/ domingo 10 de marzo de 2019

Contrapesos

Aceptado es que el hombre por naturaleza es un individuo social como son la mayoría de las especies animales de las escalas superiores. Entre la fantasía y la realidad han pasado historias de personajes que fundaron filosofías, religiones o corrientes literarias a través de la intuición observando las leyes de la naturaleza haciendo a un lado liturgias y los intermediarios entre ellos y el medio que les rodeaba.

Hay quienes viven en soledad de manera voluntaria como los ermitaños llamados también anacoretas o eremitas, o forzada como consecuencia del cumplimiento de un castigo. La Incomunicación llevada al extremo indudablemente conduce a trastornar la mente que en términos sencillos es causante de locura. Abundan ejemplos. Se dice que fue tal el aislamiento de Napoleón en Santa Elena que terminó sus días completamente desquiciado de la mente. Casos documentados se dieron en el tiempo de las purgas estalinistas en que sus enemigos políticos eran enviados a la fría y solitaria Siberia como lo relata magistralmente Robert Hughes en su libro “The Fatal Shore” en comparación de los reclusos británicos enviados al lejano continente austral que con el tiempo crearon uno de los países más civilizados del orbe, Australia,

Capítulo aparte es la vida en retiro voluntario por motivos religiosos o artísticos basados en la contemplación solitaria que eleva el espíritu y fortalece el cuerpo cultivando en solitario ideas, filosofías de vida y religiones que están vigentes en la actualidad. Buda Gautama (563-483 aC) fue el arquetipo del ermitaño iluminado que abandonó la vida acomodada para buscar la iluminación espiritual. Lao-Tse (551-479 aC) se disputa con Confucio ser considerado el filósofo más preclaro de la civilización China. Francisco de Asís, practicó la meditación y se retiró a menudo a bosques y cuevas viviendo de la caridad en busca de la contemplación espiritual. La poetisa estadounidense Emily Dickinson (1830-1886) admiradora de Edgar Alan Poe pasó buena parte de su vida recluida en una habitación donde escribió su obra.

El filósofo Friedrich Nietzsche analiza el ideal de esa persona que manifiesta aversión al trato humano. Expone que el ermitaño misántropo entra en una especie de hibernación y rechazo a la vida material para mantenerse vivo y reducir el sufrimiento: En su obra cumbre, “Así habló Zaratustra” describe el aislamiento del personaje en las montañas y su intención de algún día abandonar la soledad inspiradora para descender y poder enseñar a la humanidad a superar su propia naturaleza impura. Obra literaria que inspiró a Richard Strauss a componer el poema sinfónico del mismo nombre. Un portento de belleza que, en los primeros compases, la obertura, nos traslada al mundo de lo quimérico. Música que se popularizó por que fue prestada a la película “Una odisea en el espacio” del director Stanley Kubrick.

En la contemplación y en la soledad de los filósofos han encontrado la fortaleza o dominio sobre la propia voluntad o sea el estoicismo que crea un equilibrio entre la mente y la liberación de las pasiones. Disciplina que se contrapone a la doctrina de los cínicos que expresa desprecio hacia los acuerdos sociales y a los valores morales. Pienso que en esta doctrina filosófica se ubican los capos de carteles y mafias que se dejan llevar por los placeres y premios a corto plazo más que saber cómo labrar un futuro promisorio y libre de remordimientos.

En la escuela clásica de los cínicos, fundada en la antigua Grecia por Antístenes y Diógenes de Sinope llamado también el cínico, entre muchas cosas señalaron que el hombre con menos necesidades era el más libre y feliz. Argumento que sigue vigente, pero con el afán impetuoso de agrandar nuestro conocimiento, la vida solitaria es la excepción, como fue en la antigüedad como es en el momento actual es por otro lado inoperante. Educarse y adquirir lo que la ciencia y el progreso pone en nuestras manos es el mejor método de superar los retos de un mundo globalizado y competitivo.

El aislamiento individual y de pequeñas sociedades en la actualidad es obsoleto. Los países de gobiernos que escuchan y respetan a los grupos sociales que se preocupan por el bienestar colectivo son los países más avanzados del mundo. Probado está que la concentración de poder en un solo individuo evoluciona irremisiblemente a la tiranía, es efecto de la pérdida de contrapesos que deben estar fincados en un poder legislativo y un judicial independientes.

Hay otro tipo de aislamiento, el “ermitañismo” del dirigente político que no ve más allá de lo que su estrecha mente le dicta. Ahí es donde cabe la ramplona expresión “solo mis chicharrones truenan” de un gobernante dominado por la soberbia, que, aprovechando el apoyo popular resultado del rechazo a las lacras del pasado reciente de corrupción e impunidad, ha creado un vasallaje dócil y obediente al mismo tiempo que una fuerza pública policial o militar que le sea afín ignorando a la sociedad civil organizada.

