/ martes 8 de enero de 2019

FIL 2018

Este año también fui a la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, la más grande de Hispanoamérica, epicentro de la cultura y de la política (sobre ello pueden dar testimonio Enrique Peña Nieto -2012- y Paco Ignacio Taibo II -2018-). En esta ocasión, tuve el privilegio de presentar una edición conmemorativa del 70 aniversario de la creación de la Escuela Superior de Contaduría y Administración de Celaya (ESCACE), titulada INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA CUALITATIVA EN ADMINISTRACIÓN, autoría del Dr. Germán Rodríguez Frías (UG, 2018), mi papá, quien a menudo algún lector confundido piensa que es el autor de este espacio de opinión. A continuación, algunas ideas expuestas en la Perla de Occidente el uno de diciembre del año pasado.

Enseñar-aprender a pensar correctamente para arribar al conocimiento verdadero, es labor esencial de la Universidad, con independencia del programa académico, es decir, sin importar si se enseña-aprende una asignatura de ciencia dura o de ciencia del espíritu; en consecuencia, deben existir programas académicos para lograr el objetivo, no solamente por ser razonable, sino en cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 111 de la Ley de Educación para el Estado de Guanajuato. Sin embargo, en general a nivel licenciatura, la filosofía es una materia marginal, quien quiera profundizar en su aprendizaje deberá estudiar algún posgrado especializado.

Comentaré este libro aún y cuando mi formación profesional es de abogado, pues tanto la Administración como Derecho son ciencias interpretativas (que comprende fenómenos) y no demostrativas (que explica la causa y el efecto), flexibles, blandas o del espíritu, por lo que comparten postulados en torno al concepto ciencia, o de su producto, la cientificidad. Estas ciencias no se miden conforme al efecto, pues no son leyes naturales, aquel puede modificarse al estar presente el ser humano y sus características: el raciocinio y la libertad de elegir.

Debe tenerse presente la teoría del hilemorfismo aristotélico: todo está compuesto de materia y forma. Por cuanto hace a la materia de las ciencias del espíritu, debemos atender a la argumentación, la verdad, la razonabilidad, la verosimilitud y la congruencia; por cuanto hace a la forma, el método científico. ¿Qué se requiere para que un documento de investigación sea científico? Que se ajuste a un método y que esté argumentado. En lo tocante al método, el libro en comento señala algunos, bastantes. Respecto al argumento, este se construye pensando correctamente, luego, hay que saber pensar acorde a las reglas de la lógica. En el libro se establecen las bases para lograrlo.

Un trabajo de investigación será válido si se cumple con un argumento adecuado. Más fondo que forma, como lo han señalado intelectuales como Paco Ignacio Taibo II (Diálogos por la democracia, con John Ackerman, en TVUNAM, al hacer una aguda crítica al método APA, las citas, el aparato crítico) y Macario Schettino (El Financiero, donde contó un ejemplo de charlatanes académicos-científicos que evidencian la corrupción en parte de la comunidad académica.).

El libro se ubica en la corriente epistemológica que reivindica y enfatiza la importancia y trascendencia de la investigación científica cualitativa en las ciencias del espíritu o blandas, así como la forma o método para ejecutarla. Se trata de una postura, ciertamente, minoritaria en la academia; sin embargo, paulatinamente y debido a su sustento racional, va adquiriendo mayor peso específico en ese y otros ámbitos.

El autor abona con la creación científica que hoy estamos presentando, en esa actividad que coloquialmente denominamos «picar piedra», a efecto de modificar el statu quo. La obra, entonces, es un referente obligado para el investigador de las disciplinas sociales, sea lego o avanzado, pues en ella se vierten conceptos complejos con gran sencillez, por tanto, su asimilación será rápida y su interpretación asequible al sujeto cognoscente.

Hago votos para que en breve continúe la zaga (recuerde que en 2013, en este mismo foro, presentamos Introducción al pensamiento lógico administrativo conceptual, UG, 2013, del mismo autor).

