/ jueves 1 de noviembre de 2018

El Ingenioso Hidalgo

No podemos dejar de considerar al estudiar a Cervantes la figura de Sancho Panza, El bueno de Sancho Panza, labriego y escudero imaginario de Don Quijote, Sancho

Panza es uno de los personajes ficticios de “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, obra escrita por el autor español Miguel de Cervantes en 1605. Don Quijote, personaje principal, es un caballero andante que un día decide salir de su hogar para realizar las hazañas caballerescas que lee en los libros. Como la tradición determina que todo caballero andante tiene que tener un escudero, nuestro protagonista convence a “un labrador vecino suyo, hombre de bien pero de muy poca sal en la mollera” para tal cometido. El elegido para acompañar a Don Quijote en sus aventuras es Sancho Panza, hombre simplón y elemental, pero con peso en la narración. Sancho Panza simboliza la contrafigura a la vez que el equilibrio del protagonista ya que sus intereses, aunque contrapuestos acaban complementándose. Sancho es un personaje rural; es realista y práctico y sigue fiel a su amo a pesar de no aprobar sus impulsos idealistas. Mientras que Don Quijote se dedica a deshacer entuertos que sólo existen en su loca imaginación, Sancho, sencillo y bondadoso, tratará de disuadirle en sus empresas para evitar que su amo se meta en complicaciones innecesarias. Físicamente Cervantes lo describe de una manera un tanto burlona como un hombre con la barriga grande, el talle corto y las zancas largas e inseparable de su burro Rucio. De sus descripciones podemos deducir también que tiene un comportamiento tranquilo con tendencia a la bebida y a la glotonería. En definitiva, Sancho Panza aporta el elemento cómico de la obra al tiempo que encarna la figura del hombre del pueblo, llano y sencillo, frente a la locura de su señor. El lenguaje de la literatura cervantina es rico y variado. En la novela de Cervantes los personajes se caracterizan por su forma de hablar. Por ello, Cervantes emplea una gran variedad de registros que se ajustan a los personajes y a las situaciones: desde el tono elocuente de Don Quijote hasta el habla popular de Sancho. Este personaje emplea expresiones populares, frases hechas, refranes e incluso incorrecciones lingüísticas que Don Quijote se encargará de corregir. Por lo tanto, los refranes caracterizan el habla de Sancho, pero también el empleo del humor y la ironía. De esta manera se puede argumentar que el personaje de Sancho Panza recoge la forma de hablar sencilla y sentenciosa del pueblo llano. Por otra parte, no hay que olvidar que el personaje de Sancho evoluciona y con él su lenguaje, pues acaba adoptando el lenguaje grandilocuente de su amo. Por lo tanto, el uso del refrán es propio y característico del habla de Sancho. Pero ¿qué es un refrán? Un refrán es un dicho agudo y sentencioso de uso común que contiene el bagaje cultural y la sabiduría de un pueblo acumulados durante siglos. Además, el refrán permite resumir un pensamiento de manera rápida y sencilla. Por eso, nuestro bonachón persona recurre a los refranes para compensar sus carencias intelectuales y lingüísticas. Un ejemplo de refrán empleado por Sancho Panza en el Quijote puede ser el siguiente: “quien canta sus males espanta”, refrán que recomienda enfrentarse con buen humor a las adversidades. Como ya sabemos, Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza conforman la pareja protagonista de la novela de Cervantes. Aparentemente ambos personajes son antagónicos, puesto que tienen valores opuestos. Podemos decir que el Caballero de la Triste Figura encarna el valor, la fe, el idealismo, la utopía, la fantasía, el liberalismo, la justicia, mientras que el regordete escudero simboliza en un principio el realismo, el sentido práctico, la cobardía, el escepticismo y el interés material. Así, se puede afirmar que su sensatez y su actitud realista y utilitaria contrastan con la exagerada imaginación, la fantasía y el idealismo utópico de su señor. En la primera parte del libro, Sancho será el encargado de poner los pies en la tierra a Don Quijote y ayudarle a discriminar entre la fantasía y la realidad. Sin embargo, ¿es Sancho Panza un personaje plano o evoluciona a lo largo de la obra? La genialidad de la novela reside en parte en la “quijotización” que experimenta el escudero. Es decir, en un principio el autor ofrece una visión negativa del acompañante de Don Quijote, describiéndole como un aldeano “de muy poca sal en la mollera”. Sancho Panza es un hombre llano, preocupado por sí mismo y por las ganancias que pueda conseguir. Sin embargo, hay una transformación en él y empieza a creer en las fantasías de su señor. La transformación se percibe primeramente en el lenguaje del escudero que se refina y se asemeja al de su amo, pero, a continuación, la ambición del escudero va desapareciendo, así como sus intereses materiales. Por lo tanto, aunque las diferencias entre ambos son múltiples, ambos protagonistas se complementan, acercándose el uno al otro en su comportamiento y en su lenguaje. “Pescador que pesca un pez, pescador es, Sancho Panza”