¿Vamos por ese camino?

Aceptado es que el hombre por naturaleza es un individuo social como son la mayoría de las especies animales de las escalas superiores. Entre la fantasía y la realidad han pasado historias de personajes que fundaron filosofías, religiones o corrientes literarias a través de la intuición observando las leyes de la naturaleza haciendo a un lado liturgias y los intermediarios entre ellos y el medio que les rodeaba.

Hay quienes viven en soledad de manera voluntaria como los ermitaños llamados también anacoretas o eremitas, o forzada como consecuencia del cumplimiento de un castigo. La Incomunicación llevada al extremo indudablemente conduce a trastornar la mente que en términos sencillos es causante de locura. Abundan ejemplos. Se dice que fue tal el aislamiento de Napoleón en Santa Elena que terminó sus días completamente desquiciado de la mente. Casos documentados se dieron en el tiempo de las purgas estalinistas en que sus enemigos políticos eran enviados a la fría y solitaria Siberia como lo relata magistralmente Robert Hughes en su libro “The Fatal Shore” en comparación de los reclusos británicos enviados al lejano continente austral que con el tiempo crearon uno de los países más civilizados del orbe, Australia,

Capítulo aparte es la vida en retiro voluntario por motivos religiosos o artísticos basados en la contemplación solitaria que eleva el espíritu y fortalece el cuerpo cultivando en solitario ideas, filosofías de vida y religiones que están vigentes en la actualidad. Buda Gautama (563-483 aC) fue el arquetipo del ermitaño iluminado que abandonó la vida acomodada para buscar la iluminación espiritual. Lao-Tse (551-479 aC) se disputa con Confucio ser considerado el filósofo más preclaro de la civilización China. Francisco de Asís, practicó la meditación y se retiró a menudo a bosques y cuevas viviendo de la caridad en busca de la contemplación espiritual. La poetisa estadounidense Emily Dickinson (1830-1886) admiradora de Edgar Alan Poe pasó buena parte de su vida recluida en una habitación donde escribió su obra.

El filósofo Friedrich Nietzsche analiza el ideal de esa persona que manifiesta aversión al trato humano. Expone que el ermitaño misántropo entra en una especie de hibernación y rechazo a la vida material para mantenerse vivo y reducir el sufrimiento: En su obra cumbre, “Así habló Zaratustra” describe el aislamiento del personaje en las montañas y su intención de algún día abandonar la soledad inspiradora para descender y poder enseñar a la humanidad a superar su propia naturaleza impura. Obra literaria que inspiró a Richard Strauss a componer el poema sinfónico del mismo nombre. Un portento de belleza que, en los primeros compases, la obertura, nos traslada al mundo de lo quimérico. Música que se popularizó por que fue prestada a la película “Una odisea en el espacio” del director Stanley Kubrick.

En la contemplación y en la soledad de los filósofos han encontrado la fortaleza o dominio sobre la propia voluntad o sea el estoicismo que crea un equilibrio entre la mente y la liberación de las pasiones. Disciplina que se contrapone a la doctrina de los cínicos que expresa desprecio hacia los acuerdos sociales y a los valores morales. Pienso que en esta doctrina filosófica se ubican los capos de carteles y mafias que se dejan llevar por los placeres y premios a corto plazo más que saber cómo labrar un futuro promisorio y libre de remordimientos.

En la escuela clásica de los cínicos, fundada en la antigua Grecia por Antístenes y Diógenes de Sinope llamado también el cínico, entre muchas cosas señalaron que el hombre con menos necesidades era el más libre y feliz. Argumento que sigue vigente, pero con el afán impetuoso de agrandar nuestro conocimiento, la vida solitaria es la excepción, como fue en la antigüedad como es en el momento actual es por otro lado inoperante. Educarse y adquirir lo que la ciencia y el progreso pone en nuestras manos es el mejor método de superar los retos de un mundo globalizado y competitivo.

El aislamiento individual y de pequeñas sociedades en la actualidad es obsoleto. Los países de gobiernos que escuchan y respetan a los grupos sociales que se preocupan por el bienestar colectivo son los países más avanzados del mundo. Probado está que la concentración de poder en un solo individuo evoluciona irremisiblemente a la tiranía, es efecto de la pérdida de contrapesos que deben estar fincados en un poder legislativo y un judicial independientes.

Hay otro tipo de aislamiento, el “ermitañismo” del dirigente político que no ve más allá de lo que su estrecha mente le dicta. Ahí es donde cabe la ramplona expresión “solo mis chicharrones truenan” de un gobernante dominado por la soberbia, que, aprovechando el apoyo popular resultado del rechazo a las lacras del pasado reciente de corrupción e impunidad, ha creado un vasallaje dócil y obediente al mismo tiempo que una fuerza pública policial o militar que le sea afín ignorando a la sociedad civil organizada.

¿Vamos por ese camino?