/ miércoles 21 de noviembre de 2018

De la Constitución a deformarse, como nuevo traje a la medida

A los Ministros de la Corte que votaron

en contra de la Ley de Seguridad Interior.


A Roberto Gustavo Mancilla Castro, por lo mismo.


“Hay que salvar a la Constitución de los legisladores”.

Anónimo.


1.- Cuando Calderón, el ex presidente, inventó la utilización del Ejército para combatir el llamado crimen organizado o el narcotráfico, sin reformar la Constitución, hubo voces que alertaron que habría una fractura de la Carta Magna. En efecto, la Carta Magna indica: “Artículo 129.-En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas.”

2.- La expresión es clara: “en tiempo de paz”, y la pregunta obligada ¿estamos en tiempos de paz?, jurídicamente sí, porque no hay estado de emergencia o de guerra declarada por el Congreso. Socialmente no estamos en tiempos de paz, hay desmedida violencia, demasiados muertos, excesivos enterrados y desaparecidos.

3.- La otra fase es contundente: “(…) ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.” La expresión es limpia y contundente solo funciones que las que “tengan exacta conexión” con la disciplina militar, nada más claro, exacta incumbencia. Es suficiente lo anterior para concluir que, en una interpretación letrista, es decir a la letra no hay congruencia ya que la autoridad militar no debe ejercer funciones que no tienen exacta conexión con la disciplina militar.

4.- Sin embargo, algunos consideramos que el hecho de que el Ejercito saliera a las calles podría ser “necesario”, dada la necesidad de confrontar con mas fuerza el llamado crimen organizado o el narcotráfico.

5.- Después apareció a finales de este sexenio de la corrupción, la inconstitucional Ley de Seguridad Nacional. Con 262 votos a favor y 25 en contra, entre aplausos y gritos de júbilo de los diputados del PRI y su cófrade el Verde Ecologista, esa esta nefasta y polémica ley que permitiría la actuación en las calles de las Fuerzas Armadas y su actividad en labores de seguridad pública, que sólo corresponden a las policías. Esos que votaron no debieron ser representantes populares…

6.- Demasiadas voces nacionales e internacionales se levantaron contra ella, algún partido político, el llamado Movimiento Ciudadano, promovió acciones legales en la Corte de Justicia en contra de ella, que fueron desechadas por el ministro Pardo. Y hubo otras acciones condujeron, con fortuna, a su declaración de inconstitucionalidad y sobre todo a la eliminación de vigencia. El ministro Zaldívar indico: “(…) esta ley es un fraude a la Constitución, pretende disfrazar como seguridad interior lo que en realidad es seguridad pública y que atañe estrictamente a las autoridades civiles”. Se sabe que algunos argumentos aducidos por el Partido Movimiento Cuando, fueron reiterados por la Corte. Tardíamente…

7.- Pero no acabamos de tener cierto alborozo por la actuación de la Corte, cuando se anuncia que parafraseando a Catalina Pérez Correa: (ver https://elpais.com/internacional/2018/11/16/mexico/1542332479_339540.html) “LOS MILITARES SE QUEDAN, LOS POLICÍAS SE VAN”. Diez de los once ministros sustentaron que el Congreso no tiene facultades para legislar en materia de seguridad interior. Las tareas de seguridad pública deben estar todavía en manos de autoridades civiles, no de los militares. Una ley que pone en riesgo los derechos humanos y los fundamentales, es incompatible con un régimen democrático de Derecho; una ley que permite que el uso de las fuerzas armadas sea para perseguir a todos los probables delincuentes, es para tenerle miedo.

8.- Cuando se reformo el procedimiento penal nacional se dieron ocho años para prepararse, para capacitarse, para mejor actuar. Ahora da temor que el Poder Legislativo pueda deformar, no reformar la Constitución y permita que el Ejercito sea el persecutor oficial. Este 1 de diciembre el nuevo Ejecutivo Federal protestara conforme al 128 de la Carta Magna, guardar la Constitución vigente. Los senadores y diputados ya lo hicieron. Deseamos que cumplan. Esperemos que el Ejecutivo Federal y todos los legisladores, todos, entiendan que guardar la Constitución es respetarla, no ultrajarla, no contradecirla, no violentarla y también no reformarla.

9.- Si se presenta una iniciativa o unas iniciativas para lo anterior, se fracturará muy gravemente la Constitución. Y si se obtiene su aprobación en el Congreso, faltaría que el paseo que se hiciera en el país de la misma con las legislaturas estaduales pudiera permitir su freno.

10.- La citada Catalina Pérez Correa, indica con sobrada razón: “¿Por qué apostar por un –mayor- crecimiento de las fuerzas armadas? ¿Por qué continuar con unaestrategia que ha demostrado ser tan costosa en términos de vidas, legitimidad y paz? Las omisiones en el plan para formar instituciones civiles son graves. Igualmente, grave es la actitud que denota la propuesta: si la Constitución estorba, que se cambie. Doblegar la Constitución y desoír a la Suprema Corte para seguir un camino que ha dejado cientos de miles de muertos, desaparecidos y desplazados es un error histórico”.

“HAY QUE SALVAR A LA CONSTITUCIÓN DE LOS LEGISLADORES”.

A los Ministros de la Corte que votaron

en contra de la Ley de Seguridad Interior.


