/ martes 9 de abril de 2019

Diario de Finanzas

La fuerza de la palabra

“La fuerza es el silencio, la debilidad, la palabra.”

Carlos Dómine.

Quizá le ha sucedido que ver muchas noticias o incluso leerlas le pueden cambiar el estado de ánimo, ya sea que nazca un gran optimismo o bien incluso que la tristeza embargue sus pensamientos; en muchas ocasiones he llegado a mencionar en algunas pláticas que si a las personas les afecta ver los noticieros, entonces deberían considerar seriamente dejar esos hábitos por algún tiempo, pues en muchas ocasiones la el estado de ánimo no está preparado para recibir un determinado número de noticias, sobre todo cuando estas no son muy buenas.

Así entonces tenemos el ejemplo de escuchar el noticiero matutino, y sólo de escuchar el resumen se puede decir que uno se encuentra actualizado de todo lo sucedido hasta el momento, sin embargo también se puede decir que se encuentra afectado por todo lo sucedido, por lo que aún no pasa ni una hora de que despertó y las noticias ya lo están llevan a escenarios sumamente desagradables.

Por supuesto no se trata de no escuchar o leer noticias, sino de la manera en que esto afecta la actividad diaria que desarrollamos, y aunque resulte fácil de aceptar, si las noticias en ese día están en un marco de lo que podríamos considerar como deprimente, las acciones que desarrollamos en las horas posteriores de ese día al menos contienen unos pocos comentarios de lo que escuchamos por la mañana.

Por lo que al recibir al primer cliente podríamos estar comentando sobre la mala situación de inseguridad, sobre el precio del combustible, o incluso sobre qué pasará en el futuro de seguir una situación como la que estamos viviendo y platicando, después de varios días, puede ser que de tantas noticias acumuladas lo único que platicamos es de lo mal que están las cosas, y ante cualquier variación en nuestra economía rápidamente encontramos una explicación: ya lo sabíamos, pues ya lo habíamos escuchado.

Puede existir verdad en lo que ahora se afirma, pero el hecho de que todos los días estemos comentando las noticias tristes o difíciles de asimilar llegan a afectar el estado de ánimo, y con ello comienza una contaminación de ideas con todos aquellos con los que convivimos y tenemos contacto, clientes, amigos, vecinos, y hasta personas que conocemos ocasionalmente en un lugar, el tema del día es lo mal que están las cosas y como está afectando.

Pero debe tener algo en cuenta, si bien las cosas nunca están lo bien que deseamos, tampoco están lo mal que otros dicen, lo que implica que no se puede negar que existen afectados, pero siempre hay afortunados. ¿De cuáles quiere ser usted?

Por la sola palabra no se componen los escenarios económicos, pero si se alimenta o se afecta un factor sumamente importante para que éstos se generan en la mejor manera posible, se afecta la confianza.

Si la situación es mala pero usted tiene confianza su visión será más optimista, y si no existe la confianza entonces quizá hasta deje de intentar acciones o cambios que lo podrían llevar a una mejor situación.

Las palabras tienen fuerza, cuando se escriban, cuando se leen, y por supuesto cuando se escuchan. ¿Qué situación promueve usted con sus palabras? Comentarios y sugerencias: vmurosal@prodigy.net.mx o bien en twitter: victorlmuro

La fuerza de la palabra

“La fuerza es el silencio, la debilidad, la palabra.”

Carlos Dómine.

Quizá le ha sucedido que ver muchas noticias o incluso leerlas le pueden cambiar el estado de ánimo, ya sea que nazca un gran optimismo o bien incluso que la tristeza embargue sus pensamientos; en muchas ocasiones he llegado a mencionar en algunas pláticas que si a las personas les afecta ver los noticieros, entonces deberían considerar seriamente dejar esos hábitos por algún tiempo, pues en muchas ocasiones la el estado de ánimo no está preparado para recibir un determinado número de noticias, sobre todo cuando estas no son muy buenas.

Así entonces tenemos el ejemplo de escuchar el noticiero matutino, y sólo de escuchar el resumen se puede decir que uno se encuentra actualizado de todo lo sucedido hasta el momento, sin embargo también se puede decir que se encuentra afectado por todo lo sucedido, por lo que aún no pasa ni una hora de que despertó y las noticias ya lo están llevan a escenarios sumamente desagradables.

Por supuesto no se trata de no escuchar o leer noticias, sino de la manera en que esto afecta la actividad diaria que desarrollamos, y aunque resulte fácil de aceptar, si las noticias en ese día están en un marco de lo que podríamos considerar como deprimente, las acciones que desarrollamos en las horas posteriores de ese día al menos contienen unos pocos comentarios de lo que escuchamos por la mañana.

Por lo que al recibir al primer cliente podríamos estar comentando sobre la mala situación de inseguridad, sobre el precio del combustible, o incluso sobre qué pasará en el futuro de seguir una situación como la que estamos viviendo y platicando, después de varios días, puede ser que de tantas noticias acumuladas lo único que platicamos es de lo mal que están las cosas, y ante cualquier variación en nuestra economía rápidamente encontramos una explicación: ya lo sabíamos, pues ya lo habíamos escuchado.

Puede existir verdad en lo que ahora se afirma, pero el hecho de que todos los días estemos comentando las noticias tristes o difíciles de asimilar llegan a afectar el estado de ánimo, y con ello comienza una contaminación de ideas con todos aquellos con los que convivimos y tenemos contacto, clientes, amigos, vecinos, y hasta personas que conocemos ocasionalmente en un lugar, el tema del día es lo mal que están las cosas y como está afectando.

Pero debe tener algo en cuenta, si bien las cosas nunca están lo bien que deseamos, tampoco están lo mal que otros dicen, lo que implica que no se puede negar que existen afectados, pero siempre hay afortunados. ¿De cuáles quiere ser usted?

Por la sola palabra no se componen los escenarios económicos, pero si se alimenta o se afecta un factor sumamente importante para que éstos se generan en la mejor manera posible, se afecta la confianza.

Si la situación es mala pero usted tiene confianza su visión será más optimista, y si no existe la confianza entonces quizá hasta deje de intentar acciones o cambios que lo podrían llevar a una mejor situación.

Las palabras tienen fuerza, cuando se escriban, cuando se leen, y por supuesto cuando se escuchan. ¿Qué situación promueve usted con sus palabras? Comentarios y sugerencias: vmurosal@prodigy.net.mx o bien en twitter: victorlmuro

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