/ jueves 21 de enero de 2021

Ingenioso Hidalgo

Don Quijote al estilo de Antonio Machado

Antonio Cipriano José María Machado Ruiz, poeta, dramaturgo y narrador español, poeta emblemático de la Generación del 98. Realiza sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza y posteriormente completa sus estudios en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros. Realiza varios viajes a París, donde conoce a Rubén Darío. En la evolución poética de Antonio Machado destacan tres aspectos: el entorno intelectual de sus primeros años, marcado primero por la figura de su padre, estudioso del folclore andaluz, y después por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza; la influencia de sus lecturas filosóficas, entre las que son destacables las de Bergson y Unamuno; y, en tercer lugar, su reflexión sobre la España de su tiempo. La poética de Rubén Darío, aunque más acusada en los primeros años, es una influencia constante. Su gran admiración por Cervantes, lo invita a reflexionarlo de la siguiente manera: De Cervantes pocas palabras. Nació Miguel de padres pobres, en Alcalá de Henares, y la pobreza le acompañó durante toda su vida. Señala: Digamos algo del libro inmortal. Apareció el Quijote en el año 5 del siglo XVII. Era la obra de la madurez de Cervantes. Tuvo un éxito inmediato de risa. Pero, no nos engañemos, el éxito del Quijote fue un éxito de público, que no valió a Cervantes la plena admiración de los doctos. En España el vulgo ha defendido siempre las obras buenas, y la le fue a veces adversa. Sin el pueblo, sin la admiración del profano, lo mejor de nuestra literatura: El romancero, La Celestina, el teatro, la novela picaresca, la obra de los románticos, se hubieran perdido para siempre. La crítica comenzó a comprenderlo en el siglo XVIII y le hizo plena justicia en el siglo XIX y no podía ser de otro modo, porque el Quijote no es, a su juicio, una obra renacentista, como se ha sostenido. De haber sido el Quijote plena literatura del renacimiento, se le hubiera comprendido y juzgado en todo su valor. El sentido humanista, de cultura clásica, que caracteriza al hombre del renacimiento se encuentra en Cervantes, aunque no tan marcado como en otros ingenios de su tiempo. Pero lo que hace del Quijote un libro único, el libro que sólo el genio podía escribir entonces, es su modernidad. El Quijote no es una obra renacentista, es mucho más, es la primera obra moderna, ya no de la literatura española, sino de la literatura universal. En España, desde el Arcipreste de Hita, en Italia desde Boccaccio, en Inglaterra desde Chaucer, en Francia, de Rabelais, pero lo que no se había producido hasta entonces, lo que, después del Quijote, había de tardar dos siglos en seguir produciéndose, era un libro de risa y entretenimiento que, además de divertirnos y hacernos reír, nos hiciera también llorar. Han pasado más de tres siglos y es precisamente la comicidad del Quijote lo más difícil de gustar para nosotros; y cuanto hay en él de serio y profundo lo que más en él, cautiva. Lo cómico cervantino corresponde más a la sensibilidad de su tiempo que a la del nuestro; en cambio, la piedad y la simpatía por la locura de don Quijote es algo. En este ingenioso hidalgo, oponen valientemente su mundo interior, su mundo encantado, hecho con su propia sensibilidad y sus propios ideales, al mundo social, hecho de convenciones, de leyes con que la vida colectiva pretende anular la vida individual, de objetividad, en suma. Su locura pasa para nosotros inadvertida porque participamos de ella nosotros también; como hombres modernos, pensamos, lo que no podía pensarse en tiempo de Cervantes, que el mundo es nuestra representación, y que si ésta no es una plena creación nuestra, es, cuando menos, una deformación de lo real y que, en este sentido, la locura es lo normal en el hombre. No somos un espejo impasible a través de un camino, que retrata fielmente imágenes pasajeras, sino almas que, al reflejarlas, las transfiguran y, en cierto modo, las crean. ¿Qué era Don Quijote sino este maravilloso espejo creador, que deformaba en el sentido de su ideal, su mundo circundante?. Twitter @ArellanoRabiela

