/ miércoles 16 de diciembre de 2020

Diciembre sin Grandes Festejos

En el país de las maravillas llamado México, las maravillas no acaban y ahora entre cambios de secretarios con ¨maravillosos¨ perfiles para los cargos por desempeñar y las reformas aprobadas por el Senado, viviremos nuevamente felices, al fin que ya viene Navidad y probablemente si todos le rezamos a nuestra Guadalupana en su día, nos salvamos y, a lo mejor podremos sentirnos seguros, al fin que ahora el Banco de México podrá comprar dólares preparando el camino, tal vez, para ¨nacionalizar reservas¨, pero como en este país lavamos la ropa ajena y propia públicamente, pueda ser que el Banco se convierta en un lavadero a la usanza de las abuelas que salían a lavar la ropa ajena y propia en el río o en los lavaderos públicos, como no somos muy doctos en el hablar, nuestra máxima autoridad se está dando a la tarea de editar un diccionario con términos del periodo neoliberal, ya que la empatía no se le da por no entender el término y mucho menos la resiliencia, así que no percibe que la resiliencia de la mayoría de los mexicanos se está agotando y ni con remedios holísticos y meditación podremos volver a ser lo que antes fuimos, ya que en este año largo que se pasó rápido y con total desconcierto sobre lo que sucede y pasa en todos sentidos, aprendimos a aceptar lo que no podemos solucionar y viene de parte de Dios o el Universo, así como observar los errores cometidos en la pasada elección presidencial, errores que deberán no cometerse el próximo 2021, por lo que es importante salir a votar y pensar y analizar a quién se le da ese voto, pues en este año estuvimos perplejos, incrédulos, asustados y muy enojados como consecuencia de estas votaciones pasadas y más estaremos si renovamos el voto con desacierto entregando el poder en una sola persona. Este, ha sido un año de reflexión, emociones y sentimientos encontrados, fue un año de llanto, aplausos, gritos y solidaridad, nunca, que mi memoria recuerde en mí ya no tan corta vida, pasó tanto en tan poco tiempo, quienes lo hemos sobrevivido celebraremos este fin de año la dicha de estar vivos, hemos ganado más que nunca, aprendimos a levantarnos y agradecer por estar sanos, por un día más, por desmoronarnos y volvernos a levantar, por los momentos de depresión y tristeza, porque el año que viene sea un año de esperanza al saber que ya tendremos la vacuna, aun cuando podamos creer que representa riesgos, más riesgo es no tenerla; este año de conversión y de cambio, nos convertimos en personas resilientes y agradecidas, en un de repente imprevisto sin percibirlo regresamos a las buenas costumbres de convivencia familiar y encuentros lejanos, retomamos la costumbre de valorar y agradecer todo aquello que tenemos sin enfocarnos en lo que carecemos, la envidia pasó a tercer lugar y la solidaridad con el sufrimiento de otros afloró en nuestro corazón, nos abrazamos en silencio, aprendimos que el tiempo no existe y sin embargo se escurre como agua entre los dedos, aprendimos a decir te quiero a aquellos que lejos o cercanos de nuestra vida se encuentran, a desear el bien para todos, a hacer nuevos amigos que no conocemos y probablemente difícil será verlos como no sea a través de las redes sociales, nunca habíamos recibido en estas redes tantos mensajes de aliento y amor, de gratitud, llegó un momento en que la política dejó de ser importante al tener a alguien cercano batallando con el travieso virus que vino a completar nuestra existencia obligándonos a retomar los valores esenciales para vivir, a apreciar el amanecer y el atardecer nocturno, a crear un nuevo mundo de unidad y amar y disfrutar la vida más que nunca, a reconocer que GRACIAS debe ser el sentimiento más pronunciado con palabras, y FE la palabra mágica que se convierte en verdad al reconocer que todo está en manos del ser superior que nos creó, con EL todo, sin EL nada. Seamos leales a nuestras creencias y en esta semana que celebramos a nuestra Guadalupana, renovemos la fe en que vienen mejores situaciones para todos, como hermanos, mientras yo rezo espero sus comentarios en angeldesoia@yahoo.com.mx, agradeciéndoles su compañía.

