El pasado 20 de enero el municipio de León cumplió 446 años de vida (desde su fundación) y lo celebraron con una gran fiesta cívica, pues fue el día en que tuvo verificativo la jornada electoral del presupuesto participativo, una modalidad de participación ciudadana consistente en elegir una obra o proyecto a ejecutarse, es decir, la ciudadanía, mediante su sufragio, le dice al gobierno en qué debe gastarse el recurso público.
Las notas de prensa advierten que la jornada se realizó en calma, con la siguiente numeralia (aproximaciones): votaron nueve mil ciudadanos; el padrón electoral reporta un millón 171 mil personas; en consecuencia, votó el 0.76% de la ciudadanía leonesa; el presupuesto participativo asciende a cien millones de pesos; se votaron seis proyectos en la zona urbana y cuatro proyectos en cada una de las siete delegaciones; se destinarán trece millones por delegación.
Entre los proyectos votados, cuya génesis fue una entrevista a la ciudadanía, se encontraron un hospital público veterinario, un programa de conectividad en zona rural y la ampliación del Malecón del Río. El proyecto ganador fue el Hospital público veterinario, con dos mil 200 votos (aproximadamente). Estimo necesario señalar que el proyecto de construcción de un hospital público veterinario, también en un ejercicio de participación ciudadana –pero mediante otro mecanismo de participación y este sin consecuencias- fue propuesto a más de algún candidato a presidente municipal de Celaya, hace algunos años, por parte de la AMCP Colegio de Licenciados en Contaduría Pública y Finanzas de Celaya, A.C.
El ejercicio participativo fue organizado por el Instituto Nacional Electoral. Se utilizaron urnas electrónicas. No se han escuchado voces de fraude; ciertamente, hay críticas al proyecto ganador, pero esa es otra cuestión.
Es importante mencionar que, de conformidad con la Constitución, los derechos humanos son progresivos, es decir, esta buena práctica leonesa llegó para quedarse, ya no se vale quitarle a la ciudadanía el derecho a elegir una obra o proyecto a ejecutarse en un ejercicio fiscal; ya no se vale dar marcha atrás al presupuesto participativo.
Así, este ejercicio da cuenta de dos prácticas indispensables en la gestión pública: (i) el uso de la tecnología, para ampliar alcances y abaratar costos en la gestión pública y (ii) la participación ciudadana significativa y cocreativa con el gobierno para determinar, aunque sea en una proporción mínima, la manera en que se ejercerá el presupuesto público, en beneficio de la gente.
Bien por León y bien por los leoneses, autoridades y ciudadanía; bien por el proyecto ganador: es deseable superar la visión antropocéntrica y ser conscientes de que la naturaleza, en su conjunto, es nuestro hogar. Sensibilizarnos con animales de otra especie, es necesario para la convivencia.
Por supuesto, el ejercicio ciudadano es perfectible; confío en que se perfeccionará y hago votos por que se replique en otros municipios guanajuatenses.
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