/ sábado 21 de septiembre de 2019

De fuchis, guácalas y gritos

Ante el deprimente estado de inseguridad pública en que se encuentra el país, la semana pasada, en Tamaulipas, el Presidente de México envió al carajo a la delincuencia y los repudió con las típicas expresiones de asco y repudio: fuchi, guácala: «(...) los estamos llamando (a los delincuentes) a que le bajen y que ya todos nos portemos bien. Al carajo la delincuencia, fuchi, guácala.». Además, conminó al delincuente potencial a que previo a cometer el ilícito, pensara en sus mamacitas. Por supuesto, como casi todo lo que dice el titular del Ejecutivo federal en sus conferencias matutinas, tuvo resonancia en los medios informativos, como noticia, como artículo de opinión o como pieza editorial, en donde se ridiculizaba la propuesta y se hacía chunga de las expresiones. Sin embargo, es preciso ir con cautela y realizar un análisis más detenido.

Hay muchos estudios que respaldan la propuesta del presidente; a guisa de ejemplo, cito a Sara Sefchovich, autora de ¡ATRÉVETE! UNA PROPUESTA HEREJE CONTRA LA VIOLENCIA EN MÉXICO (AGUILAR, 2014), quien es una connotada científica social mexicana ocupada de mejorar la vida pública del país. En el libro en cita, refiere que el orden social ha mermado, en buena medida, por la calidad en las relaciones familiares y que en muchas ocasiones, las madres tienen conocimiento de las actividades delincuenciales de sus hijos, pero deciden mortificarse en silencio y voltear para otro lado. En fin, habla de la familia como motor para comenzar a disminuir el alto índice delictivo.

Por otro lado, quizás quien ingresó al crimen organizado no tuvo oportunidad de decir fuchi o guácala, sino que se vio obligado por las circunstancias, por lo que es adecuado atacar la causa de la violencia, sin que esto sea óbice para, a la inmediatez posible, devolver la paz, el orden y la tranquilidad a las calles, es decir, recuperar el espacio público.

En otro orden de ideas, no se puede dejar pasar en este espacio de Opinión, la ceremonia del Grito de Dolores, evento conmemorativo de la Independencia de México, primera ocasión en que lo hace Andrés Manuel López Obrador en su carácter de Presidente Constitucional de nuestro país.

Un Grito histórico y cargado de emotividad ante una Plaza de la Constitución pletórica de gente rebosante de alegría hasta las lágrimas, precedido de un gran festival cultural de todas las entidades federativas del país; una ceremonia que contrastó notablemente con las celebradas en el pasado reciente, destacando la arenga del presidente, motivando veinte vivas: la Independencia, Hidalgo, Morelos, la Corregidora, Allende, Leona Vicario, las madres y los padres de la patria, los héroes anónimos, el heroico pueblo de México, las comunidades indígenas, la Libertad, la Justicia, la Democracia, la Soberanía, la fraternidad universal, la Paz, la riqueza cultural de México y tres Méxicos.

Recordemos que en la ceremonia del Grito de Dolores se pronuncia el discurso político más básico, más elemental, más popular. En esta ocasión fue calificado de magnánimo por Enrique Krauze.

Un Grito diferente que despertó conciencias, que invita a repensar el orgullo de ser mexicanos y que motiva a continuar aportando nuestro trabajo y talento para mejorar a la patria, a sabiendas que se nos reconoce como héroes anónimos. germanrodriguez32@hotmail.com

Ante el deprimente estado de inseguridad pública en que se encuentra el país, la semana pasada, en Tamaulipas, el Presidente de México envió al carajo a la delincuencia y los repudió con las típicas expresiones de asco y repudio: fuchi, guácala: «(...) los estamos llamando (a los delincuentes) a que le bajen y que ya todos nos portemos bien. Al carajo la delincuencia, fuchi, guácala.». Además, conminó al delincuente potencial a que previo a cometer el ilícito, pensara en sus mamacitas. Por supuesto, como casi todo lo que dice el titular del Ejecutivo federal en sus conferencias matutinas, tuvo resonancia en los medios informativos, como noticia, como artículo de opinión o como pieza editorial, en donde se ridiculizaba la propuesta y se hacía chunga de las expresiones. Sin embargo, es preciso ir con cautela y realizar un análisis más detenido.

Hay muchos estudios que respaldan la propuesta del presidente; a guisa de ejemplo, cito a Sara Sefchovich, autora de ¡ATRÉVETE! UNA PROPUESTA HEREJE CONTRA LA VIOLENCIA EN MÉXICO (AGUILAR, 2014), quien es una connotada científica social mexicana ocupada de mejorar la vida pública del país. En el libro en cita, refiere que el orden social ha mermado, en buena medida, por la calidad en las relaciones familiares y que en muchas ocasiones, las madres tienen conocimiento de las actividades delincuenciales de sus hijos, pero deciden mortificarse en silencio y voltear para otro lado. En fin, habla de la familia como motor para comenzar a disminuir el alto índice delictivo.

Por otro lado, quizás quien ingresó al crimen organizado no tuvo oportunidad de decir fuchi o guácala, sino que se vio obligado por las circunstancias, por lo que es adecuado atacar la causa de la violencia, sin que esto sea óbice para, a la inmediatez posible, devolver la paz, el orden y la tranquilidad a las calles, es decir, recuperar el espacio público.

En otro orden de ideas, no se puede dejar pasar en este espacio de Opinión, la ceremonia del Grito de Dolores, evento conmemorativo de la Independencia de México, primera ocasión en que lo hace Andrés Manuel López Obrador en su carácter de Presidente Constitucional de nuestro país.

Un Grito histórico y cargado de emotividad ante una Plaza de la Constitución pletórica de gente rebosante de alegría hasta las lágrimas, precedido de un gran festival cultural de todas las entidades federativas del país; una ceremonia que contrastó notablemente con las celebradas en el pasado reciente, destacando la arenga del presidente, motivando veinte vivas: la Independencia, Hidalgo, Morelos, la Corregidora, Allende, Leona Vicario, las madres y los padres de la patria, los héroes anónimos, el heroico pueblo de México, las comunidades indígenas, la Libertad, la Justicia, la Democracia, la Soberanía, la fraternidad universal, la Paz, la riqueza cultural de México y tres Méxicos.

Recordemos que en la ceremonia del Grito de Dolores se pronuncia el discurso político más básico, más elemental, más popular. En esta ocasión fue calificado de magnánimo por Enrique Krauze.

Un Grito diferente que despertó conciencias, que invita a repensar el orgullo de ser mexicanos y que motiva a continuar aportando nuestro trabajo y talento para mejorar a la patria, a sabiendas que se nos reconoce como héroes anónimos. germanrodriguez32@hotmail.com