/ sábado 15 de mayo de 2021

Campo Minado

Así se ve la ciudad en estos días, y no por la ola de inseguridad con la que vivimos en los últimos años, sino por la cantidad de hoyos, calles en construcción y baches que encontramos en todo el centro de nuestro municipio que hace casi imposible llegar a él. Si bien es indiscutible que Celaya necesita mantenimiento, luminarias, limpieza, etc.; sería interesante entender si las obras que se están llevando a cabo son de primera necesidad en una ciudad que tiene tantas carencias en ese sentido o si solo se trata de despilfarrar un presupuesto no invertido en los últimos tres años ante el fin de la administración. Aun cuando es claro que se debe invertir en conservar la infraestructura municipal que permita un mejor nivel de vida para la sociedad, también es cierto que es indispensable sea de calidad, ya que estamos llenos de baches, topes, hoyos y todo tipo de obras mal planeadas y ejecutadas, resultando así que cada administración “tenga” que volver a realizar los trabajos de forma continua y lo volviéndolo hacer de manera deficiente.

Cabe mencionar que las empresas contratadas por el municipio y sus diferentes organismos están obligados moralmente a realizar las reparaciones en vía publica cuando menos de la manera en la que se encontraban anteriormente y no solo con parches temporales, que causan un deterioro en el parque vehicular y peor aún, pudiendo causar accidentes. A demás, no hay que olvidar que las empresas constructoras contratadas, deben de avalar que dichas obras se efectúen de manera adecuada, garantizando la calidad en los materiales utilizados y así como su durabilidad, por lo que habría que solicitar al municipio que haga efectivas las fianzas otorgadas por las constructoras, conforme a la Ley de Obra Pública y Servicios relacionados con la misma para el Estado y los Municipios de Guanajuato. Misma que establece que están obligadas a garantizar que se lleven a cabo de acuerdo a las especificaciones de la obra o servicio, “es decir”, si se abren zanjas para poner tubería un poco más ancha, “que la administración anterior”, al menos cerrar dichas perforaciones de manera eficiente.

Pagamos nuestros impuestos y merecemos vivir de manera digna, por lo que al gobierno le toca la tarea de realizar las mejor tarea para la aplicación de esos impuestos y por tanto exigir a las constructoras y diferentes autoridades que se han encargado de estas “rehabilitaciones” las cuales deben ser empresas e instituciones públicas con conocimientos técnicos, teóricos y metodológicos, que garanticen un desempeño eficiente y eficaz para realizar una planeación y entrega adecuada de estas obras que llevan ya meses, y no se ve, que para el término de esta administración puedan finalizarlas, lo que ha afectado a los comercios que ya de por si han tenido un año muy complejo con la inseguridad, la pandemia y quienes deben volver a replantearse si pueden seguir sosteniendo sus finanzas y poder seguir dando trabajo a sus empleados.

Hago hincapié en la planeación ya que aún cuando es importante el embellecimiento de la ciudad, lo es más que la ciudad cuente con una movilidad adecuada de acuerdo a su tamaño y afluencia vehicular y peatonal. Nos encontramos con trabajos en calles como Benito Juárez hacia Pípila, con una gran afluencia en la que se pretenden dejar un solo carril. Y yo me pregunto si en realidad tenemos la educación vial como particulares y empresas para hacer frente a la inmensidad de situaciones que se pueden presentar en calles céntricas de un solo carril.

Habrá que evaluar detenidamente y planear las obras que se realizan en la ciudad, dejar de gastar para embellecer a las administraciones, asegurar que los trabajos se realicen con la calidad y durabilidad necesarias, así como estudiar la prioridad de los proyectos, siendo que las obras en cuestión han causado un gasto de un aproximado de 44 millones de pesos, mismos que sin duda, deberían ser invertidos en la seguridad de nuestra ciudad que tanto lo requiere. Hay mucho por hacer, mucho que planear y lo más importante, lo que se hace, hacerlo bien, exigir a las empresas y autoridades involucradas que cumplan con la entrega de obras de primer mundo, pero lo más importante que nos proporcionen lo que merecemos.

