/ lunes 27 de mayo de 2019

Hablemos de Discapacidad

Lectura fácil

Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía

José Vasconcelos

Político y Pensado Mexicano (1882 - 1959)

Un niño que lee será un adulto que piensa, es otra frase que sin duda hemos escuchado innumerables ocasiones a lo largo de nuestra vida, en relación a la importancia de la lectura en nuestro país.

Específicamente en nuestro país, no existe, al interior de la familia, una tradición o una cultura para la lectura de libros y es una actividad que conforme crecemos y nos hacemos adultos, resulta complicado adoptarla.

¿Y qué tiene que ver esto con nuestro tema de esta columna?. Hoy quiero reflexionar con ustedes acerca de éste, comenzando por lo fundamental: una sociedad incluyente es un grupo social en donde una persona con discapacidad puede disfrutar, con equidad, de los diversos aspectos de la vida y de su entorno.

En materia de literatura, es importante considerar diversos aspectos en la sociedad, justamente para observar y consolidar la inclusión social en el rubro de documentos accesibles para quien vive en condición de discapacidad. Dependiendo de esta condición de vida, una persona puede requerir de ajustes o adaptaciones en los documentos para acceder a los mismos.

México suscribió en la sede de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en Ginebra, Suiza, el Tratado de Marrakech que establece consideraciones en el ámbito internacional para facilitar el acceso a las obras publicadas para las personas con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder a la bibliografía impresa.

Lo anterior como parte de las directrices del Plan Nacional de Desarrollo que en su momento se estableció para nuestro país y el Programa Sectorial de Educación correspondiente, en busca de desarrollar una política de igualdad y no discriminación, que asegure una mayor cobertura, equidad educativa y fomente la educación artística y cultura de la población mexicana.

De esta manera existe el compromiso de impulsar la reproducción, distribución y puesta a disposición del público de obras publicadas en formatos accesibles, con base en dispositivos legales inclusive.

Resulta fundamental que una obra literaria pueda ser consultada por ejemplo en lectura braille para que personas ciegas, de manera independiente, puedan acceder a los contenidos. Para personas con debilidad visual, existen igualmente formatos que se pueden elaborar con macrotipos o bien contrastes.

Personas con discapacidad intelectual deben contar con formatos de fácil lectura, lo que implica que el contenido le puede ser expuesto de una manera adaptada a sus condiciones.

Sin duda que en nuestra sociedad día con día se dan pasos importantes en la consolidación de la inclusión de este sector. En este tema, demos también muestra de responsabilidad. Hasta la próxima.

Lectura fácil

Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía

José Vasconcelos

Político y Pensado Mexicano (1882 - 1959)

Un niño que lee será un adulto que piensa, es otra frase que sin duda hemos escuchado innumerables ocasiones a lo largo de nuestra vida, en relación a la importancia de la lectura en nuestro país.

Específicamente en nuestro país, no existe, al interior de la familia, una tradición o una cultura para la lectura de libros y es una actividad que conforme crecemos y nos hacemos adultos, resulta complicado adoptarla.

¿Y qué tiene que ver esto con nuestro tema de esta columna?. Hoy quiero reflexionar con ustedes acerca de éste, comenzando por lo fundamental: una sociedad incluyente es un grupo social en donde una persona con discapacidad puede disfrutar, con equidad, de los diversos aspectos de la vida y de su entorno.

En materia de literatura, es importante considerar diversos aspectos en la sociedad, justamente para observar y consolidar la inclusión social en el rubro de documentos accesibles para quien vive en condición de discapacidad. Dependiendo de esta condición de vida, una persona puede requerir de ajustes o adaptaciones en los documentos para acceder a los mismos.

México suscribió en la sede de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), en Ginebra, Suiza, el Tratado de Marrakech que establece consideraciones en el ámbito internacional para facilitar el acceso a las obras publicadas para las personas con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder a la bibliografía impresa.

Lo anterior como parte de las directrices del Plan Nacional de Desarrollo que en su momento se estableció para nuestro país y el Programa Sectorial de Educación correspondiente, en busca de desarrollar una política de igualdad y no discriminación, que asegure una mayor cobertura, equidad educativa y fomente la educación artística y cultura de la población mexicana.

De esta manera existe el compromiso de impulsar la reproducción, distribución y puesta a disposición del público de obras publicadas en formatos accesibles, con base en dispositivos legales inclusive.

Resulta fundamental que una obra literaria pueda ser consultada por ejemplo en lectura braille para que personas ciegas, de manera independiente, puedan acceder a los contenidos. Para personas con debilidad visual, existen igualmente formatos que se pueden elaborar con macrotipos o bien contrastes.

Personas con discapacidad intelectual deben contar con formatos de fácil lectura, lo que implica que el contenido le puede ser expuesto de una manera adaptada a sus condiciones.

Sin duda que en nuestra sociedad día con día se dan pasos importantes en la consolidación de la inclusión de este sector. En este tema, demos también muestra de responsabilidad. Hasta la próxima.

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