No podemos dejar de considerar al estudiar a Cervantes la figura de Sancho Panza, El bueno de Sancho Panza, labriego y escudero imaginario de Don Quijote, Sancho

Panza es uno de los personajes ficticios de “El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, obra escrita por el autor español Miguel de Cervantes en 1605. Don Quijote, personaje principal, es un caballero andante que un día decide salir de su hogar para realizar las hazañas caballerescas que lee en los libros. Como la tradición determina que todo caballero andante tiene que tener un escudero, nuestro protagonista convence a “un labrador vecino suyo, hombre de bien pero de muy poca sal en la mollera” para tal cometido. El elegido para acompañar a Don Quijote en sus aventuras es Sancho Panza, hombre simplón y elemental, pero con peso en la narración. Sancho Panza simboliza la contrafigura a la vez que el equilibrio del protagonista ya que sus intereses, aunque contrapuestos acaban complementándose. Sancho es un personaje rural; es realista y práctico y sigue fiel a su amo a pesar de no aprobar sus impulsos idealistas. Mientras que Don Quijote se dedica a deshacer entuertos que sólo existen en su loca imaginación, Sancho, sencillo y bondadoso, tratará de disuadirle en sus empresas para evitar que su amo se meta en complicaciones innecesarias. Físicamente Cervantes lo describe de una manera un tanto burlona como un hombre con la barriga grande, el talle corto y las zancas largas e inseparable de su burro Rucio. De sus descripciones podemos deducir también que tiene un comportamiento tranquilo con tendencia a la bebida y a la glotonería. En definitiva, Sancho Panza aporta el elemento cómico de la obra al tiempo que encarna la figura del hombre del pueblo, llano y sencillo, frente a la locura de su señor. El lenguaje de la literatura cervantina es rico y variado. En la novela de Cervantes los personajes se caracterizan por su forma de hablar. Por ello, Cervantes emplea una gran variedad de registros que se ajustan a los personajes y a las situaciones: desde el tono elocuente de Don Quijote hasta el habla popular de Sancho. Este personaje emplea expresiones populares, frases hechas, refranes e incluso incorrecciones lingüísticas que Don Quijote se encargará de corregir. Por lo tanto, los refranes caracterizan el habla de Sancho, pero también el empleo del humor y la ironía. De esta manera se puede argumentar que el personaje de Sancho Panza recoge la forma de hablar sencilla y sentenciosa del pueblo llano. Por otra parte, no hay que olvidar que el personaje de Sancho evoluciona y con él su lenguaje, pues acaba adoptando el lenguaje grandilocuente de su amo. Por lo tanto, el uso del refrán es propio y característico del habla de Sancho. Pero ¿qué es un refrán? Un refrán es un dicho agudo y sentencioso de uso común que contiene el bagaje cultural y la sabiduría de un pueblo acumulados durante siglos. Además, el refrán permite resumir un pensamiento de manera rápida y sencilla. Por eso, nuestro bonachón persona recurre a los refranes para compensar sus carencias intelectuales y lingüísticas. Un ejemplo de refrán empleado por Sancho Panza en el Quijote puede ser el siguiente: “quien canta sus males espanta”, refrán que recomienda enfrentarse con buen humor a las adversidades. Como ya sabemos, Don Quijote de la Mancha y Sancho Panza conforman la pareja protagonista de la novela de Cervantes. Aparentemente ambos personajes son antagónicos, puesto que tienen valores opuestos. Podemos decir que el Caballero de la Triste Figura encarna el valor, la fe, el idealismo, la utopía, la fantasía, el liberalismo, la justicia, mientras que el regordete escudero simboliza en un principio el realismo, el sentido práctico, la cobardía, el escepticismo y el interés material. Así, se puede afirmar que su sensatez y su actitud realista y utilitaria contrastan con la exagerada imaginación, la fantasía y el idealismo utópico de su señor. En la primera parte del libro, Sancho será el encargado de poner los pies en la tierra a Don Quijote y ayudarle a discriminar entre la fantasía y la realidad. Sin embargo, ¿es Sancho Panza un personaje plano o evoluciona a lo largo de la obra? La genialidad de la novela reside en parte en la “quijotización” que experimenta el escudero. Es decir, en un principio el autor ofrece una visión negativa del acompañante de Don Quijote, describiéndole como un aldeano “de muy poca sal en la mollera”. Sancho Panza es un hombre llano, preocupado por sí mismo y por las ganancias que pueda conseguir. Sin embargo, hay una transformación en él y empieza a creer en las fantasías de su señor. La transformación se percibe primeramente en el lenguaje del escudero que se refina y se asemeja al de su amo, pero, a continuación, la ambición del escudero va desapareciendo, así como sus intereses materiales. Por lo tanto, aunque las diferencias entre ambos son múltiples, ambos protagonistas se complementan, acercándose el uno al otro en su comportamiento y en su lenguaje. “Pescador que pesca un pez, pescador es, Sancho Panza”