/ martes 29 de enero de 2019

Charlas

Ahora que hablé de la Carrera Panamericana y recordé la competencia ciclista “Vuelta al Centro de la República”, reviví en mi mente momentos felices que viví cuando pertenecí a la “Cadena de Periódicos García Valseca” creada por el Coronel José García Valseca, adquirida posteriormente por don Mario Vázquez Raña quien cambió el nombre a “Organización Editorial Mexicana”. Dos personajes a los que quise y respeté… 28 años de buenas relaciones laborares pueden decir algo…


El periodismo me hizo ver la vida desde un ángulo distinto al que tenía. Me llenó la vida esta experienciade trabajo, de un cúmulo de satisfacciones difíciles de enumerar por lo vasto de su contenido. Tengo vivencias y anécdotas que me proporcionan gratos recuerdos y me dan tema para mis labores de escribir. “Como la ves desdea´i” es el título de uno de mis cuentos en el que me recreo recordando las vicisitudes de la responsabilidad. Hasta me río solo…te voy a platicar algo inolvidable, ya lo verás.


En una ocasión me llama el Coronel y me informa que un alto funcionario del gobierno español, gran amigo de él, está de visita en nuestro país. Dentro de sus atenciones con su amigo el Coronel le proporcionó un guía para los recorridos que el funcionario quisiera realizar y una patrulla con dos elementos para su custodia. El diplomático había tenido la buena idea de obtener sugerencias de sitios a visitar, en la embajada de México en España y elaboró un programa, el que al parecer le valió un cacahuate, punto menos que cero, pues sus desvíos al plan fueron constantes.


El funcionario, es ese momento de visita por Monterrey, decidió venir a Celaya visitando primero San Luis Potosí. Él, en el trayecto del viaje a San Luis, le informa al Coronel de esta decisión. Era medio día y el proyecto era que dicho personaje arribaría a Celaya la mañana del día siguiente. El Coronel deseaba brindarle las mejores atenciones, me nombró su representante personal y me pidió le organizara un desayuno o almuerzo, dependiendo de la hora que más tarde me dirían. “Trátelo como si fuera yo”, me indica. Serían seis las personas a recibir.


Mi primera providencia fue comunicarme con muy querido amigo, amigo de muchos kilates, don Julio Jordan, la mejor cocina del bajío y le planteo el asunto pidiéndole su asesoría y servicio. “Bueno -me dice- desayuno y almuerzo son dos cosas distintas Carlitos, es necesario definirlo…” Ante la imposibilidad de saberlo me ofrece preparar algo versátil, que pudieratransformarse uno en otro. Se proponen dos lugares alternos donde se haga la reunión según lo permita el tiempo imperante: uno en un salón cerrado y otro en el jardín de su Quinta bajo la protección de una gigante bugambilia.


Hablamos de platillos, vinos, postres y ya autorizado el menú, don Julio parte a la ciudad de Querétaro puesCelaya no tenía, en ese tiempo, esos condimentos tan selectos como los propuestos. Mi sueño de ese día no fue de descanso, pues el tal amigo del Coronel se me presentaba entre brumas para decirme que ya había llegado, lo que mi mente adormilada no asimilaba.


Al día siguiente todo era esperar. Llegan las 10 y el funcionario no llega., llegan las 11 y el funcionario no aparece, Me llama el Coronel para informarme que su amigo tuvo un sesgo en su ruta y no iba a llegar a esas horas, que lo esperara al medio día, a comer.


“Don Julio…” antes de que yo terminara, se alboroza mi amigo y me dice “ya era hora, Carlitos…” momento enque yo soy el que lo detengo y le informo del cambio. “¡Ah caray…y entonces ¿qué hacemos con lo que tengo?” me pregunta. Entramos en calma… hicimos nuevos planes, se habló de otros vinos, de salmones, de caviares y de otro viaje de don Julio a Querétaro.


En estos menesteres nos dieron las 4 de la tarde y el amigo del Coronel era ojo de hormiga.


Entonces fui yo quien le habló al Coronel y le conté los sucesos. Se muestra extrañado pues él pensaba queestaba ya en Celaya. Me pide disculpas, las que obviamente no procedían de su parte, me pidió tiempo, lo que tampoco procedía de su parte y me ofreció informarme sobre lo que pasaba. A la media hora me habla para comunicarme de otro capricho de su amigo quien cambió la ruta, pero el plan seguía. ¡Cena!


“Don Julio….” le informó. Carcajadas de nervios, porque ahora había que pensar en buscar pechugas de ángeles y lenguas de canario más los vinos adecuados para estos manjares.


Como a eso de las 7.30 de la noche me llama el Coronel para decirme que su amigo ya había llegado a Méxicodescargando un tambache de disculpas, que me iba a pasar la bocina para que el funcionario se disculpara conmigo, me pedía comprensión ya que en aras de una buena amistad había que aceptarlo.


Casi al mismo tiempo de colgar yo el teléfono, me indica mi secretaria que don Julio está por otra líneaqueriendo hablar conmigo.


“Mira Carlitos, ya hice un nuevo programa –me dice don Julio- tengo preparada una mesa con velas y flores,para 10 personas, con los mejores manjares que hayan probado en su vida, invita a tres compadres que aprecies mucho, con sus esposas, para que los apantalles, decimos que tú has preparado una cena especial para tu señora en la que le vas a decir lo mucho que la quieres y descorchamos botellas que nadie ha visto en su vida… como verás, puse cuatro platillos más, dos para ustedes y otros dos para nosotros porque pienso que me vas a invitar…¿o no?”.


¡Bien hecho! me dijo el Coronel entre risas cuando le informé de mi cena real, incluyendo pechugas de ángel y lenguas de canario.

