Las grandes gestas inician siempre con un primer paso. Así como hace años marché en Washington para exigirle al entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, una reforma migratoria, la semana pasada latinos recorrieron las calles de la capital estadounidense en compañía de miles de migrantes mexicanos y de otras nacionalidades. Esta vez fue desde el parque Franklin hasta el parque Lafayette, frente a la Casa Blanca, para exigir empleo legal y visas para los indocumentados. En esta manifestación se unieron más de 24 organizaciones, como la Federación Hispana, PoderLatinux y la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC). Con tambores, banderas y, sobre todo, con un ánimo a flor de piel, miles de personas marcharon con la finalidad de hacer frente a la pasividad que han tenido los últimos gobiernos de la Unión Americana con la causa migrante. Entre las múltiples arengas, alcancé a escuchar a nuestros paisanos que cantaban de manera contagiosa el famoso “¡Canta y no llores!”. Quizás sea momento de entonarnos y, así como lo hicieron en esta marcha en Washington, cantemos de alegría y con nuestros votos en el 2024 para corregir juntos el rumbo de México.
Estas muestras de unión que vimos la semana pasada son el contrapeso de los migrantes ante la insistencia del gobierno estadounidense en turno de no concretar nada para favorecer a quienes, por décadas, han sido el motor de la economía más poderosa del mundo. Por el contrario, tal indiferencia de Obama, Trump y ahora de Biden se robustece con iniciativas que buscan complicar aún más la vida de los migrantes. Por ejemplo, a finales de octubre, la Casa Blanca informó la solicitud que hizo al Congreso para lograr un paquete urgente por 100 mil millones de dólares para ayudar a Israel y Ucrania. Lo “curioso”, dicen los expertos, es que de estos recursos se pretenden usar 14 mil millones para reforzar a los agentes fronterizos, aumentar la capacidad de arresto de indocumentados, acelerar deportaciones, así como apresurar los procesos de la Corte de Inmigración.
Pero esto no es todo. Las propuestas que han trabajado en el último año los republicanos y demócratas no incluyen un camino para regularizar a los 12 millones de migrantes indocumentados que se estima radican en la Unión Americana (gran parte de ellos llevan más de 10 años viviendo en ese país). Al contrario, la mayoría de las iniciativas que se han presentado en últimamente buscan coartar aún más las posibilidades de normalizar la situación de los migrantes. El plan denominado H.R.2 propone un aumento de cárceles para indocumentados y, por si fuera poco, tomar muestras de ADN a los extranjeros que sean detenidos por los agentes federales. O qué podemos decir de la Ley SB4, que se aprobó en el estado de Texas, y que faculta a las fuerzas de la ley locales y estatales para arrestar a cualquier persona que les parezca sospechosa, sobre todo a quienes entren de manera indocumentada.
Mientras en Estados Unidos se da este contraste entre las marchas pro migrantes y las iniciativas de ley en su contra, en México hay claroscuros aún más evidentes. Por un lado, las autoridades federales no sólo eliminaron el programa 3x1 y han debilitado a los consulados en Estados Unidos, también van muy lentos o de plano se han atascado (como ocurrió tristemente en Acapulco) con sus esfuerzos por mejorar las condiciones de nuestros paisanos. En contra parte, los estados, como pueden, tratan de fortalecer sus programas de apoyo a los migrantes. Y si nos enfocamos en materia política, la precandidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez Ruiz, ha dejado en claro que podemos hacer mucho más por los migrantes. Tan es así, que Xóchitl los ha visitado en Estados Unidos y ha trabajado junto a ellos, porque tienen cabida en la visión que tiene del nuevo rumbo que debe llevar nuestro país a partir del 2024. “Los millones de migrantes mexicanos que se fueron a otro país a buscar lo que no encontraron en México, siguen teniendo sed de justicia. Lo que le pasa a otro mexicano, también debe ser nuestra preocupación. Porque nos llamamos Estados Unidos Mexicanos yo los convoco a que ¡estemos unidos mexicanos!”, dijo Xóchitl.
Somos un país de 170 millones de mexicanos divididos sólo por un río y, a pesar de la apatía que han tenido desde la federación con nuestros paisanos, hoy la vida nos da la gran oportunidad de participar en una marcha más. Esta vez, se trata de corregir el rumbo de México y en esta marcha, como lo hemos definido en el Frente Amplio por México, cabemos todos. Con tu participación -registrándote a votar electrónicamente en el extranjero a través del sitio https://votoextranjero.mx- en el 2024 entonaremos juntos todos los mexicanos el ¡Canta y no llores!
Y tú, ¿qué opinas?
Coordinador Nacional de Acción Migrante del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional
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