/ martes 1 de diciembre de 2020

Guía Ética Para La Transformación De México

La Guía Ética para la Transformación de México fue presentada por el Presidente de la República, el pasado 26 de noviembre; es resultado de 461 aportaciones ciudadanas recopiladas en mesas de diálogo y foros establecidos con iglesias, universidades, fraternidades y organizaciones civiles; se trata de un esfuerzo coordinado por un colegiado: Enrique Galván Ochoa, Pedro Miguel, José Agustín Ortiz Pinchetti, Jesús Ramírez Cuevas, Margarita Valdés González Salas y Verónica Velasco Aranda; su aplicación será voluntaria; se distribuirán diez millones de ejemplares gratuitos y tiene como finalidad recuperar los valores culturales, morales, y espirituales distintivos del pueblo mexicano. En suma, se trata de una propuesta para rescatar los valores universales de fraternidad, respeto, armonía y fortalecer la confianza y la libertad.

Compuesta de veinte apartados que establecen directrices en torno al respeto a la diferencia, la vida, la dignidad, la libertad, el amor, el sufrimiento y el placer, el pasado y el futuro, la gratitud, el perdón, la redención, la igualdad, la verdad la palabra y la confianza, la fraternidad, las leyes y la justicia, la autoridad y el poder, el trabajo, la riqueza y la economía, los acuerdos, la familia, y los animales, las plantas y las cosas.

La Guía, parece un ejercicio de actualización de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes (1952), adaptada por José Luis Martínez (1992) y distribuida al principio del sexenio que corre (2018), pero aún lejos de la Constitución Moral pretendida y prometida por el candidato López Obrador.

En la Presentación, el documento refiere cuestiones inobjetables: que el comportamiento apegado a normas éticas es indispensable para vivir en armonía, de lo contrario, cometeremos conductas antisociales; que una sociedad que se desentiende de la protección de sus integrantes más débiles, se establece la ley de la selva, en donde los más fuertes oprimen a los más débiles; que el modelo económico adoptado mundialmente en las últimas cuatro décadas, no ha resuelto el problema de la desigualdad.

La ética es un tema polémico, pues deriva de la moral, de suyo interna y perteneciente a cada individuo, luego, puede ser distinta entre individuos, siguiendo su naturaleza (el individuo es único, por tanto, su pensamiento y su moral, es única y solo a cada individuo le pertenece). Entonces, hay críticos de la Guía, pues la conciben como un documento aleccionador y una práctica de adoctrinamiento a favor de una postura ideológica (la que representa el Presidente López Obrador); sin embargo, estimo que nadie puede estar en desacuerdo con los valores que refiere el documento y que se sintetizan en el respeto a los demás.

Sigue vigente la discusión en torno a si el gobierno debe impulsar y fomentar el intercambio de ideas respecto a la manera de conducirnos. Considero que sí debe hacerlo, pues no se trata única y exclusivamente del individuo en tanto tal, sino en tanto parte de un colectivo, como parte integrante de la población del Estado. De lo que no hay duda, es que el gobierno imponga puntos de vista y comportamientos a la luz del pensamiento único.

Es importante enfatizar que la Guía propicia la discusión y, con eso, se cumple parte del objetivo, pues hablar de ética, hoy en día, es indispensable.

germanrodriguez32@hotmail.com

La Guía Ética para la Transformación de México fue presentada por el Presidente de la República, el pasado 26 de noviembre; es resultado de 461 aportaciones ciudadanas recopiladas en mesas de diálogo y foros establecidos con iglesias, universidades, fraternidades y organizaciones civiles; se trata de un esfuerzo coordinado por un colegiado: Enrique Galván Ochoa, Pedro Miguel, José Agustín Ortiz Pinchetti, Jesús Ramírez Cuevas, Margarita Valdés González Salas y Verónica Velasco Aranda; su aplicación será voluntaria; se distribuirán diez millones de ejemplares gratuitos y tiene como finalidad recuperar los valores culturales, morales, y espirituales distintivos del pueblo mexicano. En suma, se trata de una propuesta para rescatar los valores universales de fraternidad, respeto, armonía y fortalecer la confianza y la libertad.

Compuesta de veinte apartados que establecen directrices en torno al respeto a la diferencia, la vida, la dignidad, la libertad, el amor, el sufrimiento y el placer, el pasado y el futuro, la gratitud, el perdón, la redención, la igualdad, la verdad la palabra y la confianza, la fraternidad, las leyes y la justicia, la autoridad y el poder, el trabajo, la riqueza y la economía, los acuerdos, la familia, y los animales, las plantas y las cosas.

La Guía, parece un ejercicio de actualización de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes (1952), adaptada por José Luis Martínez (1992) y distribuida al principio del sexenio que corre (2018), pero aún lejos de la Constitución Moral pretendida y prometida por el candidato López Obrador.

En la Presentación, el documento refiere cuestiones inobjetables: que el comportamiento apegado a normas éticas es indispensable para vivir en armonía, de lo contrario, cometeremos conductas antisociales; que una sociedad que se desentiende de la protección de sus integrantes más débiles, se establece la ley de la selva, en donde los más fuertes oprimen a los más débiles; que el modelo económico adoptado mundialmente en las últimas cuatro décadas, no ha resuelto el problema de la desigualdad.

La ética es un tema polémico, pues deriva de la moral, de suyo interna y perteneciente a cada individuo, luego, puede ser distinta entre individuos, siguiendo su naturaleza (el individuo es único, por tanto, su pensamiento y su moral, es única y solo a cada individuo le pertenece). Entonces, hay críticos de la Guía, pues la conciben como un documento aleccionador y una práctica de adoctrinamiento a favor de una postura ideológica (la que representa el Presidente López Obrador); sin embargo, estimo que nadie puede estar en desacuerdo con los valores que refiere el documento y que se sintetizan en el respeto a los demás.

Sigue vigente la discusión en torno a si el gobierno debe impulsar y fomentar el intercambio de ideas respecto a la manera de conducirnos. Considero que sí debe hacerlo, pues no se trata única y exclusivamente del individuo en tanto tal, sino en tanto parte de un colectivo, como parte integrante de la población del Estado. De lo que no hay duda, es que el gobierno imponga puntos de vista y comportamientos a la luz del pensamiento único.

Es importante enfatizar que la Guía propicia la discusión y, con eso, se cumple parte del objetivo, pues hablar de ética, hoy en día, es indispensable.

germanrodriguez32@hotmail.com