/ jueves 2 de abril de 2020

La adversidad nos debe beneficiar

Hace algún tiempo escribí el siguiente artículo, que ante la situación que todos estamos confrontando a nivel mundial y que la severidad de ésta crisis es algo muy real, enfocarnos sólo en lo negativo no es todo el panorama que nos traen las crisis, y el contenido de éste artículo nos lo recuerda.

No hay ser humano en la faz de la tierra que no pase por diversas dificultades, que van desde lo económico, la salud, pérdida de empleo, de seres queridos, en las relaciones interpersonales, y todo tipo de situaciones que se llegan a confrontar en esta vida.

Por supuesto que hay adversidades que debemos evitar con sólo utilizar el sentido común o la lógica, sin embargo, hay dificultades que aún haciendo uso de todas nuestras facultades no podemos evitarlas.

No obstante, cualquiera que sea la forma como nos llegue la adversidad, esta puede traer el beneficio de ayudarnos a desarrollar nuevas capacidades que no pensábamos que teníamos, o nos puede hundir en la más oscura de las amarguras.

¿De qué depende que la adversidad nos beneficie o nos destruya? de uno mismo, de la perspectiva y de la actitud que tomemos ante ella.

Hay un relato muy ilustrativo al respecto: Un día un burro cayó en un pozo, el dueño del animal viendo que nada podía hacer, decidió enterrar al burro que ya era muy viejo y tapar el pozo que ya estaba seco, así que comenzó a tirarle tierra. El hombre al escuchar que el quejido del burro cesaba, se asomó al pozo y pudo observar algo increíble, en cada palada de tierra el burro se sacudía la tierra y la aprovechaba para escalar un paso. Al poco tiempo, el burro llegó a la entrada del pozo y se fue trotando feliz.

Sin lugar a dudas, para la gran mayoría de las personas, la primera reacción ante las dificultades es quejarse, desanimarse, preguntar ¿por qué a mí, por qué esto? Claro que es importante entender el por qué nos suceden las cosas, en qué fallamos o cuáles son las causas sociales que nos están afectando, pero no buscando un nivel de comodidad en el que no tengamos desafíos, sino en la actitud de corregir lo que hemos hecho mal en lo personal, y también de involucrarnos para que socialmente se lleguen a comprender los errores y buscar el cambio que nos beneficie a todos.

Hubo un personaje en la historia, un hombre llamado Pablo originario de Tarso de Cilicia (actual Turquía), que después que llegó a comprender su valor como persona en el ejemplo de Jesucristo, aprendió a confrontar las dificultades desde esta nueva perspectiva, en la cual pudo expresar a sus contemporáneos en Roma que comenzaban a comprender lo mismo que él, lo siguiente: “Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.” (Romanos 8:28)

Cuando lees la vida de este hombre registrada en el libro de los Hechos, te das cuenta que lo que dijo fue una realidad en su vida, una convicción, podemos aprender mucho de ello, de esta perspectiva que llevó a Pablo a estar sobre toda dificultad y que obrara para su beneficio, igual que el burro, aprender la perspectiva y la actitud que nos lleva a elevarnos sobre las dificultades y no que estas nos entierren, en esto tú y yo tomamos la decisión.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia

Hace algún tiempo escribí el siguiente artículo, que ante la situación que todos estamos confrontando a nivel mundial y que la severidad de ésta crisis es algo muy real, enfocarnos sólo en lo negativo no es todo el panorama que nos traen las crisis, y el contenido de éste artículo nos lo recuerda.

No hay ser humano en la faz de la tierra que no pase por diversas dificultades, que van desde lo económico, la salud, pérdida de empleo, de seres queridos, en las relaciones interpersonales, y todo tipo de situaciones que se llegan a confrontar en esta vida.

Por supuesto que hay adversidades que debemos evitar con sólo utilizar el sentido común o la lógica, sin embargo, hay dificultades que aún haciendo uso de todas nuestras facultades no podemos evitarlas.

No obstante, cualquiera que sea la forma como nos llegue la adversidad, esta puede traer el beneficio de ayudarnos a desarrollar nuevas capacidades que no pensábamos que teníamos, o nos puede hundir en la más oscura de las amarguras.

¿De qué depende que la adversidad nos beneficie o nos destruya? de uno mismo, de la perspectiva y de la actitud que tomemos ante ella.

Hay un relato muy ilustrativo al respecto: Un día un burro cayó en un pozo, el dueño del animal viendo que nada podía hacer, decidió enterrar al burro que ya era muy viejo y tapar el pozo que ya estaba seco, así que comenzó a tirarle tierra. El hombre al escuchar que el quejido del burro cesaba, se asomó al pozo y pudo observar algo increíble, en cada palada de tierra el burro se sacudía la tierra y la aprovechaba para escalar un paso. Al poco tiempo, el burro llegó a la entrada del pozo y se fue trotando feliz.

Sin lugar a dudas, para la gran mayoría de las personas, la primera reacción ante las dificultades es quejarse, desanimarse, preguntar ¿por qué a mí, por qué esto? Claro que es importante entender el por qué nos suceden las cosas, en qué fallamos o cuáles son las causas sociales que nos están afectando, pero no buscando un nivel de comodidad en el que no tengamos desafíos, sino en la actitud de corregir lo que hemos hecho mal en lo personal, y también de involucrarnos para que socialmente se lleguen a comprender los errores y buscar el cambio que nos beneficie a todos.

Hubo un personaje en la historia, un hombre llamado Pablo originario de Tarso de Cilicia (actual Turquía), que después que llegó a comprender su valor como persona en el ejemplo de Jesucristo, aprendió a confrontar las dificultades desde esta nueva perspectiva, en la cual pudo expresar a sus contemporáneos en Roma que comenzaban a comprender lo mismo que él, lo siguiente: “Sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito.” (Romanos 8:28)

Cuando lees la vida de este hombre registrada en el libro de los Hechos, te das cuenta que lo que dijo fue una realidad en su vida, una convicción, podemos aprender mucho de ello, de esta perspectiva que llevó a Pablo a estar sobre toda dificultad y que obrara para su beneficio, igual que el burro, aprender la perspectiva y la actitud que nos lleva a elevarnos sobre las dificultades y no que estas nos entierren, en esto tú y yo tomamos la decisión.

Favor de enviar todo comentario a los siguientes sitios sociales, blog: metamorfosiscultural.wordpress.com; facebook, twitter, YouTube: Metamorfosis Cultural ó si deseas comentar más ampliamente puedes hacerlo al correo: metamorfosiscultural2016@gmail.com Gracias.

Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia

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