En este mes de festejos patrios y festejos para la mujer a pesar que no es Marzo, hay tanto que hablar y decir, ya que pareciera que el mundo gira con las mujeres y las mujeres hacemos girar al mundo, cada día buscamos ser, hacer y cada día damos para sentir que existimos, si la mujer ama, enseña a amar y en ese tema del amor somos expertas para dar y en ocasiones recibir, sabemos que hemos tenido que reconstruirnos una y mil veces porque se nos ha roto en mil pedazos el corazón y de mil maneras, de todas las formas imaginables, algunas por errores de elección y en otras por temerarias y las más por locura de ser mujeres crédulas, eso está garantizado y yo no puedo explicarlo, como tampoco la locura que llevo dentro ni la locura que llevan las demás, tal vez por eso ahora, candidatas a la presidencia tenemos, tal vez porque la vida en ocasiones es justa y en otras no, la mujer enfrenta la vida como boxeador, así que esperemos esos golpes, disimulados o no, entre las contrincantes una vez que se suban al ring a quienes solo quedará afrontar los golpes para seguir adelante.
Bien sabemos que en este México único, étnico y auténtico lo que los mexicanos deseamos es ser libres y felices, quede quien quede, también intuimos que esta posibilidad será más probable tirando a la derecha y derecho, porque a la izquierda podremos encontrar parches y composturas llamadas componendas y aún no sabemos si al final tendremos que decir como cuando tenemos el corazón roto, solo Dios sabe si encontraremos cómo volver a construirlo.
Aprender no es fácil como tampoco es difícil repetir la historia y se nos olvida que somos 129 millones de ciudadanos y solo un mínimo de ciudadanos votaron en la encuesta efectuada por la candidata de Morena, habrá que revisar posibilidades de voto y enfocarse donde se debe. No hay duda que quien se llevó la semana no necesariamente fue Claudia sino Marcelo, de quien los medios de comunicación se ocuparon abastanza, dirían los italianos, toda la semana, que si se queda, que si se va, que si quemó sus cartuchos, que sí, que no, mientras el presidente sigue con su deporte favorito, arremeter contra Xóchitl duro y tupido, lo que no sé si le seguirá favoreciendo o no a su partido, pero al parecer no dejará de hacerlo y a pesar de todo esto, aunque la vida rompa toda ilusión sin importar edad o condición social seguiremos soñando, ¿Por qué? Porque sabemos que si no hay ilusiones y no se tienen sueños dejamos de amar y para qué vivir una vida sin amor, ¿para qué se quiere una vida si no se vive aprovechando cada momento? No se puede vivir toda la vida con miedo o desconfianza, no se puede perder la fe, ni las ilusiones, ni los sueños. La vida es así: te caes, te levantas y te vuelves a caer y mientras decidas vivir viviendo y no vivir muriendo aprenderás a caerte hasta que aprendas las lecciones, por eso hoy, aprendamos las lecciones del pasado y experimentemos todas las oportunidades que nos pone la vida para recuperar el México que conocimos sin importar nuestra edad ya que en realidad no se ha inventado cosa alguna para remediarla y aunque no hay que apegarse a nada en la tierra, ni siquiera a las cosas más inocentes pues nos podrán faltar en el momento que menos pensamos.
El corazón humano está lleno de deseos de felicidad, dejemos de buscar para actuar, miremos desde el corazón para ver las mejores opciones en el 2024, porque cuando escucho México, se me aparecen rincones de cada estado, nubes de buganvilias y jacarandas en flor, gente sonriente y comida de antojo, los atardeceres de mi San Luis Potosí y la mujer llenando sus macetas, las carcajadas de las reuniones familiares y las bromas entre amigos, las pepitorias y el queso de tuna con un tequila y tantas cosas que no quiero perder, por eso y más comprendamos lo mucho que podemos tener y lo mucho que podemos perder si no votamos correctamente y mientras usted analiza su México y sus amores yo espero sus comentarios en angeldesofia@yaho.com.mx agradeciéndole.