/ lunes 26 de noviembre de 2018

Bienvenidos a Guanajuato

Hay lugares cuyas autoridades políticas se quejan por la gran cantidad de turistas que recibe anualmente el territorio que gobiernan pues, señalan, contaminan su ecosistema y entorpecen el adecuado uso de vialidades; tal es el caso de la autoridad de Ámsterdam, Holanda, en donde ya se piensa reubicar la zona roja de las vitrinas para cuidar los riachuelos que por ahí corren y los callejones que los andantes ensucian, pacíficamente, pero ensucian. Cabe señalar que el descontento con el turismo en Holanda, de ninguna manera deriva de la poca derrama económica que deja el visitante.

Viajar es una de las mejores formas para aprender y, dice Perogrullo que mientras más aprendes, menos ignorante eres. Además, dice la sabiduría de Don Quijote de la Mancha que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. El destino dependerá de gustos, afinidades, intereses y presupuesto, éste último si bien importante, no determinante.

Afortunadamente he tenido la posibilidad de viajar a algunas partes del mundo con poco -y, en muchas ocasiones, con poquísimo- presupuesto y los lugareños me reciben y saludan, en general, con gestos de amabilidad sobresalientes, más aún cuando se enteran de mi nacionalidad mexicana.

Otro de los factores que definen el destino del viajero son las restricciones que le impone la autoridad del lugar a visitar o el recibimiento que le dan los locales del mismo. El viajero, ciertamente, acudirá al destino de su preferencia, aún y cuando no sea bienvenido, o perciba un ambiente adverso u hostil, pues pesa más su interés en conocer, aprender, asimilar, cultivarse, crecer, que las malas caras que vea.

Discriminar por la cantidad de dinero que gastarás en un destino turístico transgrede derechos humanos.

Soy vecino de la capital estatal. Guanajuato es histórico, cultural, arquitectónicamente diferente y único en México, por lo que no solamente es recomendable, sino trascendente que sea visitado: conocer la Alhóndiga de Granaditas, lugar tomado por los insurgentes que definió el rumbo de la Independencia de la Nueva España; dar un beso en el Callejón del Beso; visitar el Mercado Hidalgo; caminar y perderse por sus callejones y callejuelas; admirar la Escalinata de la Universidad de Guanajuato, acudir a algún evento cultural del Festival Internacional Cervantino, único en habla hispana, y un largo etcétera.

Bienvenidos sean a Guanajuato. El exhorto de comportarse y cuidar la Ciudad Patrimonio de la Humanidad es para todos, no solo para los turistas (ricos o pobres), también para quienes ahí nacieron o ahí se avecindaron.

Los visitantes, sin embargo, deberán tener paciencia, pues a Guanajuato capital le urge una estrategia integral en materia de turismo (como la que tiene Toledo o Londres); preservar callejuelas y callejones, tanto de su desgaste, como erradicar de ellos la inseguridad y los asaltos; cuidar el desarrollo urbano y cuidar el ambiente prohibiendo construcciones sobre la Carretera Panorámica y, en su caso, demolerlas; una estrategia integral de movilidad y de transporte público de calidad, que incluye estacionamiento afuera del centro histórico, para que lo descongestione.

En cuanto lo anterior esté listo, Guanajuato capital, sin duda, se convertirá en el mejor lugar no solo para visitar, sino para vivir; asistirá la gente, los turistas vendrán y se irán contentos, más cultos y con más conocimientos, no se dañará el ambiente y la autoridad quedará satisfecha de poner el Patrimonio Cultural de la Humanidad al servicio del pueblo a quien se debe.


Hay lugares cuyas autoridades políticas se quejan por la gran cantidad de turistas que recibe anualmente el territorio que gobiernan pues, señalan, contaminan su ecosistema y entorpecen el adecuado uso de vialidades; tal es el caso de la autoridad de Ámsterdam, Holanda, en donde ya se piensa reubicar la zona roja de las vitrinas para cuidar los riachuelos que por ahí corren y los callejones que los andantes ensucian, pacíficamente, pero ensucian. Cabe señalar que el descontento con el turismo en Holanda, de ninguna manera deriva de la poca derrama económica que deja el visitante.

Viajar es una de las mejores formas para aprender y, dice Perogrullo que mientras más aprendes, menos ignorante eres. Además, dice la sabiduría de Don Quijote de la Mancha que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho. El destino dependerá de gustos, afinidades, intereses y presupuesto, éste último si bien importante, no determinante.

Afortunadamente he tenido la posibilidad de viajar a algunas partes del mundo con poco -y, en muchas ocasiones, con poquísimo- presupuesto y los lugareños me reciben y saludan, en general, con gestos de amabilidad sobresalientes, más aún cuando se enteran de mi nacionalidad mexicana.

Otro de los factores que definen el destino del viajero son las restricciones que le impone la autoridad del lugar a visitar o el recibimiento que le dan los locales del mismo. El viajero, ciertamente, acudirá al destino de su preferencia, aún y cuando no sea bienvenido, o perciba un ambiente adverso u hostil, pues pesa más su interés en conocer, aprender, asimilar, cultivarse, crecer, que las malas caras que vea.

Discriminar por la cantidad de dinero que gastarás en un destino turístico transgrede derechos humanos.

Soy vecino de la capital estatal. Guanajuato es histórico, cultural, arquitectónicamente diferente y único en México, por lo que no solamente es recomendable, sino trascendente que sea visitado: conocer la Alhóndiga de Granaditas, lugar tomado por los insurgentes que definió el rumbo de la Independencia de la Nueva España; dar un beso en el Callejón del Beso; visitar el Mercado Hidalgo; caminar y perderse por sus callejones y callejuelas; admirar la Escalinata de la Universidad de Guanajuato, acudir a algún evento cultural del Festival Internacional Cervantino, único en habla hispana, y un largo etcétera.

Bienvenidos sean a Guanajuato. El exhorto de comportarse y cuidar la Ciudad Patrimonio de la Humanidad es para todos, no solo para los turistas (ricos o pobres), también para quienes ahí nacieron o ahí se avecindaron.

Los visitantes, sin embargo, deberán tener paciencia, pues a Guanajuato capital le urge una estrategia integral en materia de turismo (como la que tiene Toledo o Londres); preservar callejuelas y callejones, tanto de su desgaste, como erradicar de ellos la inseguridad y los asaltos; cuidar el desarrollo urbano y cuidar el ambiente prohibiendo construcciones sobre la Carretera Panorámica y, en su caso, demolerlas; una estrategia integral de movilidad y de transporte público de calidad, que incluye estacionamiento afuera del centro histórico, para que lo descongestione.

En cuanto lo anterior esté listo, Guanajuato capital, sin duda, se convertirá en el mejor lugar no solo para visitar, sino para vivir; asistirá la gente, los turistas vendrán y se irán contentos, más cultos y con más conocimientos, no se dañará el ambiente y la autoridad quedará satisfecha de poner el Patrimonio Cultural de la Humanidad al servicio del pueblo a quien se debe.