Personajes encarnando al Quijote: Parte II: Francisco Arellano Rendón
Francisco Arellano Rendón, nacido en la Ciudad de México el 29 de junio de 1933, Licenciado en Derecho por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, académico mexicano, periodista, historiador, de gran elocuencia e inteligencia. Fue orador de los Presidentes de México, José López Portillo, Luis Echeverría, Miguel de la Madrid y siempre destacando el alto honor de la honestidad dentro del servicio público. Su pasión fue educar a sus hijos, amar a su esposa y venerar a su padre, el político mexicano Francisco Arellano Belloc, creador de la estrategia jurídica de la expropiación petrolera en nuestro país y también académico, poeta y periodista. Cuenta en su vida política que tuvo muchos ofrecimientos para realizar actos de corrupción, el caso más claro fue cuando se le designa Director General del Registro Público de la Propiedad y del Comercio en la Ciudad de México en donde le empezaron a ofrecer dinero para que las gestiones registrales fueran “más eficientes”. Nunca le importó la riqueza económica, ya que, para Arellano Rendón, la inteligencia, la honradez, el cultivarnos, escribir, leer, admirarse de un Federico Chopin, o analizando por ejemplo la vida de Juarez, personaje que lo inspiró a publicar su más reciente obra “Forjadores de la Historia”. ¿Necesitamos robar, corrompernos, riquezas materiales en demasía, para ser felices?, la respuesta claramente para Arellano Rendón, era: no. Por supuesto no hay que ser conformistas, siempre hay que mirar hacia arriba, pero también es cierto que, si nos la pasamos quejándonos de lo que no tenemos, nos generaría una infelicidad claramente señalada, en lugar de agradecer lo que si tenemos: Vida, salud, familia, amor, amistad. Cito una remembranza del Caballero de la Triste Figura “El peso de la misericordia: Si acaso doblares la vara de la justicia, no sea con el peso de la dádiva, sino con el de la misericordia. Quien habla ha insistido mucho en la corrupción y sus problemas, y ahora hace referencia al valor de la misericordia, la cual debe estar muy por encima de la dádiva. La misericordia es además un referente bíblico por excelencia que implica, como su etimología lo expresa, el ser capaz de amar a la condición miserable del otro, de nuestro igual, de nuestro hermano”. Misericordia Quijotesca es tener un poco de esa locura de nuestro personaje que nos lleve a humanizarnos y entender que este mundo cambiara si nosotros generamos el cambio. Recordemos a grandes e ilustres hombres y mujeres que han generado ese legado intangible de gran valía. “Don Quijote soy, y mi profesión la de andante caballería. Son mis leyes, el deshacer entuertos, prodigar el bien y evitar el mal. Huyo de la vida regalada, de la ambición y la hipocresía, y busco para mi propia gloria la senda más angosta y difícil. ¿Es eso, de tonto y mentecato?.
Twitter @ArellanoRabiela
