/ miércoles 20 de marzo de 2019

Charlas

La Aceptación

… con mensaje al alma

La aceptación…palabra que nos lleva a la felicidad.

En charlas pasadas he tocado el tema de palabras que considero norma y cimiento para nuestra vida. Recuerdo muy bien una en la que analizo: indiferencia, conformismo y aceptación, las que mucho se confunden cuando de hablar de alguien se trata.

Ya lo dije y lo repito: la primera, INDIFERENCIA, lleva al hombre a la nulidad, vive sin saberlo y por lo mismo le importa un comino lo que suceda alrededor de él. Los indiferentes, la peor calaña del ser humano.

La segunda, el CONFORMISMO, nos lleva a la pasividad, a no luchar, a no importarnos el término “oportunidad” el que en ocasiones ni se concibe siquiera;el futuro de los conformistas es un túnel negro en el que se sienten a gusto, limitan su desarrollo y progreso al ladrillo que están pisando y no se dan cuenta de los cientos de ladrillos que los están esperando.

La tercera, el reconocimiento de quiénes somos y de nuestra capacidad productiva, nos lleva a la ACEPTACIÓN de nuestro potencial por lo que nuestra lucha será racional esperando resultados proporcionales a esa capacidad; si son mejores será un triunfo palpable, si son menos nunca será fracaso porque quienes se aceptan nunca dejan de luchar hasta encontrar cuando menos resultados A SU MEDIDA. Esta aceptación de la verdad nos conduce a la felicidad, pues los caminos se allanan más fácilmente llenos de esperanzas sabiendo que somos seres perfectibles.

Un resumen muy resumido, dijera Yo. Recordémoslo y dejémoslo pero no lo olvidemos porque en este sentido deseo hacer mi charla de hoy.

Para poderme curar, necesito primero la aceptación de esta enfermo. Para poder triunfar, requiero de la aceptación de mi potencial y la factibilidad de mi lucha, ambos a mi medida. Mis ACTITUDES, pues, serán el reflejo de mis ACEPTACIONES, lección primera que nos deja el hogar paterno para luchar en la vida.

Estos sencillos fundamentos me hacen ruido cuando oigo hablar del programa “Jóvenes construyendo el futuro” de AMLO, de ese programa en el que se les da dinero a los “ninis” para capacitarlos, con la promesa de éstos de luchar por ser el futuro de México, programa muy bueno si se considera factible, avalado por las Cámaras de Comercio, Industria, Radio, Televisión y otras más. ¿Me pagan por aprender? ¡A quién le duele!

Yo me pregunto a mí mismo, porque no tengo a quién más preguntar y que me hagan caso: ¿cómo es posible que esperen la ACTITUD positiva de estos jóvenes mientras no sean conscientes de su realidad, mientras no ACEPTEN la enfermedad de su ser?

Ni trabajan, ni estudian, son los “ninis”.

¿TRABAJO? Hay hasta para aventar para arriba decía mi abuelita. Me referiré a Celaya porque me CONSTA: en casi la totalidad de los comercios del centro y la periferia, existen letreros permanentes con el mensaje de “Solicitamos personal” “Estamos contratando” y lo he visto igual, no vivido, en muchos lugares como León y Querétaro. Algunas empresas se muestran con sentido humanista, hablan de “Únete a nuestra familia”.

¿Qué sucede entonces? Deducción: no trabajan porque: a) no saben hacer nada b) NO les INTERESA APRENDER NI SU DESARROLLO PERSONAL c) no QUIEREN hacer nada d) son conformistas y, lo peor, a veces caen en la indiferencia y se hacen indeseables.

Los “ninis” ahora están felices, ven la posibilidad de obtener algún dinero por concepto de becas, ¡bienvenido! , serán “ninis” pero no tontos; ¿qué pasará cuando los pagadores se den cuenta que no hay cambio sustancial de actitudes?. Hay muchos inscritos, presume el gobierno, ¡claro!, ya lo dije, tontos no son.

¿ESTUDIO? Es muy probable que muchos, puedo estar seguro que es la totalidad, hayan pisado las aulas aunque sea de primaria. Simplemente NO LES GUSTÓ, reprobaron y mientras puedan obtener algún subsidio de familiares o lamentablemente por conceptos sucios, caminan por la vida fácil.

La aceptación por parte de ellos, sería NO ME GUSTA, NO QUIERO RESPONSABILIDADES, NO ACEPTO EXIGENCIAS, NO ACEPTO SACRIFICIOS, NO ACEPTO SERVIR A NADIE.

Obvio, mientras no se les cambie esta mentalidad, seguirán siendo “ninis”

Amigo mío: levántate temprano, toma la carretera a paso moderado y verás decenas de niños con su mochila a la espalda, jugando en el camino, felices, rumbo a las escuelas rurales que quedan a veces muy lejos de la comunidad. Estos ¡SI QUIEREN! y no miden sus pasos…

Se publicitan estudios hasta de preparatoria y más de alguno hasta de profesional, con solo ocurrir unas horas a clase los sábados, pero los “ninis” no son materia prima.

Va para todos nosotros: mientras no aceptemos nuestra realidad y el propósito invariable de desarrollo personal, todos nuestros esfuerzos serán nulos. Con ellos, con los “ninis”, ¡cómo quiero estar equivocado en mi pronóstico!

Antes de darles dinero, debemos cambiarles su mentalidad y como premio a los triunfadores, vendrán las becas.

Cuando ellos, los “ninis” piensen distinto, actuarán distinto.

