/ domingo 20 de diciembre de 2020

Escepticismo y Vacunas

“El niño es realista, el muchacho idealista, el hombre escéptico y el viejo místico” Goethe.

Se dice que México está en la segunda ola de la pandemia que azota al planeta. No, no la hay cuando la primera nunca llegó a abatirse, ni siquiera aplanarse como una y otra vez repitió hasta hace un par de meses el falaz zar de la pandemia, subsecretario López-Gatell. La realidad nos coloca frente a una situación ruinosa en plena temporada festiva.

Ha llegado la vacuna gracias a las gestiones del que ha asumido funciones de Secretario de Salud, el canciller Marcelo Ebrad. Si la 4T no falla como es habitual, por etapas, la vacuna estará al alcance de toda la población antes que termine la primavera. Ansiábamos la vacuna, implorábamos por su aquiescencia y ahora que empieza aplicarse se activa el escepticismo por temor a los efectos secundarios de los pocos que han rechazado vacunarse toda la vida y los que están seducidos por falsa información tan fecunda en las redes sociales que magnifican los riesgos de aplicarse el biológico. Fármaco que carece de efectos indeseables no tiene acción terapéutica.

Los estadounidenses tienen un refrán: “No news, good news” No hay noticias, buenas noticias. O sea que las noticias buenas no seducen, en cambio, las malas son atrayentes. Una encuesta realizada en los Estados Unidos mostró que la mayoría de los que no aceptan la vacuna son personas de bajo perfil educativo, creen más en quienes fantasean los sucesos que en el conocimiento científico. Un rechazo frecuente es por la premura con la que se desarrolló el biológico teniendo en cuenta que las vacunas duraban varios años de investigación y pruebas antes de salir al mercado.

Hay razón científica para que se elaborara con inusitada rapidez. Explico. Desde hace tiempo se conocen 7 tipos de coronavirus, de los cuales tres enferman con severidad: el SARS (surgido en China en 2002), el MERS (identificado en Arabia en 2012) y el SARS-CoV-2 que está matando mucha gente. Este es pariente del SARS o Síndrome Respiratorio Agudo Grave que tiene similitud al que produce la Covid-19 y que ha sido estudiado durante 18 años, investigación que ha contribuido al desarrollo de las vacunas a punto de aplicarse. En otras palabras, cuando apareció el mortífero virus de la Coronavirus ya se tenía el conocimiento que favoreció producir las nuevas vacunas en tiempo record.

Dentro de 4 días será noche buena, celebración diferente. A pesar de reducir o no tener reuniones presenciales, gracias a los actuales medios para comunicarse, la coronavirus nos ha acercado sentimentalmente más a familiares y amigos. A mis lectores, un abrazo a distancia deseando disfruten una ¡Feliz Navidad!

“El niño es realista, el muchacho idealista, el hombre escéptico y el viejo místico” Goethe.

Se dice que México está en la segunda ola de la pandemia que azota al planeta. No, no la hay cuando la primera nunca llegó a abatirse, ni siquiera aplanarse como una y otra vez repitió hasta hace un par de meses el falaz zar de la pandemia, subsecretario López-Gatell. La realidad nos coloca frente a una situación ruinosa en plena temporada festiva.

Ha llegado la vacuna gracias a las gestiones del que ha asumido funciones de Secretario de Salud, el canciller Marcelo Ebrad. Si la 4T no falla como es habitual, por etapas, la vacuna estará al alcance de toda la población antes que termine la primavera. Ansiábamos la vacuna, implorábamos por su aquiescencia y ahora que empieza aplicarse se activa el escepticismo por temor a los efectos secundarios de los pocos que han rechazado vacunarse toda la vida y los que están seducidos por falsa información tan fecunda en las redes sociales que magnifican los riesgos de aplicarse el biológico. Fármaco que carece de efectos indeseables no tiene acción terapéutica.

Los estadounidenses tienen un refrán: “No news, good news” No hay noticias, buenas noticias. O sea que las noticias buenas no seducen, en cambio, las malas son atrayentes. Una encuesta realizada en los Estados Unidos mostró que la mayoría de los que no aceptan la vacuna son personas de bajo perfil educativo, creen más en quienes fantasean los sucesos que en el conocimiento científico. Un rechazo frecuente es por la premura con la que se desarrolló el biológico teniendo en cuenta que las vacunas duraban varios años de investigación y pruebas antes de salir al mercado.

Hay razón científica para que se elaborara con inusitada rapidez. Explico. Desde hace tiempo se conocen 7 tipos de coronavirus, de los cuales tres enferman con severidad: el SARS (surgido en China en 2002), el MERS (identificado en Arabia en 2012) y el SARS-CoV-2 que está matando mucha gente. Este es pariente del SARS o Síndrome Respiratorio Agudo Grave que tiene similitud al que produce la Covid-19 y que ha sido estudiado durante 18 años, investigación que ha contribuido al desarrollo de las vacunas a punto de aplicarse. En otras palabras, cuando apareció el mortífero virus de la Coronavirus ya se tenía el conocimiento que favoreció producir las nuevas vacunas en tiempo record.

Dentro de 4 días será noche buena, celebración diferente. A pesar de reducir o no tener reuniones presenciales, gracias a los actuales medios para comunicarse, la coronavirus nos ha acercado sentimentalmente más a familiares y amigos. A mis lectores, un abrazo a distancia deseando disfruten una ¡Feliz Navidad!