Don Quijote al estilo de Antonio Machado

Antonio Cipriano José María Machado Ruiz, poeta, dramaturgo y narrador español, poeta emblemático de la Generación del 98. Realiza sus estudios en la Institución Libre de Enseñanza y posteriormente completa sus estudios en los institutos San Isidro y Cardenal Cisneros. Realiza varios viajes a París, donde conoce a Rubén Darío. En la evolución poética de Antonio Machado destacan tres aspectos: el entorno intelectual de sus primeros años, marcado primero por la figura de su padre, estudioso del folclore andaluz, y después por el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza; la influencia de sus lecturas filosóficas, entre las que son destacables las de Bergson y Unamuno; y, en tercer lugar, su reflexión sobre la España de su tiempo. La poética de Rubén Darío, aunque más acusada en los primeros años, es una influencia constante. Su gran admiración por Cervantes, lo invita a reflexionarlo de la siguiente manera: De Cervantes pocas palabras. Nació Miguel de padres pobres, en Alcalá de Henares, y la pobreza le acompañó durante toda su vida. Señala: Digamos algo del libro inmortal. Apareció el Quijote en el año 5 del siglo XVII. Era la obra de la madurez de Cervantes. Tuvo un éxito inmediato de risa. Pero, no nos engañemos, el éxito del Quijote fue un éxito de público, que no valió a Cervantes la plena admiración de los doctos. En España el vulgo ha defendido siempre las obras buenas, y la le fue a veces adversa. Sin el pueblo, sin la admiración del profano, lo mejor de nuestra literatura: El romancero, La Celestina, el teatro, la novela picaresca, la obra de los románticos, se hubieran perdido para siempre. La crítica comenzó a comprenderlo en el siglo XVIII y le hizo plena justicia en el siglo XIX y no podía ser de otro modo, porque el Quijote no es, a su juicio, una obra renacentista, como se ha sostenido. De haber sido el Quijote plena literatura del renacimiento, se le hubiera comprendido y juzgado en todo su valor. El sentido humanista, de cultura clásica, que caracteriza al hombre del renacimiento se encuentra en Cervantes, aunque no tan marcado como en otros ingenios de su tiempo. Pero lo que hace del Quijote un libro único, el libro que sólo el genio podía escribir entonces, es su modernidad. El Quijote no es una obra renacentista, es mucho más, es la primera obra moderna, ya no de la literatura española, sino de la literatura universal. En España, desde el Arcipreste de Hita, en Italia desde Boccaccio, en Inglaterra desde Chaucer, en Francia, de Rabelais, pero lo que no se había producido hasta entonces, lo que, después del Quijote, había de tardar dos siglos en seguir produciéndose, era un libro de risa y entretenimiento que, además de divertirnos y hacernos reír, nos hiciera también llorar. Han pasado más de tres siglos y es precisamente la comicidad del Quijote lo más difícil de gustar para nosotros; y cuanto hay en él de serio y profundo lo que más en él, cautiva. Lo cómico cervantino corresponde más a la sensibilidad de su tiempo que a la del nuestro; en cambio, la piedad y la simpatía por la locura de don Quijote es algo. En este ingenioso hidalgo, oponen valientemente su mundo interior, su mundo encantado, hecho con su propia sensibilidad y sus propios ideales, al mundo social, hecho de convenciones, de leyes con que la vida colectiva pretende anular la vida individual, de objetividad, en suma. Su locura pasa para nosotros inadvertida porque participamos de ella nosotros también; como hombres modernos, pensamos, lo que no podía pensarse en tiempo de Cervantes, que el mundo es nuestra representación, y que si ésta no es una plena creación nuestra, es, cuando menos, una deformación de lo real y que, en este sentido, la locura es lo normal en el hombre. No somos un espejo impasible a través de un camino, que retrata fielmente imágenes pasajeras, sino almas que, al reflejarlas, las transfiguran y, en cierto modo, las crean. ¿Qué era Don Quijote sino este maravilloso espejo creador, que deformaba en el sentido de su ideal, su mundo circundante?. Twitter @ArellanoRabiela