/ jueves 10 de octubre de 2019

Ingenioso Hidalgo

¿Quién fue Don Miguel de Cervantes y Saavedra?

Miguel de Cervantes y Saavedra nació en Alcalá de Henares el 29 de septiembre de 1547 y fue bautizado el 9 de octubre en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor. Era el cuarto hijo del matrimonio del hidalgo Rodrigo de Cervantes con Leonor de Cortinas. Cervantes abandona el ambiente pontificio en 1570 para entrar en el servicio militar. Se alistó primero en Nápoles a las órdenes de Álvaro de Sande para sentar plaza en la compañía de Diego de Urbina, del tercio de don Miguel de Moncada, bajo cuyas órdenes se embarcaría en la galera “Marquesa”, junto con su hermano Rodrigo, para combatir, el 7 de octubre de 1571, en la batalla naval de Lepanto. Recuperado de sus heridas, en 1572 se incorporó a la compañía de don Manuel Ponce de León, del tercio de don Lope de Figueroa, dispuesto a seguir como soldado, pese a tener una mano lisiada. Participó en diversas campañas militares en los años siguientes. En 1575 embarcó en Nápoles, junto con su hermano Rodrigo, en una flotilla de cuatro galeras que partieron rumbo a Barcelona, con tan mala suerte que una tempestad las dispersa y la nave “El Sol”, en la que viajaban Cervantes y su hermano, fue apresada frente a las costas catalanas por unos corsarios. Los cautivos fueron conducidos a Argel y Miguel de Cervantes cayó en manos de Dalí Mamí, apodado “El Cojo”, quien, a la vista de las cartas de recomendación del prisionero, firmadas por el gran capitán mediterráneo Juan de Austria, fija su rescate en quinientos escudos de oro, cantidad prácticamente inalcanzable para su familia, por lo que se vería obligado a permanecer en cautiverio durante cinco años. La idea de libertad alimentaría numerosas páginas de sus obras, desde La Galatea al Persiles, pasando por El capitán cautivo del primer Quijote, y sin olvidar El trato de Argel ni Los baños de Argel. Cervantes intentó fugarse en numerosas ocasiones sin éxito, hasta que el 19 de septiembre de 1580 los trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella, con las monedas obtenidas de sus recorridos pedigüeños por la geografía española, pagaron el rescate y Cervantes quedó en libertad. El 27 de octubre llegó a las costas españolas. Cervantes pretendió largo tiempo algún puesto oficial, especialmente en América, pero le fue denegada y nunca le fueron recompensados sus méritos militares. Dedicado de lleno a las letras, en el mundo literario del Madrid de finales del siglo XVI, fue amigo de las más altas plumas de la época: Laýnez, Figueroa, Padilla, se dedica a redactar La Galatea (donde figuran como personajes buena parte de estos autores), que vería la luz en Alcalá de Henares, en 1585, y su obra literaria está muy ligada al teatro y al desarrollo de los corrales de comedias. En 1584 Cervantes mantuvo relaciones con Ana de Villafranca, o Ana Franca de Rojas y tuvo su única hija: Isabel de Saavedra. Pero contraería matrimonio con Catalina de Salazar.

Desde 1587 hasta 1594 se instaló en Sevilla donde, al fin, obtuvo, por mediación de Diego de Valdivia, el cargo de comisario real de abastos para la Armada Invencible. Más tarde sería encargado de recaudar las tasas atrasadas en Granada, cargo que lo llevará a un constante viaje por las aldeas del sur y a algunos problemas judiciales que terminan con breves encarcelamientos. En 1604 volvió a instalarse en Valladolid. A principios de 1605, de forma un tanto precipitada, ve la luz El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, dirigido al duque de Béjar, en la imprenta madrileña de Juan de la Cuesta, a costa de Francisco de Robles, con un éxito inmediato y varias ediciones piratas (en Lisboa, Valencia y Zaragoza), por lo que Juan de la Cuesta publicó la segunda edición al poco tiempo. Cervantes vendió su obra por 1.500 reales y la tirada inicial fue de uno 1.600 ejemplares, que se vendían a 290,5 maravedíes. Este éxito se vería empañado por un nuevo encarcelamiento, ordenado sediciosamente por el alcalde Villarroel, motivado por el asesinato de Gaspar de Ezpeleta a las puertas de la casa de los Cervantes. En 1606 viajó de nuevo y se quedó a vivir en Madrid. En julio de 1613, Cervantes ingresó como novicio en la Orden Tercera de San Francisco. Murió de hidropesía en Madrid en 1616. Fue poeta, novelista y dramaturgo. Miguel de Cervantes Saavedra cultivó, pero a su original modo, los géneros narrativos habituales en la segunda mitad del siglo XVI: la novela bizantina, la novela pastoril, la novela picaresca, la novela morisca, la sátira lucianesca, la miscelánea. Renovó un género, la novela, que se entendía entonces a la italiana como relato breve, exento de retórica y de mayor trascendencia. La historia lo ha considerado como el más grande escritor español de todos los tiempos, y uno de los mejores escritores universales. Su obra más conocida, siempre ha sido “El Quijote de la Mancha”, que ha trascendido todas las fronteras y todas las culturas. “Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?, Cervantes”. @ArellanoRabiela

¿Quién fue Don Miguel de Cervantes y Saavedra?

