/ jueves 6 de febrero de 2020

El avión y la rifa

Al final del gobierno del presidente Calderón Hinojosa, fue adquirido el avión que hoy divide opiniones y que, como insulto al legado, ideario y pensamiento del héroe independentista José María Morelos y Pavón, así fue denominado. Si bien es cierto, el hecho fue motivo de noticia nacional, no menos cierto es, que la cobertura fue menor a la que hoy se tiene por su enajenación y salida del patrimonio gubernamental.

El avión fue estrenado por el presidente Peña Nieto. El problema del avión presidencial es que se adquirió a un costo extremadamente elevado, a todas luces desproporcionado para el gobierno de un país cuya población es muy pobre; depende de la fuente, pero al menos varias decenas de millones de personas viven en esa condición.

Inaceptable e indignante.

El avión es el estigma del despilfarro, de la opulencia y de la insensatez. En términos generales y acorde a la política, estilo y manera de gobernar de cada presidente, es aceptable, conveniente, recomendable y hasta necesario que el titular del poder Ejecutivo federal tenga una aeronave para movilizarse, pues sus funciones y atribuciones así lo demandan; sin embargo, no una como la Morelos, que no tienen ni algunos de los más grandes, importantes y acaudalados empresarios del mundo.

Cuando andaba en campaña el actual presidente de México, enarboló una bandera que hizo clic con una gran cantidad de mexicanos: se pronunció a favor de la austeridad republicana propugnada por Benito Juárez, quien a su juicio ha sido el mejor presidente de México. Ya como presidente, López Obrador ordenó la venta del avión, así como su salida a Estados Unidos para lograr el propósito, pero el avión no salió, pues su lujo es excesivo, inconveniente para las aerolíneas comerciales, y su costo es tan elevado, que ni los millonarios más excéntricos lo quieren.

No obstante, el presidente se empeña en cumplir son su palabra, por lo que ha propuesto como opción, la rifa del avión presidencial, posibilidad que requiere ajustes legislativos como el de la Ley Orgánica de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, pues hoy se establece que los premios serían en efectivo y no en especie. Ya hizo cuentas: seis millones de cachitos de quinientos pesos cada uno. Lo recaudado se destinaría a la adquisición de equipo médico.

Ocurrencia, distractor, idea genial o solución de un problema; usted califique. Lo cierto es que el presidente nuevamente marca la agenda pública, que el avión en cuestión es onerosísimo, insultante e innecesario.

Yo sí compraría un cachito, lo peor que puede pasar es que me solidarice y contribuya para la adquisición del costosísimo, pero este sí necesario equipo médico; lo mejor, que me saque el avión, en cuyo caso, si es que la normativa lo permite, lo usaría una vez, permitiría que se subiera quien quisiera, lo remataría a menos de la mitad del precio y la otra mitad la invertiría en alguna causa social, o lo donaría al gobierno, aún no defino si al federal o al estatal.

En todo caso, el avión y su hipotética rifa, está en la agenda nacional y extranjera; y no necesariamente como ocurrencia, sino como promoción de nuestro país.

germanrodriguez32@hotmail.com

Al final del gobierno del presidente Calderón Hinojosa, fue adquirido el avión que hoy divide opiniones y que, como insulto al legado, ideario y pensamiento del héroe independentista José María Morelos y Pavón, así fue denominado. Si bien es cierto, el hecho fue motivo de noticia nacional, no menos cierto es, que la cobertura fue menor a la que hoy se tiene por su enajenación y salida del patrimonio gubernamental.

El avión fue estrenado por el presidente Peña Nieto. El problema del avión presidencial es que se adquirió a un costo extremadamente elevado, a todas luces desproporcionado para el gobierno de un país cuya población es muy pobre; depende de la fuente, pero al menos varias decenas de millones de personas viven en esa condición.

Inaceptable e indignante.

El avión es el estigma del despilfarro, de la opulencia y de la insensatez. En términos generales y acorde a la política, estilo y manera de gobernar de cada presidente, es aceptable, conveniente, recomendable y hasta necesario que el titular del poder Ejecutivo federal tenga una aeronave para movilizarse, pues sus funciones y atribuciones así lo demandan; sin embargo, no una como la Morelos, que no tienen ni algunos de los más grandes, importantes y acaudalados empresarios del mundo.

Cuando andaba en campaña el actual presidente de México, enarboló una bandera que hizo clic con una gran cantidad de mexicanos: se pronunció a favor de la austeridad republicana propugnada por Benito Juárez, quien a su juicio ha sido el mejor presidente de México. Ya como presidente, López Obrador ordenó la venta del avión, así como su salida a Estados Unidos para lograr el propósito, pero el avión no salió, pues su lujo es excesivo, inconveniente para las aerolíneas comerciales, y su costo es tan elevado, que ni los millonarios más excéntricos lo quieren.

No obstante, el presidente se empeña en cumplir son su palabra, por lo que ha propuesto como opción, la rifa del avión presidencial, posibilidad que requiere ajustes legislativos como el de la Ley Orgánica de la Lotería Nacional para la Asistencia Pública, pues hoy se establece que los premios serían en efectivo y no en especie. Ya hizo cuentas: seis millones de cachitos de quinientos pesos cada uno. Lo recaudado se destinaría a la adquisición de equipo médico.

Ocurrencia, distractor, idea genial o solución de un problema; usted califique. Lo cierto es que el presidente nuevamente marca la agenda pública, que el avión en cuestión es onerosísimo, insultante e innecesario.

Yo sí compraría un cachito, lo peor que puede pasar es que me solidarice y contribuya para la adquisición del costosísimo, pero este sí necesario equipo médico; lo mejor, que me saque el avión, en cuyo caso, si es que la normativa lo permite, lo usaría una vez, permitiría que se subiera quien quisiera, lo remataría a menos de la mitad del precio y la otra mitad la invertiría en alguna causa social, o lo donaría al gobierno, aún no defino si al federal o al estatal.

En todo caso, el avión y su hipotética rifa, está en la agenda nacional y extranjera; y no necesariamente como ocurrencia, sino como promoción de nuestro país.

germanrodriguez32@hotmail.com