/ martes 19 de octubre de 2021

Cultura en Guanajuato

Uno de los eventos académicos que con más cariño recuerdo es el que viví en aquel y remoto octubre de 2009 (ya doce años) cuando solicité mis vacaciones laborales y con una mochila al hombro viajé a Salamanca, España, a presentar, en la Universidad de Salamanca, la ponencia con título Lo público como límite a la actividad de grupos privados. Recuerdo el evento, a propósito de la frase inscrita en la puerta principal de la Universidad, que da la bienvenida a sus estudiantes: «Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta» (Quod natura non dat. Salmantica no praestat) lo cual, lleva de suyo la innegable diferencia existente entre los seres humanos.

Se dice que lo que no es Natura es Cultura, es decir, si no está en la naturaleza, entonces, el fenómeno es cultural, entendiendo por cultura el conjunto de conocimiento y grado de desarrollo artístico en una época.

El artículo 4, párrafo decimosegundo constitucional establece que «Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural.».

En ese contexto es importante señalar que el pasado miércoles 13 de octubre tuvo verificativo la inauguración del Festival Internacional Cervantino en su edición número 49, en donde el país invitado es Cuba y el estado invitado Coahuila. Esperaba con mucho interés este festival porque soy amante de la cultura cubana. Dicho sea de paso, en la isla he tenido otras de mis más gratas experiencias académicas.

Debo reconocer que me gustan más las expresiones artísticas de la orquesta Aragón, los cantantes Dámaso Pérez Prado, Beni Moré, Compay Segundo o Celia Cruz, los distintos y clásicos mambos y danzones, así como las expresiones culturales que tuve la oportunidad de presenciar en El Tropicana, en el Parisien, en El Gato Tuerto o en los jardines del Hotel Nacional con Las Habaneras del Tumbao. Por supuesto, sin demérito de las expresiones que ahora se presentan en la capital cervantina de América. Simple y llanamente, me gusta más lo clásico.

Literatura y poesía por supuesto deben estar presentes en esta fiesta del espíritu; a guisa de ejemplo, el 14 de octubre se presentó el recital a cargo del ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso Grau, dirigente de las artes y letras cubanas y uno de los poetas más reconocidos de la isla y de la Patria Grande.

Sigamos el Festival Internacional Cervantino, evento que abona en el cumplimiento del derecho humano de acceso a la cultura. Una fiesta para todos, una fiesta democrática.

Tomemos medidas sanitarias, la pandemia sigue.

germanrodriguez32@hotmail.com

Uno de los eventos académicos que con más cariño recuerdo es el que viví en aquel y remoto octubre de 2009 (ya doce años) cuando solicité mis vacaciones laborales y con una mochila al hombro viajé a Salamanca, España, a presentar, en la Universidad de Salamanca, la ponencia con título Lo público como límite a la actividad de grupos privados. Recuerdo el evento, a propósito de la frase inscrita en la puerta principal de la Universidad, que da la bienvenida a sus estudiantes: «Lo que la naturaleza no da, Salamanca no lo presta» (Quod natura non dat. Salmantica no praestat) lo cual, lleva de suyo la innegable diferencia existente entre los seres humanos.

Se dice que lo que no es Natura es Cultura, es decir, si no está en la naturaleza, entonces, el fenómeno es cultural, entendiendo por cultura el conjunto de conocimiento y grado de desarrollo artístico en una época.

El artículo 4, párrafo decimosegundo constitucional establece que «Toda persona tiene derecho al acceso a la cultura y al disfrute de los bienes y servicios que presta el Estado en la materia, así como el ejercicio de sus derechos culturales. El Estado promoverá los medios para la difusión y desarrollo de la cultura, atendiendo a la diversidad cultural en todas sus manifestaciones y expresiones con pleno respeto a la libertad creativa. La ley establecerá los mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural.».

En ese contexto es importante señalar que el pasado miércoles 13 de octubre tuvo verificativo la inauguración del Festival Internacional Cervantino en su edición número 49, en donde el país invitado es Cuba y el estado invitado Coahuila. Esperaba con mucho interés este festival porque soy amante de la cultura cubana. Dicho sea de paso, en la isla he tenido otras de mis más gratas experiencias académicas.

Debo reconocer que me gustan más las expresiones artísticas de la orquesta Aragón, los cantantes Dámaso Pérez Prado, Beni Moré, Compay Segundo o Celia Cruz, los distintos y clásicos mambos y danzones, así como las expresiones culturales que tuve la oportunidad de presenciar en El Tropicana, en el Parisien, en El Gato Tuerto o en los jardines del Hotel Nacional con Las Habaneras del Tumbao. Por supuesto, sin demérito de las expresiones que ahora se presentan en la capital cervantina de América. Simple y llanamente, me gusta más lo clásico.

Literatura y poesía por supuesto deben estar presentes en esta fiesta del espíritu; a guisa de ejemplo, el 14 de octubre se presentó el recital a cargo del ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso Grau, dirigente de las artes y letras cubanas y uno de los poetas más reconocidos de la isla y de la Patria Grande.

Sigamos el Festival Internacional Cervantino, evento que abona en el cumplimiento del derecho humano de acceso a la cultura. Una fiesta para todos, una fiesta democrática.

Tomemos medidas sanitarias, la pandemia sigue.

germanrodriguez32@hotmail.com