Miguel de Cervantes y Saavedra nació en Alcalá de Henares el 29 de septiembre de 1547 y fue bautizado el 9 de octubre en la iglesia parroquial de Santa María la Mayor. Era el cuarto hijo del matrimonio del hidalgo Rodrigo de Cervantes con Leonor de Cortinas. Cervantes abandona el ambiente pontificio en 1570 para entrar en el servicio militar. Se alistó primero en Nápoles a las órdenes de Álvaro de Sande para sentar plaza en la compañía de Diego de Urbina, del tercio de don Miguel de Moncada, bajo cuyas órdenes se embarcaría en la galera “Marquesa”, junto con su hermano Rodrigo, para combatir, el 7 de octubre de 1571, en la batalla naval de Lepanto. Recuperado de sus heridas, en 1572 se incorporó a la compañía de don Manuel Ponce de León, del tercio de don Lope de Figueroa, dispuesto a seguir como soldado, pese a tener una mano lisiada. Participó en diversas campañas militares en los años siguientes. En 1575 embarcó en Nápoles, junto con su hermano Rodrigo, en una flotilla de cuatro galeras que partieron rumbo a Barcelona, con tan mala suerte que una tempestad las dispersa y la nave “El Sol”, en la que viajaban Cervantes y su hermano, fue apresada frente a las costas catalanas por unos corsarios. Los cautivos fueron conducidos a Argel y Miguel de Cervantes cayó en manos de Dalí Mamí, apodado “El Cojo”, quien, a la vista de las cartas de recomendación del prisionero, firmadas por el gran capitán mediterráneo Juan de Austria, fija su rescate en quinientos escudos de oro, cantidad prácticamente inalcanzable para su familia, por lo que se vería obligado a permanecer en cautiverio durante cinco años. La idea de libertad alimentaría numerosas páginas de sus obras, desde La Galatea al Persiles, pasando por El capitán cautivo del primer Quijote, y sin olvidar El trato de Argel ni Los baños de Argel. Cervantes intentó fugarse en numerosas ocasiones sin éxito, hasta que el 19 de septiembre de 1580 los trinitarios fray Juan Gil y fray Antón de la Bella, con las monedas obtenidas de sus recorridos pedigüeños por la geografía española, pagaron el rescate y Cervantes quedó en libertad. El 27 de octubre llegó a las costas españolas. Cervantes pretendió largo tiempo algún puesto oficial, especialmente en América, pero le fue denegada y nunca le fueron recompensados sus méritos militares. Dedicado de lleno a las letras, en el mundo literario del Madrid de finales del siglo XVI, fue amigo de las más altas plumas de la época: Laýnez, Figueroa, Padilla, se dedica a redactar La Galatea (donde figuran como personajes buena parte de estos autores), que vería la luz en Alcalá de Henares, en 1585, y su obra literaria está muy ligada al teatro y al desarrollo de los corrales de comedias. En 1584 Cervantes mantuvo relaciones con Ana de Villafranca, o Ana Franca de Rojas y tuvo su única hija: Isabel de Saavedra. Pero contraería matrimonio con Catalina de Salazar.

Desde 1587 hasta 1594 se instaló en Sevilla donde, al fin, obtuvo, por mediación de Diego de Valdivia, el cargo de comisario real de abastos para la Armada Invencible. Más tarde sería encargado de recaudar las tasas atrasadas en Granada, cargo que lo llevará a un constante viaje por las aldeas del sur y a algunos problemas judiciales que terminan con breves encarcelamientos. En 1604 volvió a instalarse en Valladolid. A principios de 1605, de forma un tanto precipitada, ve la luz El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, dirigido al duque de Béjar, en la imprenta madrileña de Juan de la Cuesta, a costa de Francisco de Robles, con un éxito inmediato y varias ediciones piratas (en Lisboa, Valencia y Zaragoza), por lo que Juan de la Cuesta publicó la segunda edición al poco tiempo. Cervantes vendió su obra por 1.500 reales y la tirada inicial fue de uno 1.600 ejemplares, que se vendían a 290,5 maravedíes. Este éxito se vería empañado por un nuevo encarcelamiento, ordenado sediciosamente por el alcalde Villarroel, motivado por el asesinato de Gaspar de Ezpeleta a las puertas de la casa de los Cervantes. En 1606 viajó de nuevo y se quedó a vivir en Madrid. En julio de 1613, Cervantes ingresó como novicio en la Orden Tercera de San Francisco. Murió de hidropesía en Madrid en 1616. Fue poeta, novelista y dramaturgo. Miguel de Cervantes Saavedra cultivó, pero a su original modo, los géneros narrativos habituales en la segunda mitad del siglo XVI: la novela bizantina, la novela pastoril, la novela picaresca, la novela morisca, la sátira lucianesca, la miscelánea. Renovó un género, la novela, que se entendía entonces a la italiana como relato breve, exento de retórica y de mayor trascendencia. La historia lo ha considerado como el más grande escritor español de todos los tiempos, y uno de los mejores escritores universales. Su obra más conocida, siempre ha sido “El Quijote de la Mancha”, que ha trascendido todas las fronteras y todas las culturas. “Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?, Cervantes”. @ArellanoRabiela