Si bien en la actualidad hay más conciencia al respecto, es un tema que sigue sucediendo y aunque siempre ha existido, cada día se ha vuelto más común. Sabemos que es una preocupación constante de los gobiernos y empresas, no obstante, es necesario seguir haciendo esfuerzos para garantizar un ambiente laboral sano con “cero tolerancia”, siendo este un problema de interés social. Sin olvidar que actualmente las empresas ya tienen la obligación de implementar un protocolo para atender los casos que pudiesen presentarse en tal materia.
El hostigamiento o acoso laboral lo padecen tanto hombres como mujeres, siendo estas últimas en mayor porcentaje víctimas de este hecho. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) 26,380 personas dejaron su trabajo por motivos de acoso o discriminación. De las cuales, 16,903 son mujeres (64%) y 9,477 son hombres (36%).
Para entender el hostigamiento y acoso sexual cito la definición conforme a la Ley Federal del Trabajo LFT: Hostigamiento, el ejercicio del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral, que se expresa en conductas verbales, físicas o ambas; Acoso sexual, una forma de violencia en la que, si bien no existe la subordinación, hay un ejercicio abusivo del poder que conlleva a un estado de indefensión y de riesgo para la víctima, independientemente de que se realice en uno o varios eventos.
Como ya he mencionado el hostigamiento y acoso sexual se encuentra regulado en nuestra legislación. México en los últimos años ha avanzado en normas para evitar el acoso con la reforma laboral a ley antes mencionada, obligando a las empresas a contar un protocolo al respecto, la Secretaría de la Función Pública (SFP) recientemente actualizó el suyo y la Norma O35 es otra herramienta que permite tener una mejor regulación.
El contar con un programa de prevención, canales de denuncia e implementar protocolos adecuados contra el acoso laboral es una actividad prioritaria para las empresas con la finalidad de prevenir, atender y erradicar la violencia, lo que les permitirá reaccionar a tiempo a este tipo de agresiones, siendo este la herramienta más eficaz para poder reducir esta constante situación. Asimismo, el costo de no implementar protocolos en contra del acoso y agresiones similares, puede alcanzar multas más elevadas que la inversión en un programa de prevención.
En el marco de acoso y hostigamiento laboral, hoy contamos con normas que ayudan a generar condiciones de mayor respeto y colaboración entre las personas que conforman las plantillas laborales, sin embargo, lo interesante será que nuestras autoridades también hagan lo correspondiente. Conforme a la nueva justicia laboral el caso de hostigamiento y acoso laboral son casos que estarán exentos de la conciliación, es decir, si el trabajador así lo desea podrá acudir directamente a un tribunal para iniciar un juicio sin tener la etapa de conciliación, proceso que deberá tener solución en máximo seis meses. Labor ardua de lograr por los problemas de organización a los que se están enfrentando los nuevos Centros de Conciliación y Tribunales Laborales, mismo que en Celaya inició labores el pasado 3 de noviembre; habrá que esperar su desarrollo en los próximos meses.
Para erradicar el acoso laboral debemos de realizar esfuerzos de forma conjunta, el sector empresarial, gobierno y sociedad, construyendo una cultura direccionada al bienestar físico, social y psicológico de todos, buscando siempre organizaciones saludables y por consiguiente una sociedad más sana.
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