Mi correo: abuelitocarlos@hotmail.com

Si Dios lo permite, nos encontraremos el próximo martes

La Aceptación

… con mensaje al alma

La aceptación…palabra que nos lleva a la felicidad.

En charlas pasadas he tocado el tema de palabras que considero norma y cimiento para nuestra vida. Recuerdo muy bien una en la que analizo: indiferencia, conformismo y aceptación, las que mucho se confunden cuando de hablar de alguien se trata.

Ya lo dije y lo repito: la primera, INDIFERENCIA, lleva al hombre a la nulidad, vive sin saberlo y por lo mismo le importa un comino lo que suceda alrededor de él. Los indiferentes, la peor calaña del ser humano.

La segunda, el CONFORMISMO, nos lleva a la pasividad, a no luchar, a no importarnos el término “oportunidad” el que en ocasiones ni se concibe siquiera;el futuro de los conformistas es un túnel negro en el que se sienten a gusto, limitan su desarrollo y progreso al ladrillo que están pisando y no se dan cuenta de los cientos de ladrillos que los están esperando.

La tercera, el reconocimiento de quiénes somos y de nuestra capacidad productiva, nos lleva a la ACEPTACIÓN de nuestro potencial por lo que nuestra lucha será racional esperando resultados proporcionales a esa capacidad; si son mejores será un triunfo palpable, si son menos nunca será fracaso porque quienes se aceptan nunca dejan de luchar hasta encontrar cuando menos resultados A SU MEDIDA. Esta aceptación de la verdad nos conduce a la felicidad, pues los caminos se allanan más fácilmente llenos de esperanzas sabiendo que somos seres perfectibles.

Un resumen muy resumido, dijera Yo. Recordémoslo y dejémoslo pero no lo olvidemos porque en este sentido deseo hacer mi charla de hoy.

Para poderme curar, necesito primero la aceptación de esta enfermo. Para poder triunfar, requiero de la aceptación de mi potencial y la factibilidad de mi lucha, ambos a mi medida. Mis ACTITUDES, pues, serán el reflejo de mis ACEPTACIONES, lección primera que nos deja el hogar paterno para luchar en la vida.

Estos sencillos fundamentos me hacen ruido cuando oigo hablar del programa “Jóvenes construyendo el futuro” de AMLO, de ese programa en el que se les da dinero a los “ninis” para capacitarlos, con la promesa de éstos de luchar por ser el futuro de México, programa muy bueno si se considera factible, avalado por las Cámaras de Comercio, Industria, Radio, Televisión y otras más. ¿Me pagan por aprender? ¡A quién le duele!

Yo me pregunto a mí mismo, porque no tengo a quién más preguntar y que me hagan caso: ¿cómo es posible que esperen la ACTITUD positiva de estos jóvenes mientras no sean conscientes de su realidad, mientras no ACEPTEN la enfermedad de su ser?

Ni trabajan, ni estudian, son los “ninis”.

¿TRABAJO? Hay hasta para aventar para arriba decía mi abuelita. Me referiré a Celaya porque me CONSTA: en casi la totalidad de los comercios del centro y la periferia, existen letreros permanentes con el mensaje de “Solicitamos personal” “Estamos contratando” y lo he visto igual, no vivido, en muchos lugares como León y Querétaro. Algunas empresas se muestran con sentido humanista, hablan de “Únete a nuestra familia”.

¿Qué sucede entonces? Deducción: no trabajan porque: a) no saben hacer nada b) NO les INTERESA APRENDER NI SU DESARROLLO PERSONAL c) no QUIEREN hacer nada d) son conformistas y, lo peor, a veces caen en la indiferencia y se hacen indeseables.

Los “ninis” ahora están felices, ven la posibilidad de obtener algún dinero por concepto de becas, ¡bienvenido! , serán “ninis” pero no tontos; ¿qué pasará cuando los pagadores se den cuenta que no hay cambio sustancial de actitudes?. Hay muchos inscritos, presume el gobierno, ¡claro!, ya lo dije, tontos no son.

¿ESTUDIO? Es muy probable que muchos, puedo estar seguro que es la totalidad, hayan pisado las aulas aunque sea de primaria. Simplemente NO LES GUSTÓ, reprobaron y mientras puedan obtener algún subsidio de familiares o lamentablemente por conceptos sucios, caminan por la vida fácil.

La aceptación por parte de ellos, sería NO ME GUSTA, NO QUIERO RESPONSABILIDADES, NO ACEPTO EXIGENCIAS, NO ACEPTO SACRIFICIOS, NO ACEPTO SERVIR A NADIE.

Obvio, mientras no se les cambie esta mentalidad, seguirán siendo “ninis”

Amigo mío: levántate temprano, toma la carretera a paso moderado y verás decenas de niños con su mochila a la espalda, jugando en el camino, felices, rumbo a las escuelas rurales que quedan a veces muy lejos de la comunidad. Estos ¡SI QUIEREN! y no miden sus pasos…

Se publicitan estudios hasta de preparatoria y más de alguno hasta de profesional, con solo ocurrir unas horas a clase los sábados, pero los “ninis” no son materia prima.

Va para todos nosotros: mientras no aceptemos nuestra realidad y el propósito invariable de desarrollo personal, todos nuestros esfuerzos serán nulos. Con ellos, con los “ninis”, ¡cómo quiero estar equivocado en mi pronóstico!

Antes de darles dinero, debemos cambiarles su mentalidad y como premio a los triunfadores, vendrán las becas.

Cuando ellos, los “ninis” piensen distinto, actuarán distinto.

Mi correo: abuelitocarlos@hotmail.com

Si Dios lo permite, nos encontraremos el próximo martes

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