/ martes 8 de diciembre de 2020

Día Internacional Contra La Corrupción

Mañana, 9 de diciembre, es el Día Internacional Contra la Corrupción, así declarado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en la resolución 58/4, de 31 de octubre de 2003. Es en ese contexto, entonces en el que comparto las reflexiones vertidas en la presente entrega.

La corrupción tiene múltiples definiciones, todas válidas en la medida en que se menciones que se trata de una ruptura con el orden establecido y que lleva de suyo una actividad prohibida y/o moralmente cuestionable. Y entramos al escabroso terreno de la moralidad.

Tener una idea aproximada del término corrupción, considero que es una tarea más sencilla que tenerla de su contrario, pues, atento a su multiplicidad de acepciones, enfoques, ángulos, perspectivas, es difícil identificar su contrario, es decir, enfatizo la complejidad de encontrar el sustantivo antónimo de corrupción. No obstante, hay quienes lo conciben en el concepto de honestidad, ética e integridad, es decir, una persona de una sola pieza, actuando con corrección y apego a las normas establecidas, las cuales, son razonables, consensuadas (legítimas) que son útiles para que la convivencia social sea más agradable y llevadera.

Cuando hablamos de la ética y la moral, en tanto mandatos interiores del ser humano, necesariamente recordamos a Sócrates y el famoso aforismo a él atribuible, inscrito en el templo de Apolo en Delfos: conócete a ti mismo. Probablemente, este filósofo fue el primero en buscar la última causa del ser humano pues, previamente, el interés de los pensadores giraba en torno a la naturaleza, a sus elementos (agua, fuego, aire, tierra), a su dinamismo, pero no en la naturaleza del ser humano, sus entresijos, enigmas y misterios.

A partir de conocernos a nosotros mismos, entonces, estamos en posibilidad de advertir qué tanto podemos contribuir, con nuestro trabajo, al bienestar personal y colectivo; en todo caso, todo el bagaje que reconozcamos y que potencialmente sirva para mejorar el entorno, debemos convertirlo en acciones. Lo anterior, no es otra cosa que ejercer derechos políticos, es decir, que nos convirtamos en verdaderos ciudadanos.

En ese orden de ideas, se colige que ética y política son disciplinas interdependientes y complementarias que atañen a todos, en tanto que todos somos animales políticos (Aristóteles dixit), pues atienden a la dualidad del ser humano: en su individualidad y en tanto parte de un colectivo.

Mañana es el Día Internacional contra la Corrupción; recordemos que el combate a la corrupción es la prioridad y que no atañe única y exclusivamente al sector gubernamental, sino se trata de un esfuerzo individual y que la suma de estos incidirá en lo colectivo. Pequeñas acciones pueden dar grandes resultados: podemos empezar por respetar al prójimo y a la normativa.

El lema de este año que han decidido las Naciones Unidas para conmemorar la efeméride es Recuperación con integridad, a sabiendas que la corrupción aumenta en tiempos de crisis como la vivida actualmente con la pandemia. El lema, por tanto, alude a que únicamente con medidas eficaces para mitigar la corrupción será posible una óptima recuperación, destacando que esta puede lograrse solamente con ética e integridad.

germanrodriguez32@hotmail.com

Mañana, 9 de diciembre, es el Día Internacional Contra la Corrupción, así declarado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, en la resolución 58/4, de 31 de octubre de 2003. Es en ese contexto, entonces en el que comparto las reflexiones vertidas en la presente entrega.

La corrupción tiene múltiples definiciones, todas válidas en la medida en que se menciones que se trata de una ruptura con el orden establecido y que lleva de suyo una actividad prohibida y/o moralmente cuestionable. Y entramos al escabroso terreno de la moralidad.

Tener una idea aproximada del término corrupción, considero que es una tarea más sencilla que tenerla de su contrario, pues, atento a su multiplicidad de acepciones, enfoques, ángulos, perspectivas, es difícil identificar su contrario, es decir, enfatizo la complejidad de encontrar el sustantivo antónimo de corrupción. No obstante, hay quienes lo conciben en el concepto de honestidad, ética e integridad, es decir, una persona de una sola pieza, actuando con corrección y apego a las normas establecidas, las cuales, son razonables, consensuadas (legítimas) que son útiles para que la convivencia social sea más agradable y llevadera.

Cuando hablamos de la ética y la moral, en tanto mandatos interiores del ser humano, necesariamente recordamos a Sócrates y el famoso aforismo a él atribuible, inscrito en el templo de Apolo en Delfos: conócete a ti mismo. Probablemente, este filósofo fue el primero en buscar la última causa del ser humano pues, previamente, el interés de los pensadores giraba en torno a la naturaleza, a sus elementos (agua, fuego, aire, tierra), a su dinamismo, pero no en la naturaleza del ser humano, sus entresijos, enigmas y misterios.

A partir de conocernos a nosotros mismos, entonces, estamos en posibilidad de advertir qué tanto podemos contribuir, con nuestro trabajo, al bienestar personal y colectivo; en todo caso, todo el bagaje que reconozcamos y que potencialmente sirva para mejorar el entorno, debemos convertirlo en acciones. Lo anterior, no es otra cosa que ejercer derechos políticos, es decir, que nos convirtamos en verdaderos ciudadanos.

En ese orden de ideas, se colige que ética y política son disciplinas interdependientes y complementarias que atañen a todos, en tanto que todos somos animales políticos (Aristóteles dixit), pues atienden a la dualidad del ser humano: en su individualidad y en tanto parte de un colectivo.

Mañana es el Día Internacional contra la Corrupción; recordemos que el combate a la corrupción es la prioridad y que no atañe única y exclusivamente al sector gubernamental, sino se trata de un esfuerzo individual y que la suma de estos incidirá en lo colectivo. Pequeñas acciones pueden dar grandes resultados: podemos empezar por respetar al prójimo y a la normativa.

El lema de este año que han decidido las Naciones Unidas para conmemorar la efeméride es Recuperación con integridad, a sabiendas que la corrupción aumenta en tiempos de crisis como la vivida actualmente con la pandemia. El lema, por tanto, alude a que únicamente con medidas eficaces para mitigar la corrupción será posible una óptima recuperación, destacando que esta puede lograrse solamente con ética e integridad.

germanrodriguez32@hotmail.com