A Roberto Gustavo Mancilla Castro, por lo mismo.


“Hay que salvar a la Constitución de los legisladores”.

Anónimo.


1.- Cuando Calderón, el ex presidente, inventó la utilización del Ejército para combatir el llamado crimen organizado o el narcotráfico, sin reformar la Constitución, hubo voces que alertaron que habría una fractura de la Carta Magna. En efecto, la Carta Magna indica: “Artículo 129.-En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar. Solamente habrá Comandancias Militares fijas y permanentes en los castillos, fortalezas y almacenes que dependan inmediatamente del Gobierno de la Unión; o en los campamentos, cuarteles o depósitos que, fuera de las poblaciones, estableciere para la estación de las tropas.”

2.- La expresión es clara: “en tiempo de paz”, y la pregunta obligada ¿estamos en tiempos de paz?, jurídicamente sí, porque no hay estado de emergencia o de guerra declarada por el Congreso. Socialmente no estamos en tiempos de paz, hay desmedida violencia, demasiados muertos, excesivos enterrados y desaparecidos.

3.- La otra fase es contundente: “(…) ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.” La expresión es limpia y contundente solo funciones que las que “tengan exacta conexión” con la disciplina militar, nada más claro, exacta incumbencia. Es suficiente lo anterior para concluir que, en una interpretación letrista, es decir a la letra no hay congruencia ya que la autoridad militar no debe ejercer funciones que no tienen exacta conexión con la disciplina militar.

4.- Sin embargo, algunos consideramos que el hecho de que el Ejercito saliera a las calles podría ser “necesario”, dada la necesidad de confrontar con mas fuerza el llamado crimen organizado o el narcotráfico.

5.- Después apareció a finales de este sexenio de la corrupción, la inconstitucional Ley de Seguridad Nacional. Con 262 votos a favor y 25 en contra, entre aplausos y gritos de júbilo de los diputados del PRI y su cófrade el Verde Ecologista, esa esta nefasta y polémica ley que permitiría la actuación en las calles de las Fuerzas Armadas y su actividad en labores de seguridad pública, que sólo corresponden a las policías. Esos que votaron no debieron ser representantes populares…

6.- Demasiadas voces nacionales e internacionales se levantaron contra ella, algún partido político, el llamado Movimiento Ciudadano, promovió acciones legales en la Corte de Justicia en contra de ella, que fueron desechadas por el ministro Pardo. Y hubo otras acciones condujeron, con fortuna, a su declaración de inconstitucionalidad y sobre todo a la eliminación de vigencia. El ministro Zaldívar indico: “(…) esta ley es un fraude a la Constitución, pretende disfrazar como seguridad interior lo que en realidad es seguridad pública y que atañe estrictamente a las autoridades civiles”. Se sabe que algunos argumentos aducidos por el Partido Movimiento Cuando, fueron reiterados por la Corte. Tardíamente…

7.- Pero no acabamos de tener cierto alborozo por la actuación de la Corte, cuando se anuncia que parafraseando a Catalina Pérez Correa: (ver https://elpais.com/internacional/2018/11/16/mexico/1542332479_339540.html) “LOS MILITARES SE QUEDAN, LOS POLICÍAS SE VAN”. Diez de los once ministros sustentaron que el Congreso no tiene facultades para legislar en materia de seguridad interior. Las tareas de seguridad pública deben estar todavía en manos de autoridades civiles, no de los militares. Una ley que pone en riesgo los derechos humanos y los fundamentales, es incompatible con un régimen democrático de Derecho; una ley que permite que el uso de las fuerzas armadas sea para perseguir a todos los probables delincuentes, es para tenerle miedo.

8.- Cuando se reformo el procedimiento penal nacional se dieron ocho años para prepararse, para capacitarse, para mejor actuar. Ahora da temor que el Poder Legislativo pueda deformar, no reformar la Constitución y permita que el Ejercito sea el persecutor oficial. Este 1 de diciembre el nuevo Ejecutivo Federal protestara conforme al 128 de la Carta Magna, guardar la Constitución vigente. Los senadores y diputados ya lo hicieron. Deseamos que cumplan. Esperemos que el Ejecutivo Federal y todos los legisladores, todos, entiendan que guardar la Constitución es respetarla, no ultrajarla, no contradecirla, no violentarla y también no reformarla.

9.- Si se presenta una iniciativa o unas iniciativas para lo anterior, se fracturará muy gravemente la Constitución. Y si se obtiene su aprobación en el Congreso, faltaría que el paseo que se hiciera en el país de la misma con las legislaturas estaduales pudiera permitir su freno.

10.- La citada Catalina Pérez Correa, indica con sobrada razón: “¿Por qué apostar por un –mayor- crecimiento de las fuerzas armadas? ¿Por qué continuar con unaestrategia que ha demostrado ser tan costosa en términos de vidas, legitimidad y paz? Las omisiones en el plan para formar instituciones civiles son graves. Igualmente, grave es la actitud que denota la propuesta: si la Constitución estorba, que se cambie. Doblegar la Constitución y desoír a la Suprema Corte para seguir un camino que ha dejado cientos de miles de muertos, desaparecidos y desplazados es un error histórico”.

“HAY QUE SALVAR A LA CONSTITUCIÓN DE LOS LEGISLADORES”.

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