/ jueves 22 de julio de 2021

Ingenioso Hidalgo

Don Quijote y la Cultura de PAZ

La paz no es sólo la ausencia de guerra. En Oslo (Noruega), el Centro Nobel de la Paz basa en este axioma su programa de educación para la paz. Más de 10.000 escolares de 6 a 19 años acuden a sus cursos cada año. Cada año miles de escolares traspasan las puertas del Centro Nobel de la Paz, situado en una antigua estación ferroviaria del centro de Oslo desde la que se domina el puerto, para tratar de desentrañar un concepto un tanto inaprensible: La paz. Este centro, creado por iniciativa de Geir Lundestad, ex director del Instituto Nobel Noruego, alberga el museo del Premio Nobel de la Paz. Financiada con subvenciones públicas y donaciones privadas, esta fundación independiente tiene por misión suscitar el interés del público por dicho premio y presentar la vida y obra de su fundador, Alfred Nobel, y de sus galardonados. Hay factores que pueden socavar la paz: La pobreza, el racismo, los desastres medioambientales, la falta de democracia y la violación de los derechos humanos. Luego pasamos a preguntas más arduas. Si es el racismo el que destruye la paz, ¿no deberíamos combatirlo?

Si es la pobreza, ¿no deberíamos esforzarnos por erradicarla? Si es la ausencia de derechos humanos, ¿no deberíamos actuar para que se respeten? Don Quijote, cuyo título completo del libro es La Historia del valeroso e ingenioso caballero andante Don Quijote de la Mancha, es una novela española escrita por Don Miguel de Cervantes de Saavedra. Publicado en dos volúmenes, en 1605 y 1615, Don Quijote es considerado el libro más influyente de la literatura de la Edad de Oro española y de toda la producción literaria de España. Como obra fundamental de la literatura occidental moderna, este libro aparece regularmente en las listas de las mejores obras de ficción jamás publicado. Podemos afirmar que en Don Quijote está todo incluido: la libertad, la dignidad, la naturaleza, la virtud, el bien, la esperanza, la amistad, la gratitud, el esfuerzo, la acción, la aventura, la imaginación, la verdad y sobre todo, la justicia y la PAZ. Cervantes confirma en su obra que la paz es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida y pone como ejemplo, que las primeras buenas nuevas que tuvo el mundo y tuvieron los hombres fueron las que dieron los ángeles la noche que fue nuestro día, cuando cantaron en los aires: “Gloria sea en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Dostoievski admiraba profundamente este libro. Él mismo enfatizó en su Diario de un Escritor que “no hay una invención más profunda ni más vigorosa que ésta. Es la última y más alta expresión del pensamiento humano”.

No hay que olvidar que Cervantes es un hombre culto, un profundo conocedor de los clásicos, y es, en definitiva, un humanista influido por Erasmo, con una visión de la vida cargada de comprensión, es un mundo que volvía la espalda al cosmopolitismo y se tornaba rígido e intolerante. Las convicciones pacifistas de Cervantes procedentes del Humanismo quedan plasmadas en su famoso discurso sobre las armas y las letras en el que abiertamente condena la guerra. En su obra, Cervantes intenta idealizar un mundo pasado en donde no existía la rivalidad entre los seres humanos, como causa principal de los conflictos del mundo. En su capítulo dedicado a lo que le sucedió a Don Quijote con unos cabreros, Cervantes sueña en una edad de oro en donde la armonía y la paz reinaban en el mundo: “Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío”. Existe un programa en México único en su género sobre “Educación para la PAZ”, creado por una prestigiada institución de educación superior en México, la Universidad Albert Einstein, que vale la pena cursar, para entender verdaderamente que la PAZ es la aspiración de todos los pueblos. “No hay camino para la paz, la paz es el camino, Mahatma Gandhi”. Twitter @ArellanoRabiela

Don Quijote y la Cultura de PAZ

La paz no es sólo la ausencia de guerra. En Oslo (Noruega), el Centro Nobel de la Paz basa en este axioma su programa de educación para la paz. Más de 10.000 escolares de 6 a 19 años acuden a sus cursos cada año. Cada año miles de escolares traspasan las puertas del Centro Nobel de la Paz, situado en una antigua estación ferroviaria del centro de Oslo desde la que se domina el puerto, para tratar de desentrañar un concepto un tanto inaprensible: La paz. Este centro, creado por iniciativa de Geir Lundestad, ex director del Instituto Nobel Noruego, alberga el museo del Premio Nobel de la Paz. Financiada con subvenciones públicas y donaciones privadas, esta fundación independiente tiene por misión suscitar el interés del público por dicho premio y presentar la vida y obra de su fundador, Alfred Nobel, y de sus galardonados. Hay factores que pueden socavar la paz: La pobreza, el racismo, los desastres medioambientales, la falta de democracia y la violación de los derechos humanos. Luego pasamos a preguntas más arduas. Si es el racismo el que destruye la paz, ¿no deberíamos combatirlo?

Si es la pobreza, ¿no deberíamos esforzarnos por erradicarla? Si es la ausencia de derechos humanos, ¿no deberíamos actuar para que se respeten? Don Quijote, cuyo título completo del libro es La Historia del valeroso e ingenioso caballero andante Don Quijote de la Mancha, es una novela española escrita por Don Miguel de Cervantes de Saavedra. Publicado en dos volúmenes, en 1605 y 1615, Don Quijote es considerado el libro más influyente de la literatura de la Edad de Oro española y de toda la producción literaria de España. Como obra fundamental de la literatura occidental moderna, este libro aparece regularmente en las listas de las mejores obras de ficción jamás publicado. Podemos afirmar que en Don Quijote está todo incluido: la libertad, la dignidad, la naturaleza, la virtud, el bien, la esperanza, la amistad, la gratitud, el esfuerzo, la acción, la aventura, la imaginación, la verdad y sobre todo, la justicia y la PAZ. Cervantes confirma en su obra que la paz es el mayor bien que los hombres pueden desear en esta vida y pone como ejemplo, que las primeras buenas nuevas que tuvo el mundo y tuvieron los hombres fueron las que dieron los ángeles la noche que fue nuestro día, cuando cantaron en los aires: “Gloria sea en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. Dostoievski admiraba profundamente este libro. Él mismo enfatizó en su Diario de un Escritor que “no hay una invención más profunda ni más vigorosa que ésta. Es la última y más alta expresión del pensamiento humano”.

No hay que olvidar que Cervantes es un hombre culto, un profundo conocedor de los clásicos, y es, en definitiva, un humanista influido por Erasmo, con una visión de la vida cargada de comprensión, es un mundo que volvía la espalda al cosmopolitismo y se tornaba rígido e intolerante. Las convicciones pacifistas de Cervantes procedentes del Humanismo quedan plasmadas en su famoso discurso sobre las armas y las letras en el que abiertamente condena la guerra. En su obra, Cervantes intenta idealizar un mundo pasado en donde no existía la rivalidad entre los seres humanos, como causa principal de los conflictos del mundo. En su capítulo dedicado a lo que le sucedió a Don Quijote con unos cabreros, Cervantes sueña en una edad de oro en donde la armonía y la paz reinaban en el mundo: “Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío”. Existe un programa en México único en su género sobre “Educación para la PAZ”, creado por una prestigiada institución de educación superior en México, la Universidad Albert Einstein, que vale la pena cursar, para entender verdaderamente que la PAZ es la aspiración de todos los pueblos. “No hay camino para la paz, la paz es el camino, Mahatma Gandhi”. Twitter @ArellanoRabiela