/ jueves 25 de marzo de 2021

Ingenioso Hidalgo

Los derechos humanos no se negocian

Los derechos humanos no se negocian: Se respetan, se exigen, se protegen. Parafraseando a Cervantes, no hay justificación ni cabida para actos de injusticia.

Desde entonces, los derechos humanos sustentados en la dignidad humana, la verdad, la justicia, el respeto, la no discriminación, son máximas que no se pueden cuestionar:

Su lucha, protección y conquista. En este país no se respetan los derechos humanos, ya que constantemente conocemos de abusos de autoridad, corrupción, influyentismos, prepotencia.

Para ejemplos muchos, es increíble como asignan puestos a gente sin experiencia en derechos humanos al frente de organismos defensores de estos derechos. Cada vez es más claro, el que se engañe a la sociedad y se simulen actos de verdadera vocación y postulados de servicio.

Lo que debemos de tomar en cuenta en la sociedad es que no hay que dejarse de los grandes titanes, de los molinos de viento del Quijote, sino como caballeros andantes luchar y conquistar esa tan anhelada sed de justicia.

Una figura muy noble este camino es el juicio de amparo mexicano. Con este medio de defensa constitucional se pueden atacar los actos abusivos y excesivos, tanto del poder ejecutivo como del poder legislativo.

Si bien es cierto son poderes autónomos y soberanos en sus funciones, también es cierto que no son los dioses del olimpo. Se equivocan (normalmente a su favor) y la experiencia, siempre en perjuicio del más necesitado.

La pregunta es ¿seremos capaces de enfrentar estos actos abusivos de autoridades? o decidimos actuar en contra ellos para defender nuestros derechos humanos.

Recientemente, un caso muy particular de un Juez de Distrito, que valientemente admite una demanda de garantías en contra de los actos excesivos y arbitrarios del poder legislativo.

Es verdad que hay mucha gente corrupta en la función pública, pero vale la pena destacar que hay (pocos, tristemente), pero hay, servidores públicos valientes y honestos. Una persona puede hacer la diferencia.

Si habemos luchadores incansables de la justicia, normalmente actuando por separado, pero cuando se unen esas sinergias, se logran cambios ejemplares y de gran trascendencia.

Los derechos humanos no se negocian, juntos sociedad, investigadores, académicos, jueces honestos, seremos ejemplo de que las cosas si pueden cambiar en nuestro país.

“Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente, Sócrates”. Twitter @ArellanoRabiela

Los derechos humanos no se negocian

Los derechos humanos no se negocian: Se respetan, se exigen, se protegen. Parafraseando a Cervantes, no hay justificación ni cabida para actos de injusticia.

Desde entonces, los derechos humanos sustentados en la dignidad humana, la verdad, la justicia, el respeto, la no discriminación, son máximas que no se pueden cuestionar:

Su lucha, protección y conquista. En este país no se respetan los derechos humanos, ya que constantemente conocemos de abusos de autoridad, corrupción, influyentismos, prepotencia.

Para ejemplos muchos, es increíble como asignan puestos a gente sin experiencia en derechos humanos al frente de organismos defensores de estos derechos. Cada vez es más claro, el que se engañe a la sociedad y se simulen actos de verdadera vocación y postulados de servicio.

Lo que debemos de tomar en cuenta en la sociedad es que no hay que dejarse de los grandes titanes, de los molinos de viento del Quijote, sino como caballeros andantes luchar y conquistar esa tan anhelada sed de justicia.

Una figura muy noble este camino es el juicio de amparo mexicano. Con este medio de defensa constitucional se pueden atacar los actos abusivos y excesivos, tanto del poder ejecutivo como del poder legislativo.

Si bien es cierto son poderes autónomos y soberanos en sus funciones, también es cierto que no son los dioses del olimpo. Se equivocan (normalmente a su favor) y la experiencia, siempre en perjuicio del más necesitado.

La pregunta es ¿seremos capaces de enfrentar estos actos abusivos de autoridades? o decidimos actuar en contra ellos para defender nuestros derechos humanos.

Recientemente, un caso muy particular de un Juez de Distrito, que valientemente admite una demanda de garantías en contra de los actos excesivos y arbitrarios del poder legislativo.

Es verdad que hay mucha gente corrupta en la función pública, pero vale la pena destacar que hay (pocos, tristemente), pero hay, servidores públicos valientes y honestos. Una persona puede hacer la diferencia.

Si habemos luchadores incansables de la justicia, normalmente actuando por separado, pero cuando se unen esas sinergias, se logran cambios ejemplares y de gran trascendencia.

Los derechos humanos no se negocian, juntos sociedad, investigadores, académicos, jueces honestos, seremos ejemplo de que las cosas si pueden cambiar en nuestro país.

“Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente, Sócrates”. Twitter @ArellanoRabiela