/ domingo 24 de mayo de 2020

El Azúcar, ese Enemigo

“Si tienes amargo el corazón, entonces el azúcar en la boca no te ayuda.” Anónimo.

En medio del proceloso mar de noticias falsas, las panaceas que previenen y curan la enfermedad Covid-19 son lo cotidiano en las redes sociales inductivas a la ilusoria esperanza de ver “la luz al final del túnel” y salir sano y salvo.

Son noticias alentadoras atribuidas a investigadores o Institutos sin respaldo científico o bibliográfico. Más que beneficios, potencialmente causan daños. Otros mensajes desprestigian el único régimen que reduce el riesgo de contagio: el aislamiento social, uso de cubrebocas, etc.

Una exhortación en que se debería insistir, es mantener óptima condición física practicando ejercicio casero y alimentación sana.

Los alimentos ricos en grasas, azúcar y productos muy elaborados están relacionados con emociones negativas, mientras los cereales integrales, las frutas, verduras y legumbres aportan más energía y respuestas positivas.

A diferencia de otros países, México ofrece productos frescos del campo a precios accesibles. Sin embargo, por lo general se consume fruta como antojo callejero y poco por práctica diaria en casa. La verdura fresca, simple, sin guisar es de escaso gusto popular. Somos un país refresquero, consumidor de azucarados, frituras y fritos empacados. Los resultados están a la vista, obesos y malnutridos.

El alimento más cuestionado, controvertido y objeto de polémica es el azúcar. Hay quienes aseveran es el causante directa o indirectamente de la mayoría de las enfermedades. Este ingrediente que nos endulza la vida está presente en alimentos saludables. El mal está en el consumo directo, en golosinas u oculto en infinidad de alimentos hechos con harinas o en bebidas.

En fotografías de hace 60 o más años, se ven pocas personas con sobrepeso u obesidad, hoy, observando peatones en la vía pública es innecesario consultar informes biomédicos para darse cuenta del problema de obesidad en nuestro país. Enumerar las enfermedades que genera la ingesta inmoderada de azúcar ocuparía todo el espacio.

Por último, la Dra. Viridiana Ríos, profesora asistente en la U. de Harvard experta en asuntos de México, realizó un estudio en 130 mil casos de Covid-19, hallando al hacinamiento, la obesidad y la diabetes los factores más destacados en la aparición y complicaciones letales de la enfermedad, incluso por arriba de la edad senil.

¿Y la no rifa del avión?

“Si tienes amargo el corazón, entonces el azúcar en la boca no te ayuda.” Anónimo.

En medio del proceloso mar de noticias falsas, las panaceas que previenen y curan la enfermedad Covid-19 son lo cotidiano en las redes sociales inductivas a la ilusoria esperanza de ver “la luz al final del túnel” y salir sano y salvo.

Son noticias alentadoras atribuidas a investigadores o Institutos sin respaldo científico o bibliográfico. Más que beneficios, potencialmente causan daños. Otros mensajes desprestigian el único régimen que reduce el riesgo de contagio: el aislamiento social, uso de cubrebocas, etc.

Una exhortación en que se debería insistir, es mantener óptima condición física practicando ejercicio casero y alimentación sana.

Los alimentos ricos en grasas, azúcar y productos muy elaborados están relacionados con emociones negativas, mientras los cereales integrales, las frutas, verduras y legumbres aportan más energía y respuestas positivas.

A diferencia de otros países, México ofrece productos frescos del campo a precios accesibles. Sin embargo, por lo general se consume fruta como antojo callejero y poco por práctica diaria en casa. La verdura fresca, simple, sin guisar es de escaso gusto popular. Somos un país refresquero, consumidor de azucarados, frituras y fritos empacados. Los resultados están a la vista, obesos y malnutridos.

El alimento más cuestionado, controvertido y objeto de polémica es el azúcar. Hay quienes aseveran es el causante directa o indirectamente de la mayoría de las enfermedades. Este ingrediente que nos endulza la vida está presente en alimentos saludables. El mal está en el consumo directo, en golosinas u oculto en infinidad de alimentos hechos con harinas o en bebidas.

En fotografías de hace 60 o más años, se ven pocas personas con sobrepeso u obesidad, hoy, observando peatones en la vía pública es innecesario consultar informes biomédicos para darse cuenta del problema de obesidad en nuestro país. Enumerar las enfermedades que genera la ingesta inmoderada de azúcar ocuparía todo el espacio.

Por último, la Dra. Viridiana Ríos, profesora asistente en la U. de Harvard experta en asuntos de México, realizó un estudio en 130 mil casos de Covid-19, hallando al hacinamiento, la obesidad y la diabetes los factores más destacados en la aparición y complicaciones letales de la enfermedad, incluso por arriba de la edad senil.

¿Y la no rifa del avión?