/ domingo 24 de septiembre de 2023

Jaques Offenbach

“En una ópera, la poesía por fuerza ha de ser hija obediente de la música”. W. A. Mozart.

Es frecuente la idea que la música clásica fue compuesta bajo temáticas de estricta rigidez y seriedad, lo que es erróneo puesto que muchos géneros de la música culta fueron inspirados en textos o tramas jocosos, a veces grotescos o burlescos. La ópera bufa es buen ejemplo de ello, contiene recitativos en lenguaje de temas cotidianos o superficiales. Música y canto que se empezó a escuchar en Italia a principios del siglo XVII conocida como “commedia per música o drama giocoso per música”, con humoradas oídas en la calle.

Más divertida es la opereta, con escenografía y diálogo popular, obra operística de pretensiones modestas de carácter frívolo o burlesco que motiva a críticos rigoristas que, si bien la consideran clásica le hacen gesto para encuadrarla como culta. Un ejemplo para objetar el concepto anterior es “Orfeo en los Infiernos” que fue compuesta como opereta, obra en cuatro actos con música de Jaques Offenbach y libreto del francés Hector Crémieux y Ludovic Halévy, estrenada en 1858 como “opéra bouffon” en dos actos.

Esta fue la primera opereta larga de Offenbach, alemán nacido en la renana ciudad de Colonia naturalizado francés que desafió la ordenanza de la ley de Francia que prohibía este tipo de música y farsa cuando era de larga duración, por lo que después se clasificó como ópera. La música de Orfeo es innovadora, en que el compositor de raíces judías convertido al catolicismo echó mano de la mitología griega para una de sus bufonadas. El mito narra que Orfeo, hijo de Apolo, dios de la música y Calíope la musa de la poesía épica y la elocuencia, perdió a su amada Eurídice al ser mordida por una serpiente y fue a buscarla al reino de los muertos, siendo rescatada bajo la condición que no volviera a mirarla, al faltar a su promesa la perdió para siempre. El libreto altera el argumento y hace referencia que Orfeo no es hijo de Apolo sino de un rústico profesor de violín que se alegra y regocija de haberse librado de su esposa Eurídice cuando fue raptada por el dios del inframundo Plutón (la serpiente), por lo que críticos de la época mostraron su indignación por ser una falta de respeto a la mitología clásica de Grecia. Con todo eso, la parodia acompañada con una bellísima música, fue elogiada por el público que la convirtió en un éxito de taquilla.

La escena sobresaliente y divertida de la ópera es el “galop infernal” al final de la obra utilizado para acompañar al cancán, alegre y jocosa melodía conocida como Can-can, que lo mismo se escucha en teatros y escenarios prominentes que, los compases finales, en bailes y teatros mundanos. Desde recién compuesta, el galop (galope) una danza o baile rápido en pareja o grupo de compás 2/4 que usted amado lector con seguridad lo ha escuchado, es puesta en escena con frecuencia, asimismo es insignia de los cabarés parisinos Moullin Rouge y Follies Bergére.

En el terreno clásico, otra composición de Jaques Offenbach bastante conocida, es la melodía y canción “Barcarola” (Belle nuit ô nuit d’amour) de la ópera los Cuentos de Hoffmann con un ritmo reminiscente del remar de los gondoleros de Venecia que, junto con cancán son la tarjeta de presentación del preclaro y prolífico compositor colonés.

Resaca. Mucha atención del presidente AMLO a la tragedia de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 y ni una palabra a las más de 42 mil personas desparecidas y registradas en los últimos 5 años.

flokay33@gmail.com

“En una ópera, la poesía por fuerza ha de ser hija obediente de la música”. W. A. Mozart.

Es frecuente la idea que la música clásica fue compuesta bajo temáticas de estricta rigidez y seriedad, lo que es erróneo puesto que muchos géneros de la música culta fueron inspirados en textos o tramas jocosos, a veces grotescos o burlescos. La ópera bufa es buen ejemplo de ello, contiene recitativos en lenguaje de temas cotidianos o superficiales. Música y canto que se empezó a escuchar en Italia a principios del siglo XVII conocida como “commedia per música o drama giocoso per música”, con humoradas oídas en la calle.

Más divertida es la opereta, con escenografía y diálogo popular, obra operística de pretensiones modestas de carácter frívolo o burlesco que motiva a críticos rigoristas que, si bien la consideran clásica le hacen gesto para encuadrarla como culta. Un ejemplo para objetar el concepto anterior es “Orfeo en los Infiernos” que fue compuesta como opereta, obra en cuatro actos con música de Jaques Offenbach y libreto del francés Hector Crémieux y Ludovic Halévy, estrenada en 1858 como “opéra bouffon” en dos actos.

Esta fue la primera opereta larga de Offenbach, alemán nacido en la renana ciudad de Colonia naturalizado francés que desafió la ordenanza de la ley de Francia que prohibía este tipo de música y farsa cuando era de larga duración, por lo que después se clasificó como ópera. La música de Orfeo es innovadora, en que el compositor de raíces judías convertido al catolicismo echó mano de la mitología griega para una de sus bufonadas. El mito narra que Orfeo, hijo de Apolo, dios de la música y Calíope la musa de la poesía épica y la elocuencia, perdió a su amada Eurídice al ser mordida por una serpiente y fue a buscarla al reino de los muertos, siendo rescatada bajo la condición que no volviera a mirarla, al faltar a su promesa la perdió para siempre. El libreto altera el argumento y hace referencia que Orfeo no es hijo de Apolo sino de un rústico profesor de violín que se alegra y regocija de haberse librado de su esposa Eurídice cuando fue raptada por el dios del inframundo Plutón (la serpiente), por lo que críticos de la época mostraron su indignación por ser una falta de respeto a la mitología clásica de Grecia. Con todo eso, la parodia acompañada con una bellísima música, fue elogiada por el público que la convirtió en un éxito de taquilla.

La escena sobresaliente y divertida de la ópera es el “galop infernal” al final de la obra utilizado para acompañar al cancán, alegre y jocosa melodía conocida como Can-can, que lo mismo se escucha en teatros y escenarios prominentes que, los compases finales, en bailes y teatros mundanos. Desde recién compuesta, el galop (galope) una danza o baile rápido en pareja o grupo de compás 2/4 que usted amado lector con seguridad lo ha escuchado, es puesta en escena con frecuencia, asimismo es insignia de los cabarés parisinos Moullin Rouge y Follies Bergére.

En el terreno clásico, otra composición de Jaques Offenbach bastante conocida, es la melodía y canción “Barcarola” (Belle nuit ô nuit d’amour) de la ópera los Cuentos de Hoffmann con un ritmo reminiscente del remar de los gondoleros de Venecia que, junto con cancán son la tarjeta de presentación del preclaro y prolífico compositor colonés.

Resaca. Mucha atención del presidente AMLO a la tragedia de 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014 y ni una palabra a las más de 42 mil personas desparecidas y registradas en los últimos 5 años.

flokay33@gmail.com

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