Ahora que hablé de la Carrera Panamericana y recordé la competencia ciclista “Vuelta al Centro de la República”, reviví en mi mente momentos felices que viví cuando pertenecí a la “Cadena de Periódicos García Valseca” creada por el Coronel José García Valseca, adquirida posteriormente por don Mario Vázquez Raña quien cambió el nombre a “Organización Editorial Mexicana”. Dos personajes a los que quise y respeté… 28 años de buenas relaciones laborares pueden decir algo…


El periodismo me hizo ver la vida desde un ángulo distinto al que tenía. Me llenó la vida esta experienciade trabajo, de un cúmulo de satisfacciones difíciles de enumerar por lo vasto de su contenido. Tengo vivencias y anécdotas que me proporcionan gratos recuerdos y me dan tema para mis labores de escribir. “Como la ves desdea´i” es el título de uno de mis cuentos en el que me recreo recordando las vicisitudes de la responsabilidad. Hasta me río solo…te voy a platicar algo inolvidable, ya lo verás.


En una ocasión me llama el Coronel y me informa que un alto funcionario del gobierno español, gran amigo de él, está de visita en nuestro país. Dentro de sus atenciones con su amigo el Coronel le proporcionó un guía para los recorridos que el funcionario quisiera realizar y una patrulla con dos elementos para su custodia. El diplomático había tenido la buena idea de obtener sugerencias de sitios a visitar, en la embajada de México en España y elaboró un programa, el que al parecer le valió un cacahuate, punto menos que cero, pues sus desvíos al plan fueron constantes.


El funcionario, es ese momento de visita por Monterrey, decidió venir a Celaya visitando primero San Luis Potosí. Él, en el trayecto del viaje a San Luis, le informa al Coronel de esta decisión. Era medio día y el proyecto era que dicho personaje arribaría a Celaya la mañana del día siguiente. El Coronel deseaba brindarle las mejores atenciones, me nombró su representante personal y me pidió le organizara un desayuno o almuerzo, dependiendo de la hora que más tarde me dirían. “Trátelo como si fuera yo”, me indica. Serían seis las personas a recibir.


Mi primera providencia fue comunicarme con muy querido amigo, amigo de muchos kilates, don Julio Jordan, la mejor cocina del bajío y le planteo el asunto pidiéndole su asesoría y servicio. “Bueno -me dice- desayuno y almuerzo son dos cosas distintas Carlitos, es necesario definirlo…” Ante la imposibilidad de saberlo me ofrece preparar algo versátil, que pudieratransformarse uno en otro. Se proponen dos lugares alternos donde se haga la reunión según lo permita el tiempo imperante: uno en un salón cerrado y otro en el jardín de su Quinta bajo la protección de una gigante bugambilia.


Hablamos de platillos, vinos, postres y ya autorizado el menú, don Julio parte a la ciudad de Querétaro puesCelaya no tenía, en ese tiempo, esos condimentos tan selectos como los propuestos. Mi sueño de ese día no fue de descanso, pues el tal amigo del Coronel se me presentaba entre brumas para decirme que ya había llegado, lo que mi mente adormilada no asimilaba.


Al día siguiente todo era esperar. Llegan las 10 y el funcionario no llega., llegan las 11 y el funcionario no aparece, Me llama el Coronel para informarme que su amigo tuvo un sesgo en su ruta y no iba a llegar a esas horas, que lo esperara al medio día, a comer.


“Don Julio…” antes de que yo terminara, se alboroza mi amigo y me dice “ya era hora, Carlitos…” momento enque yo soy el que lo detengo y le informo del cambio. “¡Ah caray…y entonces ¿qué hacemos con lo que tengo?” me pregunta. Entramos en calma… hicimos nuevos planes, se habló de otros vinos, de salmones, de caviares y de otro viaje de don Julio a Querétaro.


En estos menesteres nos dieron las 4 de la tarde y el amigo del Coronel era ojo de hormiga.


Entonces fui yo quien le habló al Coronel y le conté los sucesos. Se muestra extrañado pues él pensaba queestaba ya en Celaya. Me pide disculpas, las que obviamente no procedían de su parte, me pidió tiempo, lo que tampoco procedía de su parte y me ofreció informarme sobre lo que pasaba. A la media hora me habla para comunicarme de otro capricho de su amigo quien cambió la ruta, pero el plan seguía. ¡Cena!


“Don Julio….” le informó. Carcajadas de nervios, porque ahora había que pensar en buscar pechugas de ángeles y lenguas de canario más los vinos adecuados para estos manjares.


Como a eso de las 7.30 de la noche me llama el Coronel para decirme que su amigo ya había llegado a Méxicodescargando un tambache de disculpas, que me iba a pasar la bocina para que el funcionario se disculpara conmigo, me pedía comprensión ya que en aras de una buena amistad había que aceptarlo.


Casi al mismo tiempo de colgar yo el teléfono, me indica mi secretaria que don Julio está por otra líneaqueriendo hablar conmigo.


“Mira Carlitos, ya hice un nuevo programa –me dice don Julio- tengo preparada una mesa con velas y flores,para 10 personas, con los mejores manjares que hayan probado en su vida, invita a tres compadres que aprecies mucho, con sus esposas, para que los apantalles, decimos que tú has preparado una cena especial para tu señora en la que le vas a decir lo mucho que la quieres y descorchamos botellas que nadie ha visto en su vida… como verás, puse cuatro platillos más, dos para ustedes y otros dos para nosotros porque pienso que me vas a invitar…¿o no?”.


¡Bien hecho! me dijo el Coronel entre risas cuando le informé de mi cena real, incluyendo pechugas de ángel y lenguas de canario.

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