsos y mendaces pseudocientíficos que se multiplican por todos lados.

Perplejidad que proviene de la penuria de conocimientos del receptor de información en artículos o mensajes. Unos bien intencionados, otros con propósitos retorcidos. Insuficiencia de pruebas o razones para afirmar o desmentir algún hecho. Inexactitudes del suceder de cada día y de futurólogos que abundan en las redes sociales.

Muchas dudas son causadas desde los altos mandos. Si bien cualquier gobierno de cualquier país, sea que llegue al poder por la vía democrática o el que asume el mandato por triquiñuelas electorales o el impuesto por la fuerza cruenta o no, tienen la misma meta. Si las hay, combatir lacras o vicios anteriores. Promover la salud y combatir la enfermedad, mejorar la producción agrícola, ganadera e industrial. Proteger y conservar bosques, costas y productos del mar, flora y fauna silvestre. Asimismo, prevenir y luchar contra conductas ilícitas que se han dado desde que se tiene memoria histórica de la humanidad. Y sobre todas las cosas, proteger los primeros elementos que requiere la vida: el aire que respiramos y el agua- Si miramos el planeta desde el espacio, la superficie de agua es abrumadoramente mayoría. En pocas palabras el fin de un gobierno es encausar al país por la ruta del progreso para mejorar la calidad de vida del pueblo.

No es tarea fácil gobernar, un hombre solo jamás podrá hacerlo y si lo hace, está condenado al fracaso. La historia nos ilustra, los grandes monarcas y presidentes han sido los que se han rodeado de los mejores hombres y mujeres que integran un equipo bajo un liderazgo inteligente, justo, imparcial, ecuánime. Un dirigente, hombre o mujer que sabe escuchar a simpatizantes y a opositores, un mandatario con capacidad para reconocer desvíos y errores, al fin que nadie es perfecto en esta vida.

La Roma antigua heredó a la posteridad los principios de gobierno que conjetura la representación de la voluntad popular. En muchos países como en el nuestro, aunque algunos con diferente nombre, son los integrantes de la Cámara de diputados, explícitamente llamada en los Estados Unidos Cámara de representantes. Siendo la función de la Cámara de senadores, entre otras, la de crear y modificar las leyes en colaboración con la Cámara baja.

A abrirse las campañas promotoras del voto a favor de candidatos a diputados, algunos gobernadores y alcaldes municipales, es tiempo de reflexionar quien realmente nos va a representar, no a los que obedecen a la voluntad de un solo hombre como acontece hoy y sucedía en el antiguo y caduco partidazo.

“La democracia sustituye el nombramiento hecho por una minoría corrompida, por la elección hecha merced a una mayoría incompetente” George Bernard Shaw.

La enfermedad y alarmante número de muertes tienen en vilo al mundo entero, Sin justificar, es fácil de comprender, no así otros componentes globales, nacionales y regionales en estado de vaguedad que coloca a la población en indefinición por lo difícil de unificar criterios para saber si vamos o no por el camino correcto. Un entorno de incertidumbre, anormalidades cognitivas que implican información deficiente o de origen desconocido o de falsos y mendaces pseudocientíficos que se multiplican por todos lados.

Perplejidad que proviene de la penuria de conocimientos del receptor de información en artículos o mensajes. Unos bien intencionados, otros con propósitos retorcidos. Insuficiencia de pruebas o razones para afirmar o desmentir algún hecho. Inexactitudes del suceder de cada día y de futurólogos que abundan en las redes sociales.

Muchas dudas son causadas desde los altos mandos. Si bien cualquier gobierno de cualquier país, sea que llegue al poder por la vía democrática o el que asume el mandato por triquiñuelas electorales o el impuesto por la fuerza cruenta o no, tienen la misma meta. Si las hay, combatir lacras o vicios anteriores. Promover la salud y combatir la enfermedad, mejorar la producción agrícola, ganadera e industrial. Proteger y conservar bosques, costas y productos del mar, flora y fauna silvestre. Asimismo, prevenir y luchar contra conductas ilícitas que se han dado desde que se tiene memoria histórica de la humanidad. Y sobre todas las cosas, proteger los primeros elementos que requiere la vida: el aire que respiramos y el agua- Si miramos el planeta desde el espacio, la superficie de agua es abrumadoramente mayoría. En pocas palabras el fin de un gobierno es encausar al país por la ruta del progreso para mejorar la calidad de vida del pueblo.

No es tarea fácil gobernar, un hombre solo jamás podrá hacerlo y si lo hace, está condenado al fracaso. La historia nos ilustra, los grandes monarcas y presidentes han sido los que se han rodeado de los mejores hombres y mujeres que integran un equipo bajo un liderazgo inteligente, justo, imparcial, ecuánime. Un dirigente, hombre o mujer que sabe escuchar a simpatizantes y a opositores, un mandatario con capacidad para reconocer desvíos y errores, al fin que nadie es perfecto en esta vida.

La Roma antigua heredó a la posteridad los principios de gobierno que conjetura la representación de la voluntad popular. En muchos países como en el nuestro, aunque algunos con diferente nombre, son los integrantes de la Cámara de diputados, explícitamente llamada en los Estados Unidos Cámara de representantes. Siendo la función de la Cámara de senadores, entre otras, la de crear y modificar las leyes en colaboración con la Cámara baja.

A abrirse las campañas promotoras del voto a favor de candidatos a diputados, algunos gobernadores y alcaldes municipales, es tiempo de reflexionar quien realmente nos va a representar, no a los que obedecen a la voluntad de un solo hombre como acontece hoy y sucedía en el antiguo y caduco partidazo.