/ lunes 13 de mayo de 2019

Desarrollo Sustentable

Como fruto de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU, en 1987 se formalizó en el documento Informe Brundtland, denominado así por la autora, la tres veces primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, en la que se acotaron las expresiones desarrollo sostenible, desarrollo perdurable y desarrollo sustentable. Este último término es sin duda el que mayor utilizado cuando se crean proyectos que van de la mano con la eficacia, mas no necesaria eficiencia. El primer término implica un proceso en el tiempo y en el espacio relacionado íntimamente con la eficiencia, lo cual permite, además, ser eficaz. Mientras desarrollo sustentable implica una finalidad que va de la mano de la eficacia. Resumiendo, la eficacia es la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera y la eficiencia es la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.

En el lenguaje empresarial, en las inversiones privadas y públicas, los desarrollos sostenibles, perdurables y sustentables se concentran en el desarrollo económico y humano. Cualquier inversión que carezca del análisis técnico y científico, de mercado y de consumo, análisis de pros y contras para conseguir un resultado que sea sostenible y sustentable conducirá al fracaso. Aún más grave cuando la inversión se hace con recursos públicos, en virtud –obvio- que los que manejan el proyecto, la ejecución, el desarrollo está utilizando dineros que no son suyos, son la suma de los contribuyentes de un municipio, estado o país. Hechos que estamos viendo en el gobierno de la 4T,

Si la riqueza, la educación y la salud son los indicadores fundamentales que definen el desarrollo de un país, sin los anteriores postulados jamás se lograrán. Reducir la disparidad entre unos cuantos miles ricos y millones de pobres con mejores perspectivas de desarrollo profesional y laboral. Alcanzar estándares de salud que nos indica la Organización Mundial de la Salud, y, sobre todo lograr educación de calidad que serán las armas para conseguir los dos primeros principios. Como dice el evangelio, “todo lo demás se les dará por añadidura” (Mateo 6:33).

En la política de austeridad que pregona la 4T que cancela servicios de bienestar social, reduce el presupuesto para la salud e infraestructura en programas básicos y de mantenimiento con el velado objetivo de obtener recursos para la construcción de la insostenible refinería en Tabasco, el tren Maya y la edificación de lo que será ineficiente terminal aérea en Santa Lucía no se augura sustentabilidad ni futuro promisorio.

Como fruto de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de la ONU, en 1987 se formalizó en el documento Informe Brundtland, denominado así por la autora, la tres veces primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, en la que se acotaron las expresiones desarrollo sostenible, desarrollo perdurable y desarrollo sustentable. Este último término es sin duda el que mayor utilizado cuando se crean proyectos que van de la mano con la eficacia, mas no necesaria eficiencia. El primer término implica un proceso en el tiempo y en el espacio relacionado íntimamente con la eficiencia, lo cual permite, además, ser eficaz. Mientras desarrollo sustentable implica una finalidad que va de la mano de la eficacia. Resumiendo, la eficacia es la capacidad de lograr el efecto que se desea o se espera y la eficiencia es la capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.

En el lenguaje empresarial, en las inversiones privadas y públicas, los desarrollos sostenibles, perdurables y sustentables se concentran en el desarrollo económico y humano. Cualquier inversión que carezca del análisis técnico y científico, de mercado y de consumo, análisis de pros y contras para conseguir un resultado que sea sostenible y sustentable conducirá al fracaso. Aún más grave cuando la inversión se hace con recursos públicos, en virtud –obvio- que los que manejan el proyecto, la ejecución, el desarrollo está utilizando dineros que no son suyos, son la suma de los contribuyentes de un municipio, estado o país. Hechos que estamos viendo en el gobierno de la 4T,

Si la riqueza, la educación y la salud son los indicadores fundamentales que definen el desarrollo de un país, sin los anteriores postulados jamás se lograrán. Reducir la disparidad entre unos cuantos miles ricos y millones de pobres con mejores perspectivas de desarrollo profesional y laboral. Alcanzar estándares de salud que nos indica la Organización Mundial de la Salud, y, sobre todo lograr educación de calidad que serán las armas para conseguir los dos primeros principios. Como dice el evangelio, “todo lo demás se les dará por añadidura” (Mateo 6:33).

En la política de austeridad que pregona la 4T que cancela servicios de bienestar social, reduce el presupuesto para la salud e infraestructura en programas básicos y de mantenimiento con el velado objetivo de obtener recursos para la construcción de la insostenible refinería en Tabasco, el tren Maya y la edificación de lo que será ineficiente terminal aérea en Santa Lucía no se augura sustentabilidad ni futuro promisorio.