/ jueves 17 de enero de 2019

El ingenioso hidalgo

“Más brilla la grandeza de un rey en su misericordia que en su justicia”

Más brilla la grandeza de un rey en su misericordia que en su justicia, frase célebre del caballero andante que nos refleja una poesía sobre la identidad de la vida y su verdadero sentido. En la humanidad hoy día estamos viviendo graves problemas de injusticia social como problema mundial. Ocurre en todos los países y regiones del mundo. Se expresa de distintas formas y con distintos niveles de gravedad, y genera conflictos sociales y políticos que pueden derivar en guerras, genocidios o revoluciones. Uno de los más graves es la discriminación, consistente en la segregación de una persona o un grupo de personas por motivo de su color de piel, creencia religiosa, origen étnico, ideología política, género, inclinación sexual, discapacidad física, entre otros. Suponen situaciones de discriminación aquellas en que a una persona o a un colectivo se le nieguen, sistemáticamente, el acceso a la educación, el trabajo, los servicios sanitarios, la participación política, entre otras cosas. La discriminación genera situaciones de desigualdad. De igual manera la desigualdad, como una consecuencia de la injusticia social. Genera situaciones en las cuales un grupo privilegiado controla, monopoliza o limita el acceso a la educación, al trabajo, a los servicios, a la atención sanitaria o a oportunidades de distinta índole. Otro no menos importante, la violencia de género que se caracteriza por estar dirigida hacia una persona o un grupo de personas debido a su sexo. En nuestras sociedades de tradición machista, la violencia de género afecta sobre todo a las mujeres. Son situaciones de violencia de género asaltos, violaciones, prostitución forzada, discriminación laboral, violencia física y sexual, castración, tráfico de personas, acoso y hostigamiento sexual. Puede ocurrir en cualquier ámbito de la vida, la casa o la vía pública, el trabajo o la escuela, y afecta negativamente el bienestar social, físico y psicológico de la persona que lo sufre. Así mismo, el tema de los migrantes, como la trata de personas que se refiere al tráfico o comercio de seres humanos. Es considerada una práctica ilegal y penada a nivel internacional. Es llevada a cabo, sobre todo, por la delincuencia mundial organizada. Por lo general, la trata de personas es para esclavitud laboral, mental, reproductiva; para explotación sexual o trabajos forzados; para extracción de órganos o cualquier otra forma de esclavitud que vaya en contra de la voluntad, el bienestar y los derechos de la persona. Millones de personas al año son víctimas de trata en el mundo. Otro caso la explotación laboral, que supone la vulneración a distintos niveles (y de maneras muy diversas) de los derechos de los trabajadores.

Sufren explotación laboral los trabajadores que sufren abusos, malos tratos o amenazas por parte de su empleador; que reciben en pago una cantidad inferior a la justa; que se encuentran en situaciones similares o iguales a la esclavitud. Comentar la persecución a personas o grupos de personas pertenecientes a minorías (étnicas, sexuales, religiosas, etc.) constituye una injusticia social, pues supone una violación a las libertades individuales de las personas. Este tipo de comportamiento es típico de dictaduras o totalitarismos, tales como el nazismo, en Alemania, el régimen castrista en Cuba, o el comunismo en la Unión Soviética. Situaciones como persecución, tortura, trabajos forzados, discriminación, segregación, maltrato o estigmatización son ejemplos de injusticia social. Nos estamos inclinando por un estado de derecho anacrónico y fallido, que podría mejorarse con un sentido humano a través de lo que Don Quijote llamaba la misericordia, considerándose como misericordioso al tener un corazón compasivo. La misericordia, junto con el gozo y la paz, son efectos del amor; es decir, de la caridad. Parece que estamos en una era en donde estas palabras han dejado de tener sentido y valor. “Justicia sin misericordia es crueldad, Santo Tomás de Aquino”. @ArellanoRabiela


“Más brilla la grandeza de un rey en su misericordia que en su justicia”

Más brilla la grandeza de un rey en su misericordia que en su justicia, frase célebre del caballero andante que nos refleja una poesía sobre la identidad de la vida y su verdadero sentido. En la humanidad hoy día estamos viviendo graves problemas de injusticia social como problema mundial. Ocurre en todos los países y regiones del mundo. Se expresa de distintas formas y con distintos niveles de gravedad, y genera conflictos sociales y políticos que pueden derivar en guerras, genocidios o revoluciones. Uno de los más graves es la discriminación, consistente en la segregación de una persona o un grupo de personas por motivo de su color de piel, creencia religiosa, origen étnico, ideología política, género, inclinación sexual, discapacidad física, entre otros. Suponen situaciones de discriminación aquellas en que a una persona o a un colectivo se le nieguen, sistemáticamente, el acceso a la educación, el trabajo, los servicios sanitarios, la participación política, entre otras cosas. La discriminación genera situaciones de desigualdad. De igual manera la desigualdad, como una consecuencia de la injusticia social. Genera situaciones en las cuales un grupo privilegiado controla, monopoliza o limita el acceso a la educación, al trabajo, a los servicios, a la atención sanitaria o a oportunidades de distinta índole. Otro no menos importante, la violencia de género que se caracteriza por estar dirigida hacia una persona o un grupo de personas debido a su sexo. En nuestras sociedades de tradición machista, la violencia de género afecta sobre todo a las mujeres. Son situaciones de violencia de género asaltos, violaciones, prostitución forzada, discriminación laboral, violencia física y sexual, castración, tráfico de personas, acoso y hostigamiento sexual. Puede ocurrir en cualquier ámbito de la vida, la casa o la vía pública, el trabajo o la escuela, y afecta negativamente el bienestar social, físico y psicológico de la persona que lo sufre. Así mismo, el tema de los migrantes, como la trata de personas que se refiere al tráfico o comercio de seres humanos. Es considerada una práctica ilegal y penada a nivel internacional. Es llevada a cabo, sobre todo, por la delincuencia mundial organizada. Por lo general, la trata de personas es para esclavitud laboral, mental, reproductiva; para explotación sexual o trabajos forzados; para extracción de órganos o cualquier otra forma de esclavitud que vaya en contra de la voluntad, el bienestar y los derechos de la persona. Millones de personas al año son víctimas de trata en el mundo. Otro caso la explotación laboral, que supone la vulneración a distintos niveles (y de maneras muy diversas) de los derechos de los trabajadores.

Sufren explotación laboral los trabajadores que sufren abusos, malos tratos o amenazas por parte de su empleador; que reciben en pago una cantidad inferior a la justa; que se encuentran en situaciones similares o iguales a la esclavitud. Comentar la persecución a personas o grupos de personas pertenecientes a minorías (étnicas, sexuales, religiosas, etc.) constituye una injusticia social, pues supone una violación a las libertades individuales de las personas. Este tipo de comportamiento es típico de dictaduras o totalitarismos, tales como el nazismo, en Alemania, el régimen castrista en Cuba, o el comunismo en la Unión Soviética. Situaciones como persecución, tortura, trabajos forzados, discriminación, segregación, maltrato o estigmatización son ejemplos de injusticia social. Nos estamos inclinando por un estado de derecho anacrónico y fallido, que podría mejorarse con un sentido humano a través de lo que Don Quijote llamaba la misericordia, considerándose como misericordioso al tener un corazón compasivo. La misericordia, junto con el gozo y la paz, son efectos del amor; es decir, de la caridad. Parece que estamos en una era en donde estas palabras han dejado de tener sentido y valor. “Justicia sin misericordia es crueldad, Santo Tomás de Aquino”. @ArellanoRabiela