Este año también fui a la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, la más grande de Hispanoamérica, epicentro de la cultura y de la política (sobre ello pueden dar testimonio Enrique Peña Nieto -2012- y Paco Ignacio Taibo II -2018-). En esta ocasión, tuve el privilegio de presentar una edición conmemorativa del 70 aniversario de la creación de la Escuela Superior de Contaduría y Administración de Celaya (ESCACE), titulada INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA CUALITATIVA EN ADMINISTRACIÓN, autoría del Dr. Germán Rodríguez Frías (UG, 2018), mi papá, quien a menudo algún lector confundido piensa que es el autor de este espacio de opinión. A continuación, algunas ideas expuestas en la Perla de Occidente el uno de diciembre del año pasado.

Enseñar-aprender a pensar correctamente para arribar al conocimiento verdadero, es labor esencial de la Universidad, con independencia del programa académico, es decir, sin importar si se enseña-aprende una asignatura de ciencia dura o de ciencia del espíritu; en consecuencia, deben existir programas académicos para lograr el objetivo, no solamente por ser razonable, sino en cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 111 de la Ley de Educación para el Estado de Guanajuato. Sin embargo, en general a nivel licenciatura, la filosofía es una materia marginal, quien quiera profundizar en su aprendizaje deberá estudiar algún posgrado especializado.

Comentaré este libro aún y cuando mi formación profesional es de abogado, pues tanto la Administración como Derecho son ciencias interpretativas (que comprende fenómenos) y no demostrativas (que explica la causa y el efecto), flexibles, blandas o del espíritu, por lo que comparten postulados en torno al concepto ciencia, o de su producto, la cientificidad. Estas ciencias no se miden conforme al efecto, pues no son leyes naturales, aquel puede modificarse al estar presente el ser humano y sus características: el raciocinio y la libertad de elegir.

Debe tenerse presente la teoría del hilemorfismo aristotélico: todo está compuesto de materia y forma. Por cuanto hace a la materia de las ciencias del espíritu, debemos atender a la argumentación, la verdad, la razonabilidad, la verosimilitud y la congruencia; por cuanto hace a la forma, el método científico. ¿Qué se requiere para que un documento de investigación sea científico? Que se ajuste a un método y que esté argumentado. En lo tocante al método, el libro en comento señala algunos, bastantes. Respecto al argumento, este se construye pensando correctamente, luego, hay que saber pensar acorde a las reglas de la lógica. En el libro se establecen las bases para lograrlo.

Un trabajo de investigación será válido si se cumple con un argumento adecuado. Más fondo que forma, como lo han señalado intelectuales como Paco Ignacio Taibo II (Diálogos por la democracia, con John Ackerman, en TVUNAM, al hacer una aguda crítica al método APA, las citas, el aparato crítico) y Macario Schettino (El Financiero, donde contó un ejemplo de charlatanes académicos-científicos que evidencian la corrupción en parte de la comunidad académica.).

El libro se ubica en la corriente epistemológica que reivindica y enfatiza la importancia y trascendencia de la investigación científica cualitativa en las ciencias del espíritu o blandas, así como la forma o método para ejecutarla. Se trata de una postura, ciertamente, minoritaria en la academia; sin embargo, paulatinamente y debido a su sustento racional, va adquiriendo mayor peso específico en ese y otros ámbitos.

El autor abona con la creación científica que hoy estamos presentando, en esa actividad que coloquialmente denominamos «picar piedra», a efecto de modificar el statu quo. La obra, entonces, es un referente obligado para el investigador de las disciplinas sociales, sea lego o avanzado, pues en ella se vierten conceptos complejos con gran sencillez, por tanto, su asimilación será rápida y su interpretación asequible al sujeto cognoscente.

Hago votos para que en breve continúe la zaga (recuerde que en 2013, en este mismo foro, presentamos Introducción al pensamiento lógico administrativo conceptual, UG, 2013, del mismo autor).