/ martes 23 de abril de 2019

Aciertos o barbaridades

Hablar de seguridad a estas alturas de la vida, es como pensar en algo imposible porque, pese a que la humanidad ha evolucionado y avanzado en todos los campos de la ciencia y la tecnología, no ha sido posible garantizar la libre convivencia para su desarrollo como persona sin violencia urbana, con atinadas políticas públicas, seguridad pública garantizada, por medio de efectivos sistemas prevención y control, lo más importante participación ciudadana.

En este comentario de hoy, procuraré analizar las distintas acciones dirigidas a controlar la violencia y a disminuir la inseguridad que tanto no agobia. Estos enfoques suelen considerarse como posiciones opuestas, dado que, para solucionar el crimen violento, la primera busca la solución en más policías y prisiones y la segunda, en el combate a la pobreza. Una de las conclusiones del artículo es el considerar que la mejor solución para combatir el delito y la violencia en los centros urbanos sea a través de una real participación por parte de los miembros de la sociedad para la elaboración de los planes y programas de seguridad, así como determinar prioridades de acción de manera conjunta con el gobierno.

Si bien es cierto que la violencia no es necesariamente una característica propia de las grandes ciudades, es evidente que, de una u otra forma, está presente en todas ellas. De hecho, los habitantes de los grandes centros urbanos han aprendido a vivir con o de esta violencia, tal es el caso de encontrarnos con colonias y centros urbanos totalmente enrejados donde para salir y entrar a tu propia casa requieres de un salvoconducto emitido por una “compañía de seguridad privada” que a la fecha ha merecido mayor credibilidad que a la vigilancia que brinda el estado.

Sin embargo, el hecho de haberse hecho una costumbre no significa que el problema se haya resuelto. Al contrario, cuanta más violencia existe en las ciudades, menos adecuados resultan los instrumentos diseñados para hacer frente a esta dinámica negativa. En la actualidad se suele evitar el problema responsabilizando a algunas personas violentas del evidente fallo global de las relaciones sociales. Las políticas implementadas por parte del Estado hasta el momento no son las adecuadas, ya que han sido elaboradas sin que las principales víctimas hayan participado de forma activa en esta fase primordial.

Es obvio que nos encontramos en un callejón sin salida. El desasosiego ha llevado a muchos grupos de habitantes a responsabilizarse de su propia seguridad, aun a riesgo de involucrar a la comunidad en un mayor conflicto. “Seguridad privada y enrejado de las calles y colonias”

Así pues, el intento generalizado por parte del Estado de plantearse la cuestión de resolver la violencia urbana desde un punto de vista policiaco ha fracasado, generando más violencia y más víctimas.

¿Y que se está haciendo? Los asuntos que componen la agenda de un gobierno en turno son considerados problemas públicos. Son problemas muy complejos, de gran escala, interdependientes, conflictivos y al parecer irresolubles, y la sociedad considera que la única manera de tratarlos es por medio de la acción del Estado. Desde este punto de vista, las políticas públicas son el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para encontrar la solución.

El desarrollo social, económico, político, científico y tecnológico que se ha venido dando a lo largo del tiempo, ha traído, entre otras cosas, una serie de secuelas sociales negativas, dentro de las cuales destacan la violencia, la delincuencia, la prostitución, la vida en las calles, el desempleo, la marginación, etcétera. Toda la problemática anterior que se presenta en las ciudades grandes como en las medianas del país, requiere soluciones que sólo pueden ser brindadas con el apoyo del Estado. Sin embargo, este, al parecer todo lo que implementa confunde más a la sociedad dando la impresión de que no sabemos si es para protegerla o para amenazarla por el comportamiento que estos organismos de seguridad publica a implementado tal es el caso que a la fecha tenemos como policías a los de la Marina, el Ejercito, la Policía Federal, la estatal, los municipales, los grupos de policía privada y la muy sonada en conformación, LA GUARDIA NACIONAL. Y aun así que le cuento, que en esta ciudad de Celaya un comando, arraso en una comandancia y se llevo y mato a dos personas. ¿Tendremos garantía en todos estos organismos de seguridad?

Basta de gastos en mayor número de policías y armamentos, requerimos solamente vernosgobernantes, así como gobernados, como seres humanos capaces de reconocer el bien y el mal. Porque finalmente hay que recordar que independientemente de los cargos que ostentes en esta vida, no eres más que un ser humano con derechos y obligaciones.

Losciudadanos esperan de parte del gobierno acciones que ofrezcan comunidades másseguras. ¿Acierto o Barbaridad?