Facebook: Lily Arredondo

Así se ve la ciudad en estos días, y no por la ola de inseguridad con la que vivimos en los últimos años, sino por la cantidad de hoyos, calles en construcción y baches que encontramos en todo el centro de nuestro municipio que hace casi imposible llegar a él. Si bien es indiscutible que Celaya necesita mantenimiento, luminarias, limpieza, etc.; sería interesante entender si las obras que se están llevando a cabo son de primera necesidad en una ciudad que tiene tantas carencias en ese sentido o si solo se trata de despilfarrar un presupuesto no invertido en los últimos tres años ante el fin de la administración. Aun cuando es claro que se debe invertir en conservar la infraestructura municipal que permita un mejor nivel de vida para la sociedad, también es cierto que es indispensable sea de calidad, ya que estamos llenos de baches, topes, hoyos y todo tipo de obras mal planeadas y ejecutadas, resultando así que cada administración “tenga” que volver a realizar los trabajos de forma continua y lo volviéndolo hacer de manera deficiente.

Cabe mencionar que las empresas contratadas por el municipio y sus diferentes organismos están obligados moralmente a realizar las reparaciones en vía publica cuando menos de la manera en la que se encontraban anteriormente y no solo con parches temporales, que causan un deterioro en el parque vehicular y peor aún, pudiendo causar accidentes. A demás, no hay que olvidar que las empresas constructoras contratadas, deben de avalar que dichas obras se efectúen de manera adecuada, garantizando la calidad en los materiales utilizados y así como su durabilidad, por lo que habría que solicitar al municipio que haga efectivas las fianzas otorgadas por las constructoras, conforme a la Ley de Obra Pública y Servicios relacionados con la misma para el Estado y los Municipios de Guanajuato. Misma que establece que están obligadas a garantizar que se lleven a cabo de acuerdo a las especificaciones de la obra o servicio, “es decir”, si se abren zanjas para poner tubería un poco más ancha, “que la administración anterior”, al menos cerrar dichas perforaciones de manera eficiente.

Pagamos nuestros impuestos y merecemos vivir de manera digna, por lo que al gobierno le toca la tarea de realizar las mejor tarea para la aplicación de esos impuestos y por tanto exigir a las constructoras y diferentes autoridades que se han encargado de estas “rehabilitaciones” las cuales deben ser empresas e instituciones públicas con conocimientos técnicos, teóricos y metodológicos, que garanticen un desempeño eficiente y eficaz para realizar una planeación y entrega adecuada de estas obras que llevan ya meses, y no se ve, que para el término de esta administración puedan finalizarlas, lo que ha afectado a los comercios que ya de por si han tenido un año muy complejo con la inseguridad, la pandemia y quienes deben volver a replantearse si pueden seguir sosteniendo sus finanzas y poder seguir dando trabajo a sus empleados.

Hago hincapié en la planeación ya que aún cuando es importante el embellecimiento de la ciudad, lo es más que la ciudad cuente con una movilidad adecuada de acuerdo a su tamaño y afluencia vehicular y peatonal. Nos encontramos con trabajos en calles como Benito Juárez hacia Pípila, con una gran afluencia en la que se pretenden dejar un solo carril. Y yo me pregunto si en realidad tenemos la educación vial como particulares y empresas para hacer frente a la inmensidad de situaciones que se pueden presentar en calles céntricas de un solo carril.

Habrá que evaluar detenidamente y planear las obras que se realizan en la ciudad, dejar de gastar para embellecer a las administraciones, asegurar que los trabajos se realicen con la calidad y durabilidad necesarias, así como estudiar la prioridad de los proyectos, siendo que las obras en cuestión han causado un gasto de un aproximado de 44 millones de pesos, mismos que sin duda, deberían ser invertidos en la seguridad de nuestra ciudad que tanto lo requiere. Hay mucho por hacer, mucho que planear y lo más importante, lo que se hace, hacerlo bien, exigir a las empresas y autoridades involucradas que cumplan con la entrega de obras de primer mundo, pero lo más importante que nos proporcionen lo que merecemos.

Facebook: Lily Arredondo