/ viernes 31 de julio de 2020

Ingenioso Hidalgo

¿Necesitamos ver para creer, o creer para ver?

¿Necesitamos ver al Quijote para saber que existió? o ¿a Dios? o ¿a la Virgen? esto sería parte de la Realidad Cartesiana (citando a Descartes), por aquello de la duda metódica o el llamado racionalismo que admite el uso de la razón para llegar a conocimientos de verdad o la tan utilizada lógica. ¿Necesitamos ver para creer, o creer para ver? Se cuestiona mucho que es lo verdadero, por ejemplo “estoy sentado en una silla” (no infiere duda), pero si digo ¿Hay vida después de la muerte? la respuesta correcta es: No sé (eso es lo verdadero). Necesitamos como humanidad tener valores, ideales, motivaciones, conquistas, incentivos para salir adelante y si eso me lo da un personaje de la literatura universal al que llamaban loco, en mi mente y en mi imaginación: Sí existe. En ese sentido creo para ver. No nos imaginamos cuantas cosas podríamos hacer sin necesidad de aprobación social, o por temor a desagradar a otras personas. Si un día se me ocurre sentarme en un parque a platicar con un ancianito, o si le sonrío a una persona sin motivo, si canto una canción afuera en la lluvia, si me pongo a recitar poemas en un café, si saco a bailar a una señora saliendo de la iglesia o simplemente le pregunto su nombre a aquella persona que fue ha estado limpiando mi oficina por años a través de un contrato de outsourcing, ¿estaría mal? ¿sería un loco? Uno de los grandes problemas del ser humano es su decisión de no ser felices. Siempre quejándonos por todo: Pandemia, inseguridad, no tengo dinero, no puedo comprarme más ropa, quiero cambiar mi coche, deseo el puesto de otra persona, mi matrimonio es un fracaso, no soy el súper atlético, quisiera conocer todo el mundo, deseo ser millonario y poderoso, siendo la lista interminable. En esa constante lista de reclamos se me va la vida y nunca fui feliz, cuando en otra perspectiva es: Gracias a Dios estoy vivo, tengo salud, tengo familia, tengo un techo en donde dormir, no me falta pan en mi mesa, tengo un trabajo (la lista también es interminable). Sin embargo, en esta última reflexión si soy feliz con lo que tengo, por supuesto siempre con miras a crecer, no ser conformistas, pero durante el camino largo o corto, no generar frustraciones o desalientos. Soy feliz aquí y ahora, y en eso se va la vida. El Quijote es considerado por grandes expertos como la biblia laica por sus enseñanzas, historias, reflexiones, verdades, experiencias. Si de algo nos sirve compartir sus andanzas y conquista de ideales, que mejor manera de vivir. “La locura puede ser entendida como una manera de vivir la vida que va más allá de lo convencional, Izzat Haykal”

Twitter @ArellanoRabiela

¿Necesitamos ver para creer, o creer para ver?

¿Necesitamos ver al Quijote para saber que existió? o ¿a Dios? o ¿a la Virgen? esto sería parte de la Realidad Cartesiana (citando a Descartes), por aquello de la duda metódica o el llamado racionalismo que admite el uso de la razón para llegar a conocimientos de verdad o la tan utilizada lógica. ¿Necesitamos ver para creer, o creer para ver? Se cuestiona mucho que es lo verdadero, por ejemplo “estoy sentado en una silla” (no infiere duda), pero si digo ¿Hay vida después de la muerte? la respuesta correcta es: No sé (eso es lo verdadero). Necesitamos como humanidad tener valores, ideales, motivaciones, conquistas, incentivos para salir adelante y si eso me lo da un personaje de la literatura universal al que llamaban loco, en mi mente y en mi imaginación: Sí existe. En ese sentido creo para ver. No nos imaginamos cuantas cosas podríamos hacer sin necesidad de aprobación social, o por temor a desagradar a otras personas. Si un día se me ocurre sentarme en un parque a platicar con un ancianito, o si le sonrío a una persona sin motivo, si canto una canción afuera en la lluvia, si me pongo a recitar poemas en un café, si saco a bailar a una señora saliendo de la iglesia o simplemente le pregunto su nombre a aquella persona que fue ha estado limpiando mi oficina por años a través de un contrato de outsourcing, ¿estaría mal? ¿sería un loco? Uno de los grandes problemas del ser humano es su decisión de no ser felices. Siempre quejándonos por todo: Pandemia, inseguridad, no tengo dinero, no puedo comprarme más ropa, quiero cambiar mi coche, deseo el puesto de otra persona, mi matrimonio es un fracaso, no soy el súper atlético, quisiera conocer todo el mundo, deseo ser millonario y poderoso, siendo la lista interminable. En esa constante lista de reclamos se me va la vida y nunca fui feliz, cuando en otra perspectiva es: Gracias a Dios estoy vivo, tengo salud, tengo familia, tengo un techo en donde dormir, no me falta pan en mi mesa, tengo un trabajo (la lista también es interminable). Sin embargo, en esta última reflexión si soy feliz con lo que tengo, por supuesto siempre con miras a crecer, no ser conformistas, pero durante el camino largo o corto, no generar frustraciones o desalientos. Soy feliz aquí y ahora, y en eso se va la vida. El Quijote es considerado por grandes expertos como la biblia laica por sus enseñanzas, historias, reflexiones, verdades, experiencias. Si de algo nos sirve compartir sus andanzas y conquista de ideales, que mejor manera de vivir. “La locura puede ser entendida como una manera de vivir la vida que va más allá de lo convencional, Izzat Haykal”

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