Hablar de seguridad a estas alturas de la vida, es como pensar en algo imposible porque, pese a que la humanidad ha evolucionado y avanzado en todos los campos de la ciencia y la tecnología, no ha sido posible garantizar la libre convivencia para su desarrollo como persona sin violencia urbana, con atinadas políticas públicas, seguridad pública garantizada, por medio de efectivos sistemas prevención y control, lo más importante participación ciudadana.

En este comentario de hoy, procuraré analizar las distintas acciones dirigidas a controlar la violencia y a disminuir la inseguridad que tanto no agobia. Estos enfoques suelen considerarse como posiciones opuestas, dado que, para solucionar el crimen violento, la primera busca la solución en más policías y prisiones y la segunda, en el combate a la pobreza. Una de las conclusiones del artículo es el considerar que la mejor solución para combatir el delito y la violencia en los centros urbanos sea a través de una real participación por parte de los miembros de la sociedad para la elaboración de los planes y programas de seguridad, así como determinar prioridades de acción de manera conjunta con el gobierno.

Si bien es cierto que la violencia no es necesariamente una característica propia de las grandes ciudades, es evidente que, de una u otra forma, está presente en todas ellas. De hecho, los habitantes de los grandes centros urbanos han aprendido a vivir con o de esta violencia, tal es el caso de encontrarnos con colonias y centros urbanos totalmente enrejados donde para salir y entrar a tu propia casa requieres de un salvoconducto emitido por una “compañía de seguridad privada” que a la fecha ha merecido mayor credibilidad que a la vigilancia que brinda el estado.

Sin embargo, el hecho de haberse hecho una costumbre no significa que el problema se haya resuelto. Al contrario, cuanta más violencia existe en las ciudades, menos adecuados resultan los instrumentos diseñados para hacer frente a esta dinámica negativa. En la actualidad se suele evitar el problema responsabilizando a algunas personas violentas del evidente fallo global de las relaciones sociales. Las políticas implementadas por parte del Estado hasta el momento no son las adecuadas, ya que han sido elaboradas sin que las principales víctimas hayan participado de forma activa en esta fase primordial.

Es obvio que nos encontramos en un callejón sin salida. El desasosiego ha llevado a muchos grupos de habitantes a responsabilizarse de su propia seguridad, aun a riesgo de involucrar a la comunidad en un mayor conflicto. “Seguridad privada y enrejado de las calles y colonias”

Así pues, el intento generalizado por parte del Estado de plantearse la cuestión de resolver la violencia urbana desde un punto de vista policiaco ha fracasado, generando más violencia y más víctimas.

¿Y que se está haciendo? Los asuntos que componen la agenda de un gobierno en turno son considerados problemas públicos. Son problemas muy complejos, de gran escala, interdependientes, conflictivos y al parecer irresolubles, y la sociedad considera que la única manera de tratarlos es por medio de la acción del Estado. Desde este punto de vista, las políticas públicas son el conjunto de objetivos, decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para encontrar la solución.

El desarrollo social, económico, político, científico y tecnológico que se ha venido dando a lo largo del tiempo, ha traído, entre otras cosas, una serie de secuelas sociales negativas, dentro de las cuales destacan la violencia, la delincuencia, la prostitución, la vida en las calles, el desempleo, la marginación, etcétera. Toda la problemática anterior que se presenta en las ciudades grandes como en las medianas del país, requiere soluciones que sólo pueden ser brindadas con el apoyo del Estado. Sin embargo, este, al parecer todo lo que implementa confunde más a la sociedad dando la impresión de que no sabemos si es para protegerla o para amenazarla por el comportamiento que estos organismos de seguridad publica a implementado tal es el caso que a la fecha tenemos como policías a los de la Marina, el Ejercito, la Policía Federal, la estatal, los municipales, los grupos de policía privada y la muy sonada en conformación, LA GUARDIA NACIONAL. Y aun así que le cuento, que en esta ciudad de Celaya un comando, arraso en una comandancia y se llevo y mato a dos personas. ¿Tendremos garantía en todos estos organismos de seguridad?

Basta de gastos en mayor número de policías y armamentos, requerimos solamente vernosgobernantes, así como gobernados, como seres humanos capaces de reconocer el bien y el mal. Porque finalmente hay que recordar que independientemente de los cargos que ostentes en esta vida, no eres más que un ser humano con derechos y obligaciones.

Losciudadanos esperan de parte del gobierno acciones que ofrezcan comunidades másseguras. ¿Acierto o Barbaridad?