/ domingo 3 de octubre de 2021

El Anonimato, Virtud Y Bajeza

“Si quieres que otros te respeten, lo mejor es respetarte a ti mismo. Solo así obligarás a otros a respetarte”. Fyodor Dostoyevsky.

En la obra pública se demanda y se exige entrega de cuentas, lo que se le llaman transparencia.

Publicar cómo se maneja y qué se hace con los dineros que se aportan vía impuestos que la mayoría de las veces son informes utilizados como autoelogios del político en turno para ganar posiciones y no como un deber.

Escenario similar es la obligación de entregar cuentas cuando se utilizan recursos provenientes de donativos, cuotas voluntarias o por utilización de equipos con objeto de proporcionar servicios desinteresados cuyo único interés es servir para aliviar al necesitado, al menesteroso, al enfermo, al que ha perdido su trabajo, al que ha sido víctima de una desgracia o para mejorar la vida de los que padecen problemas incapacitantes, sirva de ejemplo el débil visual o al privado de la vista.

Otro frente que merece el respeto y admiración es del autor de una acción humanitaria que desea que su acción permanezca en el anonimato. Cualidad y virtud del que renuncia a las lisonjas propias del individuo vanidoso y engreído que raya en una expresión de soberbia. El evangelio de San Mateo lo ejemplifica en el capítulo 6, versículo 3: “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”. En la literatura también se ven textos altruistas sin firma de autor aunque, obviamente, el editor debió conocer el origen de lo que se publica. Secreto guardado entre dos.

El riesgo es caer en la creencia excesiva de las cualidades propias o que buscan la admiración vanidosa hacia su persona. Sobresalir del grupo que indirectamente es sobajar a los demás.

El reverso de la moneda es del malévolo que oculta su identidad para difamar o denigrar a una persona u organismo con fines inconfesables. Es aquel que se esconde detrás de la careta del anonimato para lanzar improperios y/o mancillar el honor de una persona. Es el cobarde resentido que no se atreve a dar la cara para afrontar la reacción que provoca. Es el que desea venganza insana propia de una mente retorcida.

Lo anterior viene al caso por la exposición del presidente de la república en su cotidiana mañanera del día 24 p.pdo. de un tweet grotesco que supuso iba dirigido a su esposa y elaborado por un tal Aldo Aldrete que se dijo era de uno de los investigadores de Conacyt bajo investigación de la FGR pero que nadie conoce, es decir que usó un seudónimo para mantenerse anónimo. Por cualquier punto que se vea, fue una acción perversa, aviesa, cobarde con todos los adjetivos que merece un individuo de la más baja estatura moral.

El tweet no mencionó el nombre de la Dra. Gutiérrez Muller, aunque es de sospechar que el reprobable agravio iba dirigido a ella. Sin embargo, según mi parecer, AMLO no supo manejar la situación, con dos dedos de frente lo hubiera tratado sin que trascendiera y así sosegar las reacciones burlescas, o escuetamente, con un simple gesto de desprecio el tweet pudo ser ignorado o se hubiera abstenido de hacer comentario alguno en lugar de hacerse la víctima de la ignominia del cobarde que lanzó el mensaje.

P. S. Mes de octubre, mes del médico, no olvide a los héroes de la pandemia viral.

flokay33@gmail.com

“Si quieres que otros te respeten, lo mejor es respetarte a ti mismo. Solo así obligarás a otros a respetarte”. Fyodor Dostoyevsky.

En la obra pública se demanda y se exige entrega de cuentas, lo que se le llaman transparencia.

Publicar cómo se maneja y qué se hace con los dineros que se aportan vía impuestos que la mayoría de las veces son informes utilizados como autoelogios del político en turno para ganar posiciones y no como un deber.

Escenario similar es la obligación de entregar cuentas cuando se utilizan recursos provenientes de donativos, cuotas voluntarias o por utilización de equipos con objeto de proporcionar servicios desinteresados cuyo único interés es servir para aliviar al necesitado, al menesteroso, al enfermo, al que ha perdido su trabajo, al que ha sido víctima de una desgracia o para mejorar la vida de los que padecen problemas incapacitantes, sirva de ejemplo el débil visual o al privado de la vista.

Otro frente que merece el respeto y admiración es del autor de una acción humanitaria que desea que su acción permanezca en el anonimato. Cualidad y virtud del que renuncia a las lisonjas propias del individuo vanidoso y engreído que raya en una expresión de soberbia. El evangelio de San Mateo lo ejemplifica en el capítulo 6, versículo 3: “No dejes que tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”. En la literatura también se ven textos altruistas sin firma de autor aunque, obviamente, el editor debió conocer el origen de lo que se publica. Secreto guardado entre dos.

El riesgo es caer en la creencia excesiva de las cualidades propias o que buscan la admiración vanidosa hacia su persona. Sobresalir del grupo que indirectamente es sobajar a los demás.

El reverso de la moneda es del malévolo que oculta su identidad para difamar o denigrar a una persona u organismo con fines inconfesables. Es aquel que se esconde detrás de la careta del anonimato para lanzar improperios y/o mancillar el honor de una persona. Es el cobarde resentido que no se atreve a dar la cara para afrontar la reacción que provoca. Es el que desea venganza insana propia de una mente retorcida.

Lo anterior viene al caso por la exposición del presidente de la república en su cotidiana mañanera del día 24 p.pdo. de un tweet grotesco que supuso iba dirigido a su esposa y elaborado por un tal Aldo Aldrete que se dijo era de uno de los investigadores de Conacyt bajo investigación de la FGR pero que nadie conoce, es decir que usó un seudónimo para mantenerse anónimo. Por cualquier punto que se vea, fue una acción perversa, aviesa, cobarde con todos los adjetivos que merece un individuo de la más baja estatura moral.

El tweet no mencionó el nombre de la Dra. Gutiérrez Muller, aunque es de sospechar que el reprobable agravio iba dirigido a ella. Sin embargo, según mi parecer, AMLO no supo manejar la situación, con dos dedos de frente lo hubiera tratado sin que trascendiera y así sosegar las reacciones burlescas, o escuetamente, con un simple gesto de desprecio el tweet pudo ser ignorado o se hubiera abstenido de hacer comentario alguno en lugar de hacerse la víctima de la ignominia del cobarde que lanzó el mensaje.

P. S. Mes de octubre, mes del médico, no olvide a los héroes de la pandemia viral.

flokay33@gmail.com