En el país de las maravillas llamado México, las maravillas no acaban y ahora entre cambios de secretarios con ¨maravillosos¨ perfiles para los cargos por desempeñar y las reformas aprobadas por el Senado, viviremos nuevamente felices, al fin que ya viene Navidad y probablemente si todos le rezamos a nuestra Guadalupana en su día, nos salvamos y, a lo mejor podremos sentirnos seguros, al fin que ahora el Banco de México podrá comprar dólares preparando el camino, tal vez, para ¨nacionalizar reservas¨, pero como en este país lavamos la ropa ajena y propia públicamente, pueda ser que el Banco se convierta en un lavadero a la usanza de las abuelas que salían a lavar la ropa ajena y propia en el río o en los lavaderos públicos, como no somos muy doctos en el hablar, nuestra máxima autoridad se está dando a la tarea de editar un diccionario con términos del periodo neoliberal, ya que la empatía no se le da por no entender el término y mucho menos la resiliencia, así que no percibe que la resiliencia de la mayoría de los mexicanos se está agotando y ni con remedios holísticos y meditación podremos volver a ser lo que antes fuimos, ya que en este año largo que se pasó rápido y con total desconcierto sobre lo que sucede y pasa en todos sentidos, aprendimos a aceptar lo que no podemos solucionar y viene de parte de Dios o el Universo, así como observar los errores cometidos en la pasada elección presidencial, errores que deberán no cometerse el próximo 2021, por lo que es importante salir a votar y pensar y analizar a quién se le da ese voto, pues en este año estuvimos perplejos, incrédulos, asustados y muy enojados como consecuencia de estas votaciones pasadas y más estaremos si renovamos el voto con desacierto entregando el poder en una sola persona. Este, ha sido un año de reflexión, emociones y sentimientos encontrados, fue un año de llanto, aplausos, gritos y solidaridad, nunca, que mi memoria recuerde en mí ya no tan corta vida, pasó tanto en tan poco tiempo, quienes lo hemos sobrevivido celebraremos este fin de año la dicha de estar vivos, hemos ganado más que nunca, aprendimos a levantarnos y agradecer por estar sanos, por un día más, por desmoronarnos y volvernos a levantar, por los momentos de depresión y tristeza, porque el año que viene sea un año de esperanza al saber que ya tendremos la vacuna, aun cuando podamos creer que representa riesgos, más riesgo es no tenerla; este año de conversión y de cambio, nos convertimos en personas resilientes y agradecidas, en un de repente imprevisto sin percibirlo regresamos a las buenas costumbres de convivencia familiar y encuentros lejanos, retomamos la costumbre de valorar y agradecer todo aquello que tenemos sin enfocarnos en lo que carecemos, la envidia pasó a tercer lugar y la solidaridad con el sufrimiento de otros afloró en nuestro corazón, nos abrazamos en silencio, aprendimos que el tiempo no existe y sin embargo se escurre como agua entre los dedos, aprendimos a decir te quiero a aquellos que lejos o cercanos de nuestra vida se encuentran, a desear el bien para todos, a hacer nuevos amigos que no conocemos y probablemente difícil será verlos como no sea a través de las redes sociales, nunca habíamos recibido en estas redes tantos mensajes de aliento y amor, de gratitud, llegó un momento en que la política dejó de ser importante al tener a alguien cercano batallando con el travieso virus que vino a completar nuestra existencia obligándonos a retomar los valores esenciales para vivir, a apreciar el amanecer y el atardecer nocturno, a crear un nuevo mundo de unidad y amar y disfrutar la vida más que nunca, a reconocer que GRACIAS debe ser el sentimiento más pronunciado con palabras, y FE la palabra mágica que se convierte en verdad al reconocer que todo está en manos del ser superior que nos creó, con EL todo, sin EL nada. Seamos leales a nuestras creencias y en esta semana que celebramos a nuestra Guadalupana, renovemos la fe en que vienen mejores situaciones para todos, como hermanos, mientras yo rezo espero sus comentarios en angeldesoia@yahoo.com.mx, agradeciéndoles su compañía.

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