Anne Hidalgo, no, no es ninguna descendiente perdida del cura Hidalgo, pero quizá podamos cambiar al cura de Dolores por la alcaldesa de París que acaba de ser reelecta hace unas semanas para seguir gobernando esta ciudad hasta el 2024. No es casualidad que estemos hablando de ella en esta columna sobre el urbanismo. Pero la retomaremos más adelante.
En una realidad diametralmente opuesta, nuestro México diario que a pesar de las contadas y valientes apuestas a una revolución en cómo se diseñan y viven las ciudades, me tocó vivir hace unos días una experiencia que los arquitectos, diseñadores y todos los relacionados en la industria de la construcción de las ciudades experimentan a diario.
Puntualmente realizaba un proyecto de oficinas, las cuáles después de presentarlas al cliente, le agrado en general, sin embargo existía un gran pero, (siempre hay un pero en el diseño), le faltan estacionamientos, el proyecto terminó por convertirse en un gran estacionamiento, dejando rezagadas las oficinas.
Y es que la frustración de seguir viviendo en un territorio que no abona a la calidad de vida y lo peor seguir diseñando, convirtiéndose en responsables, en cómo se ofrecen los servicios, si así es, la responsabilidad no sólo es de las autoridades a las que elegimos sino de cada uno de nosotros, desde los que diseñamos y construimos hasta aquellos propietarios que deciden a final del día que hacer con sus predios y el destino que tendrán.
SI bien el diseñar un simple espacio de oficinas o vivienda pareciera que va de la mano con un obligatorio espacio para el uso de automóviles en otras ciudades del mundo se están creando políticas públicas a la inversa. Aquí regresa nuestra heroína de la semana Anne Hidalgo la alcaldesa reelecta de Paris Francia. “La Ville du Quart d´Heure”; se encuentra en su programa político, el cuál acompañado de una pedagogía que enseñe a los ciudadanos las bondades de este proyecto, busca que los ciudadanos puedan acceder a cualquier a de los servicios básicos, vivienda, trabajo, comercio, salud, educación y ocio en menos de quince minutos, creando una ciudad multicentrica.
Pero el proyecto no termina ahí, la propuesta si de por sí ya es ambiciosa, el cómo pareciera ser sacado de aquellos urbanistas utópicos. La propuesta en sí necesita eliminar 60 mil espacios para estacionar vehículos en calles y espacios públicos, de un total de 84 mil. Otras ciudades ya han declarado la guerra al uso del automóvil, Ámsterdam, Oslo y Bruselas son ejemplos con buenos resultados, sin embargo pensar que una metrópolis del tamaño y complejidad como Paris pueda llevarlo a cabo, será sin duda un ejemplo para todas las ciudades del mundo.
Ojo ahí, todas las ciudades del bajío que nos jactamos de llevar la delantera en el urbanismo de nuestro país, necesitamos más y mejores ejemplos de ciudades, con valientes tomadores de decisiones y ciudadanos que juntos podemos construir el territorio de todos.
@marcosornelasm
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