/ jueves 20 de mayo de 2021

Ingenioso Hidalgo

Personajes no conocidos del Quijote: Ginés de Pasamonte

Ginés de Pasamonte, aquel “ladrón y embustero”, en donde muchas de las curiosidades que encierra Don Quijote desde la primera frase con la falta del lugar de la Mancha, territorio que se presta a la polisemia, al pecado original, a la suciedad, o a “la seca” de los árabes musulmanes, son parte de este personaje. “El tiempo no da lugar” para aburrir a la persona lectora de esta brillante obra maestra de la Literatura Universal, y no podíamos olvidarnos de “La vida de Ginés de Pasamonte”. Cervantes hace un homenaje en la historia del “Capitán Cautivo” y rescatado, a la Orden Trinitaria que le liberó y que, en el libro, ante nuestros ojos, realiza la redención de una imagen mostrenca. Ginés de Pasamonte: “Tus figuras rodaron sin cabeza y del retablo queda casi nada destruido por el filo de la espada de un Don Quijote henchido de fiereza. Mas, si sabes, Maese Pedro, reza y huye raudo al llegar la madrugada, no sea que la cuenta no saldada se te cobre allí mismo con largueza. Pues que Ginés de Pasamonte fuiste preso y por don Quijote liberado pagándole a pedradas el servicio, y de ladrón también presto al oficio sobre su rucio al sueño abandonado a Sancho de su rucio desvestiste”. Ginés de Pasamonte fue uno de los galeotes liberado por don Quijote, beneficio que después le fue mal agradecido y peor pagado. También le robó el rucio a Sancho mientras dormía sobre él. En el segundo encuentro se hace llamar Maese Pedro; aunque él reconoce a Don Quijote y Sancho, ellos no se dan cuenta de quién es él. Su aparente sencillez con la que se desenvuelve el Maese Pedro, quien no es otro que Ginés de Pasamonte, recordado como como aquel que le pagó al caballero andante, además de apedreándolo y robándole el burro a Sancho. Ginés de Pasamonte no es un personaje secundario como tantos otros de la obra: Reaparece en la primera parte porque será quien robe el rucio a Sancho y en la segunda volverá como Maese Pedro, dueño de un mono adivino y un retablo de figuras. Tampoco es un personaje secundario más en su caracterización: es el más peligroso de los galeotes, condenado a diez años (lo que equivale, nos informa el guarda, a muerte civil por la dureza de esa estancia). Ginés ya conoce las galeras, por una anterior condena de cuatro años, y es el encargado de criticar su inactividad cuando deberían proteger a los barcos y costas españoles de los ataques de piratas y corsos (es curioso: en varios textos literarios aparece este patriotismo de los condenados a galeras), así como el que más se enfrenta a sus guardianes. Se ha conjeturado que este Ginés de Pasamonte era Jerónimo de Pasamonte, soldado y contemporáneo de Cervantes cuyas vidas tienen varios puntos en común interesantes. Algunos han teorizado que se conocieron y que hubo algún tipo de enfrentamiento entre ellos que hizo que Cervantes lo convirtiera en este personaje literario sin molestarse demasiado en ocultar el modelo. Otros, aluden a que Cervantes, al leer el texto de Pasamonte, se sintió indignado porque lo consideró exagerado y ofensivo contra los que tuvieron un comportamiento heroico en Lepanto, al adjudicarse méritos y actitud heroica que no le correspondían. Se presenta uno de los personajes más polémicos de la obra de Don Quijote de la Mancha, su atracción principal es el mono que lleva con él, al que ha entrenado para que se le suba al hombro y se le acerque al oído como si le hablara. Posteriormente, llamado Maese Pedro repite las palabras del mono, que supuestamente puede ver sucesos pasados y presentes, mas no futuros, convence a Don Quijote y Sancho Panza, de estos poderes del mono. Cuando representa su drama, Don Quijote se vuelve loco pensando que es cierto lo que ocurre y le destroza los títeres. “La pluma es lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos, Cervantes”.

