/ lunes 24 de junio de 2019

Contradicciones

Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.

León Tolstoi

Afirmar algo para después ejecutar lo contrario, es un mentís frecuente en la oferta política de los candidatos. Es consecuencia directa del pensar y del obrar sabiendo que difícilmente podrá cumplir el adeudo contraído.

Sabido es que toda propuesta debe tener bases sustentables, estudios previos de factibilidad que aseguren el éxito financiero, ambiental, social y del servicio que va a prestar, en especial cuando se manejan recursos públicos. Sin embargo, el uso populista del lenguaje induce a apoyar proyectos equivocados. Veamos un ejemplo, hace poco en gira por Nayarit, un estado otrora predominantemente maicero, el presidente de la república afirmó que es inadmisible que un alimento básico del pueblo mexicano lo tengamos que importar de los Estados Unidos, que su política agraria será hacernos autosuficientes en la producción de alimentos básicos y tradicionales. De golpe, suena lógico y plausible pero no es así, imagínese dejar de cultivar mango, papaya, etc. para volver al grano que se consigue más barato en el mercado internacional.

Si se llevara a efecto esa propuesta, tornaría a negativa la balanza comercial/agrícola con los EE UU que en la actualidad es favorable a México gracias al cultivo y exportación de productos de menor volumen pero de mayor valía como el aguacate y otros frutos de árboles; brócoli y muchas verduras; fresas y numerosas frutillas.

Observando detalles, hay semejanzas entre el mendaz presidente Donald J. Trump y nuestro mandatario, que sin dialéctica, sin discusión ni debate, ambos están empeñados en cumplir a pie juntillas las promesas de campaña, así sean inoperantes. Oídos sordos a los expertos, “el presidente soy yo”.

Aunque hay circunstancias sensatas para modificar un proyecto, hay otras que son humillantes. AMLO criticó con severidad la militarización de los EEUU para impedir el paso a migrantes en su frontera con nuestro país. Ahora, dócil ante las amenazas del infame mandatario estadounidense, envía seis mil integrantes de la Guardia Nacional que sellarán la frontera sur. Un muro castrense, más indignante que uno metálico o de tabique y cemento.

Claridoso frente al presidente, el diputado líder de la cámara de diputados Porfirio Muñoz Ledo, le soltó: ‘…un doble rasero en materia en la frontera norte y la sur, porque por un lado pedimos que nos abran las puertas y por el otro lado sellamos el paso de los centroamericanos para hacerle el favor a los Estados Unidos’.

Vivir en contradicción con la razón propia es el estado moral más intolerable.

León Tolstoi

Afirmar algo para después ejecutar lo contrario, es un mentís frecuente en la oferta política de los candidatos. Es consecuencia directa del pensar y del obrar sabiendo que difícilmente podrá cumplir el adeudo contraído.

Sabido es que toda propuesta debe tener bases sustentables, estudios previos de factibilidad que aseguren el éxito financiero, ambiental, social y del servicio que va a prestar, en especial cuando se manejan recursos públicos. Sin embargo, el uso populista del lenguaje induce a apoyar proyectos equivocados. Veamos un ejemplo, hace poco en gira por Nayarit, un estado otrora predominantemente maicero, el presidente de la república afirmó que es inadmisible que un alimento básico del pueblo mexicano lo tengamos que importar de los Estados Unidos, que su política agraria será hacernos autosuficientes en la producción de alimentos básicos y tradicionales. De golpe, suena lógico y plausible pero no es así, imagínese dejar de cultivar mango, papaya, etc. para volver al grano que se consigue más barato en el mercado internacional.

Si se llevara a efecto esa propuesta, tornaría a negativa la balanza comercial/agrícola con los EE UU que en la actualidad es favorable a México gracias al cultivo y exportación de productos de menor volumen pero de mayor valía como el aguacate y otros frutos de árboles; brócoli y muchas verduras; fresas y numerosas frutillas.

Observando detalles, hay semejanzas entre el mendaz presidente Donald J. Trump y nuestro mandatario, que sin dialéctica, sin discusión ni debate, ambos están empeñados en cumplir a pie juntillas las promesas de campaña, así sean inoperantes. Oídos sordos a los expertos, “el presidente soy yo”.

Aunque hay circunstancias sensatas para modificar un proyecto, hay otras que son humillantes. AMLO criticó con severidad la militarización de los EEUU para impedir el paso a migrantes en su frontera con nuestro país. Ahora, dócil ante las amenazas del infame mandatario estadounidense, envía seis mil integrantes de la Guardia Nacional que sellarán la frontera sur. Un muro castrense, más indignante que uno metálico o de tabique y cemento.

Claridoso frente al presidente, el diputado líder de la cámara de diputados Porfirio Muñoz Ledo, le soltó: ‘…un doble rasero en materia en la frontera norte y la sur, porque por un lado pedimos que nos abran las puertas y por el otro lado sellamos el paso de los centroamericanos para hacerle el favor a los Estados Unidos’.