/ jueves 11 de agosto de 2022

Increíble: Diez Años

Diez años que equivalen a 516 colaboraciones ininterrumpidas, desde aquel lejano 7 de agosto de 2012, fecha en que El Sol del Bajío me brindó la oportunidad de que mis pensamientos fueran compartidos en sus páginas. Elegí los martes, día en que publicaba en otro medio informativo el Dr. José Antonio Crespo, entonces referente académico obligado en materia electoral.

Toqué la puerta y se me abrió. Tenía -y sigo teniendo- mucho interés en opinar; la pretensión de generar ciudadanía; y la aspiración de que, con mis ideas, se contribuya a construir un mejor entorno social, es decir, es mi forma de colaborar y, espero, abonar, acorde a mi perfil y capacidades a mejorar el entorno. Es mi manera de ejercer mi ciudadanía mexicana. Consciente estoy de mi alta responsabilidad.

Publico reflexiones de asuntos públicos y privados. Los temas son diversos y todos se hacen a partir de la buena fe.

El contexto social de hoy es distinto al que era hace una década; yo también soy diferente. He visto evolucionar el Estado mexicano: nuevas instituciones, leyes, titulares de poderes públicos, ciudadanía; los problemas, sin embargo, suelen ser de la misma naturaleza, agudizándose los vinculados a la seguridad pública.

Mis colaboraciones -y la de mis compañeros- son testimonio de la Historia; la palabra escrita -y publicada- dan esa posibilidad.

Cada colaboración es una historia (de hecho, así se llamaba la columna de Ciro Gómez Leyva hace años: La historia en breve); cada opinión publicada da cuenta de un evento relevante.

En un principio, recuerdo, no había definición del día en que se publicaría mi opinión; pero luego la casa editora tomó la decisión de ubicarme con dos contadores públicos: el icónico don Carlos Martínez Inda y el amigo y compañero de viajes académicos Víctor Muro, quienes publicaban cada martes. Así, por años se encontró mi opinión en interiores del periódico el segundo día laboral de la semana. De poco tiempo a la fecha, se publica los jueves.

Diez años. Se dice fácil, pero, desde luego, no lo es. Dificultades de distinta índole se presentan en el trayecto: creatividad restringida que impide que fluyan las ideas como debieran; preparar la colaboración con antelación si es período vacacional, para estar en posibilidad de gozarlo y enviarla en tiempo a la redacción; conectividad nula o limitada para enviar el archivo electrónico; pesada carga laboral y tiempo, recurso no renovable, limitado, por señalar las más representativas.

Diez años. Mi agradecimiento a esta casa editorial y a los lectores quienes, algunos se han dado a la tarea de emitir comentarios en torno a la opinión vertida; especial agradecimiento a quienes lo hacen desde el extranjero.

No quise que esta fecha, memorable en lo personal, pasara inadvertida. Si las condiciones lo permiten y El Sol del Bajío me sigue brindando espacio, seguiremos colaborando, opinando y ejerciendo mis derechos ciudadanos: manifestándome, siempre con respeto.

germanrodriguez32@hotmail.com

Diez años que equivalen a 516 colaboraciones ininterrumpidas, desde aquel lejano 7 de agosto de 2012, fecha en que El Sol del Bajío me brindó la oportunidad de que mis pensamientos fueran compartidos en sus páginas. Elegí los martes, día en que publicaba en otro medio informativo el Dr. José Antonio Crespo, entonces referente académico obligado en materia electoral.

Toqué la puerta y se me abrió. Tenía -y sigo teniendo- mucho interés en opinar; la pretensión de generar ciudadanía; y la aspiración de que, con mis ideas, se contribuya a construir un mejor entorno social, es decir, es mi forma de colaborar y, espero, abonar, acorde a mi perfil y capacidades a mejorar el entorno. Es mi manera de ejercer mi ciudadanía mexicana. Consciente estoy de mi alta responsabilidad.

Publico reflexiones de asuntos públicos y privados. Los temas son diversos y todos se hacen a partir de la buena fe.

El contexto social de hoy es distinto al que era hace una década; yo también soy diferente. He visto evolucionar el Estado mexicano: nuevas instituciones, leyes, titulares de poderes públicos, ciudadanía; los problemas, sin embargo, suelen ser de la misma naturaleza, agudizándose los vinculados a la seguridad pública.

Mis colaboraciones -y la de mis compañeros- son testimonio de la Historia; la palabra escrita -y publicada- dan esa posibilidad.

Cada colaboración es una historia (de hecho, así se llamaba la columna de Ciro Gómez Leyva hace años: La historia en breve); cada opinión publicada da cuenta de un evento relevante.

En un principio, recuerdo, no había definición del día en que se publicaría mi opinión; pero luego la casa editora tomó la decisión de ubicarme con dos contadores públicos: el icónico don Carlos Martínez Inda y el amigo y compañero de viajes académicos Víctor Muro, quienes publicaban cada martes. Así, por años se encontró mi opinión en interiores del periódico el segundo día laboral de la semana. De poco tiempo a la fecha, se publica los jueves.

Diez años. Se dice fácil, pero, desde luego, no lo es. Dificultades de distinta índole se presentan en el trayecto: creatividad restringida que impide que fluyan las ideas como debieran; preparar la colaboración con antelación si es período vacacional, para estar en posibilidad de gozarlo y enviarla en tiempo a la redacción; conectividad nula o limitada para enviar el archivo electrónico; pesada carga laboral y tiempo, recurso no renovable, limitado, por señalar las más representativas.

Diez años. Mi agradecimiento a esta casa editorial y a los lectores quienes, algunos se han dado a la tarea de emitir comentarios en torno a la opinión vertida; especial agradecimiento a quienes lo hacen desde el extranjero.

No quise que esta fecha, memorable en lo personal, pasara inadvertida. Si las condiciones lo permiten y El Sol del Bajío me sigue brindando espacio, seguiremos colaborando, opinando y ejerciendo mis derechos ciudadanos: manifestándome, siempre con respeto.

germanrodriguez32@hotmail.com