/ miércoles 9 de septiembre de 2020

Ciudades (in)sostenibles

Esta semana se presentó el festival de arquitectura y la ciudad “Mextrópoli” nombre muy cool que sugiere chelas al final del evento. Un esfuerzo por parte de Miquel Adriá y la revista Arquine para reflexionar sobre el curso de las ciudades y un planteamiento actual de qué papel jugamos como sociedad. Si bien el congreso es dirigido a aquellos relacionados con la arquitectura, vale la pena darle una revisada por todos aquellos que se interesen aunque sea un poquito en sus ciudades y tienen esa doble moral de arquitecto consciente.

¡Vivimos en medio de crisis! ya no es ninguna novedad, tampoco gana ningún titular la descripción casi apocalíptica de la situación actual. Las ciudades de México muy similares a las ciudades de todo Latinoamérica pueden llegar a pensarse como un fracaso, aunque bien vale la pena reflexionar si el fracaso es de quién diseño y construyó o lo mismo aquellos que no diseñaron o construyeron.

¿Podemos ser más que simples espectadores o víctimas de lo que hoy llamamos ciudad? La nueva normalidad también incluye el caos diario en lo que a urbanismo se refiere. La desigualdad vino para quedarse, la pandemia no fue la causante, esta sólo vino a revelar para unos o intensificar para otros los problemas que la ciudad estaba por vomitar a la sociedad. Fingir que importa, es un buen comienzo, pero necesitamos más, ojos que no ven, corazón que no siente, saber en dónde estamos parados y a donde vámos ayudara en cada una de nuestras aportaciones.

Diferentes despachos de arquitectos de menos de 35 años han propuesto diferentes ideas para poder comprender y tomar acción sobre las ciudades en las que hoy vivimos. Además de grandes ejemplos no sólo del diseño sino también de su integración con la ciudad y la sociedad misma, como Tatiana Bilbao o Sergio Fajardo que ha sumado a su currículum una exitosa carrera como político y recientemente candidato a la presidencia de su país Colombia.

Go BIG or go HOME, pareciera el lema de estos despachos los que no dejan nada en el quizá, si bien estas interminables discusiones sobre los cómo serían mucho más llevaderos con unos tequilas y quizá también ayudarían a soltar un poco más el lápiz. Reorientar la industria de la construcción (artesanal aún hoy en dia) desde los cimientos, conllevará un fuerte trabajo, pero hacerlo en equipo y con reflexiones de este tipo siempre ayuda.

Si algo hemos hecho en esta columna es el cuestionarnos cómo debería o podría ser una ciudad, cómo convivirían los diseños y las obras de construcción en una sociedad que tiene vida propia y que pareciera crecer no sólo en número sino en habilidades dia a dia, exponencialmente. Sobre todo en esta columna, si algo hemos aprendido es que las certezas absolutas no funcionan y el reflexionar constantemente nos ayudará a seguir haciendo el territorio de todos.

Esta semana se presentó el festival de arquitectura y la ciudad “Mextrópoli” nombre muy cool que sugiere chelas al final del evento. Un esfuerzo por parte de Miquel Adriá y la revista Arquine para reflexionar sobre el curso de las ciudades y un planteamiento actual de qué papel jugamos como sociedad. Si bien el congreso es dirigido a aquellos relacionados con la arquitectura, vale la pena darle una revisada por todos aquellos que se interesen aunque sea un poquito en sus ciudades y tienen esa doble moral de arquitecto consciente.

¡Vivimos en medio de crisis! ya no es ninguna novedad, tampoco gana ningún titular la descripción casi apocalíptica de la situación actual. Las ciudades de México muy similares a las ciudades de todo Latinoamérica pueden llegar a pensarse como un fracaso, aunque bien vale la pena reflexionar si el fracaso es de quién diseño y construyó o lo mismo aquellos que no diseñaron o construyeron.

¿Podemos ser más que simples espectadores o víctimas de lo que hoy llamamos ciudad? La nueva normalidad también incluye el caos diario en lo que a urbanismo se refiere. La desigualdad vino para quedarse, la pandemia no fue la causante, esta sólo vino a revelar para unos o intensificar para otros los problemas que la ciudad estaba por vomitar a la sociedad. Fingir que importa, es un buen comienzo, pero necesitamos más, ojos que no ven, corazón que no siente, saber en dónde estamos parados y a donde vámos ayudara en cada una de nuestras aportaciones.

Diferentes despachos de arquitectos de menos de 35 años han propuesto diferentes ideas para poder comprender y tomar acción sobre las ciudades en las que hoy vivimos. Además de grandes ejemplos no sólo del diseño sino también de su integración con la ciudad y la sociedad misma, como Tatiana Bilbao o Sergio Fajardo que ha sumado a su currículum una exitosa carrera como político y recientemente candidato a la presidencia de su país Colombia.

Go BIG or go HOME, pareciera el lema de estos despachos los que no dejan nada en el quizá, si bien estas interminables discusiones sobre los cómo serían mucho más llevaderos con unos tequilas y quizá también ayudarían a soltar un poco más el lápiz. Reorientar la industria de la construcción (artesanal aún hoy en dia) desde los cimientos, conllevará un fuerte trabajo, pero hacerlo en equipo y con reflexiones de este tipo siempre ayuda.

Si algo hemos hecho en esta columna es el cuestionarnos cómo debería o podría ser una ciudad, cómo convivirían los diseños y las obras de construcción en una sociedad que tiene vida propia y que pareciera crecer no sólo en número sino en habilidades dia a dia, exponencialmente. Sobre todo en esta columna, si algo hemos aprendido es que las certezas absolutas no funcionan y el reflexionar constantemente nos ayudará a seguir haciendo el territorio de todos.