/ domingo 17 de julio de 2022

AMLO En La Casa Blanca

“Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierras y herramientas para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecia y se les humilla.” Librado Rivera.

Vestir bien, vestir correctamente no necesariamente refleja la personalidad de una persona, con frecuencia suele ser la fachada de un interior negativo, un sepulcro blanqueado que oculta la realidad, una pretensión de engañar con objeto de obtener alguna ventaja.

Nuestro presidente es de buen vestir, se presenta correctamente lo mismo en las mañaneras que en reuniones protocolarias. Si bien la imagen personal empieza en el descubrirse así mismo, hay algo de igual valor que revela el tipo de persona que es o el estado de ánimo del momento. Más dice la expresión del rostro, gestos o el porte que el atuendo.

Las imágenes del presidente López en la entrevista con su homólogo estadounidense trajeron a mi memoria un episodio de El ingenioso hidalgo don Quijote de la mancha.

“Después de mirarlo un rato a la luz de aquella hacha que lleva aquel malandante, y verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura, de poco acá, que jamás he visto; y débelo de haber causado, o ya el cansancio de este combate, o la falta de…” Así describe Sancho a don Quijote cuando le endilgó el mote “El caballero de la triste figura” en una peripecia después de mirarlo fatigado.

Las fotografías de los presidentes Biden y López en la Casa Blanca sugieren el tenor de la entrevista. La cara de AMLO no es la de las mañaneras, parecía triste y cansado. Los rivales y anti-amlo la interpretan como que estaba sometido a la voluntad del presidente norteamericano. Creo que a D. Andrés le faltó asesoría para mostrarse con mejor proyección, a no parecer menos que a Mr. Biden que se vio aburrido después de largos minutos del soporífero discurso del presidente mexicano.

La esencia está en el contenido del discurso bastante glosado por analistas y la prensa mexicana. Encuentro que los diarios y la TV norteamericana ignoraron, lo más que le fue concedido consistió en escasos renglones escondidos en el interior algunas publicaciones.

AMLO llevó algo así como una carta de peticiones a santa Claus precedida de antecedentes históricos de los Estados Unidos y de la situación económica y laboral del país más poderoso del orbe. Pretendió enseñarle a Biden problemas inherentes a los Estados Unidos que solo incumben a ellos, además de cómo resolverlos, tal como decir “solo la migración de fuerza laboral joven (de México) permitirá que sus problemas de pensiones tengan los recursos para mantener...” y otros “consejos” por el estilo. En lenguaje expresivo y coloquial AMLO fue a enseñarle el Padre nuestro al señor cura.

Se entiende que nuestro presidente intentó convencer, mejor dicho, fue a pedir, que se otorguen visas de trabajo a mexicanos y de pilón a centroamericanos. Pues como no, sin el envío de millones de dólares de nuestros esforzados trabajadores en Gringolandia son significativo pilar de la estabilidad monetaria de nuestro país. Lo que ni por asomo mencionó D. Andrés fue la causa de la emigración de compatriotas allende el Bravo: la pobreza, el hambre, la necesidad de dar a sus familias calidad de vivir que su propia patria no les ha podido proveer.

flokay33@gmail.com

“Si fuera la patria como una madre cariñosa que da abrigo y sustento a sus hijos, si se les diera tierras y herramientas para sembrar, nadie abandonaría su patria para ir a mendigar el pan a otros países en donde se les desprecia y se les humilla.” Librado Rivera.

Vestir bien, vestir correctamente no necesariamente refleja la personalidad de una persona, con frecuencia suele ser la fachada de un interior negativo, un sepulcro blanqueado que oculta la realidad, una pretensión de engañar con objeto de obtener alguna ventaja.

Nuestro presidente es de buen vestir, se presenta correctamente lo mismo en las mañaneras que en reuniones protocolarias. Si bien la imagen personal empieza en el descubrirse así mismo, hay algo de igual valor que revela el tipo de persona que es o el estado de ánimo del momento. Más dice la expresión del rostro, gestos o el porte que el atuendo.

Las imágenes del presidente López en la entrevista con su homólogo estadounidense trajeron a mi memoria un episodio de El ingenioso hidalgo don Quijote de la mancha.

“Después de mirarlo un rato a la luz de aquella hacha que lleva aquel malandante, y verdaderamente tiene vuestra merced la más mala figura, de poco acá, que jamás he visto; y débelo de haber causado, o ya el cansancio de este combate, o la falta de…” Así describe Sancho a don Quijote cuando le endilgó el mote “El caballero de la triste figura” en una peripecia después de mirarlo fatigado.

Las fotografías de los presidentes Biden y López en la Casa Blanca sugieren el tenor de la entrevista. La cara de AMLO no es la de las mañaneras, parecía triste y cansado. Los rivales y anti-amlo la interpretan como que estaba sometido a la voluntad del presidente norteamericano. Creo que a D. Andrés le faltó asesoría para mostrarse con mejor proyección, a no parecer menos que a Mr. Biden que se vio aburrido después de largos minutos del soporífero discurso del presidente mexicano.

La esencia está en el contenido del discurso bastante glosado por analistas y la prensa mexicana. Encuentro que los diarios y la TV norteamericana ignoraron, lo más que le fue concedido consistió en escasos renglones escondidos en el interior algunas publicaciones.

AMLO llevó algo así como una carta de peticiones a santa Claus precedida de antecedentes históricos de los Estados Unidos y de la situación económica y laboral del país más poderoso del orbe. Pretendió enseñarle a Biden problemas inherentes a los Estados Unidos que solo incumben a ellos, además de cómo resolverlos, tal como decir “solo la migración de fuerza laboral joven (de México) permitirá que sus problemas de pensiones tengan los recursos para mantener...” y otros “consejos” por el estilo. En lenguaje expresivo y coloquial AMLO fue a enseñarle el Padre nuestro al señor cura.

Se entiende que nuestro presidente intentó convencer, mejor dicho, fue a pedir, que se otorguen visas de trabajo a mexicanos y de pilón a centroamericanos. Pues como no, sin el envío de millones de dólares de nuestros esforzados trabajadores en Gringolandia son significativo pilar de la estabilidad monetaria de nuestro país. Lo que ni por asomo mencionó D. Andrés fue la causa de la emigración de compatriotas allende el Bravo: la pobreza, el hambre, la necesidad de dar a sus familias calidad de vivir que su propia patria no les ha podido proveer.

flokay33@gmail.com