Twitter @ArellanoRabiela

Personajes no conocidos del Quijote: Ginés de Pasamonte

Ginés de Pasamonte, aquel “ladrón y embustero”, en donde muchas de las curiosidades que encierra Don Quijote desde la primera frase con la falta del lugar de la Mancha, territorio que se presta a la polisemia, al pecado original, a la suciedad, o a “la seca” de los árabes musulmanes, son parte de este personaje. “El tiempo no da lugar” para aburrir a la persona lectora de esta brillante obra maestra de la Literatura Universal, y no podíamos olvidarnos de “La vida de Ginés de Pasamonte”. Cervantes hace un homenaje en la historia del “Capitán Cautivo” y rescatado, a la Orden Trinitaria que le liberó y que, en el libro, ante nuestros ojos, realiza la redención de una imagen mostrenca. Ginés de Pasamonte: “Tus figuras rodaron sin cabeza y del retablo queda casi nada destruido por el filo de la espada de un Don Quijote henchido de fiereza. Mas, si sabes, Maese Pedro, reza y huye raudo al llegar la madrugada, no sea que la cuenta no saldada se te cobre allí mismo con largueza. Pues que Ginés de Pasamonte fuiste preso y por don Quijote liberado pagándole a pedradas el servicio, y de ladrón también presto al oficio sobre su rucio al sueño abandonado a Sancho de su rucio desvestiste”. Ginés de Pasamonte fue uno de los galeotes liberado por don Quijote, beneficio que después le fue mal agradecido y peor pagado. También le robó el rucio a Sancho mientras dormía sobre él. En el segundo encuentro se hace llamar Maese Pedro; aunque él reconoce a Don Quijote y Sancho, ellos no se dan cuenta de quién es él. Su aparente sencillez con la que se desenvuelve el Maese Pedro, quien no es otro que Ginés de Pasamonte, recordado como como aquel que le pagó al caballero andante, además de apedreándolo y robándole el burro a Sancho. Ginés de Pasamonte no es un personaje secundario como tantos otros de la obra: Reaparece en la primera parte porque será quien robe el rucio a Sancho y en la segunda volverá como Maese Pedro, dueño de un mono adivino y un retablo de figuras. Tampoco es un personaje secundario más en su caracterización: es el más peligroso de los galeotes, condenado a diez años (lo que equivale, nos informa el guarda, a muerte civil por la dureza de esa estancia). Ginés ya conoce las galeras, por una anterior condena de cuatro años, y es el encargado de criticar su inactividad cuando deberían proteger a los barcos y costas españoles de los ataques de piratas y corsos (es curioso: en varios textos literarios aparece este patriotismo de los condenados a galeras), así como el que más se enfrenta a sus guardianes. Se ha conjeturado que este Ginés de Pasamonte era Jerónimo de Pasamonte, soldado y contemporáneo de Cervantes cuyas vidas tienen varios puntos en común interesantes. Algunos han teorizado que se conocieron y que hubo algún tipo de enfrentamiento entre ellos que hizo que Cervantes lo convirtiera en este personaje literario sin molestarse demasiado en ocultar el modelo. Otros, aluden a que Cervantes, al leer el texto de Pasamonte, se sintió indignado porque lo consideró exagerado y ofensivo contra los que tuvieron un comportamiento heroico en Lepanto, al adjudicarse méritos y actitud heroica que no le correspondían. Se presenta uno de los personajes más polémicos de la obra de Don Quijote de la Mancha, su atracción principal es el mono que lleva con él, al que ha entrenado para que se le suba al hombro y se le acerque al oído como si le hablara. Posteriormente, llamado Maese Pedro repite las palabras del mono, que supuestamente puede ver sucesos pasados y presentes, mas no futuros, convence a Don Quijote y Sancho Panza, de estos poderes del mono. Cuando representa su drama, Don Quijote se vuelve loco pensando que es cierto lo que ocurre y le destroza los títeres. “La pluma es lengua del alma; cuales fueren los conceptos que en ella se engendraron, tales serán sus escritos, Cervantes”.

Twitter @ArellanoRabiela