/ lunes 29 de octubre de 2018

La consulta de morena

Consultar significa pedir parecer o consejo a alguien, por lo que es razonable derivar que hay varios tipos de consultas: la religiosa (ante el sacerdote) la terapéutica (ante el psicólogo) la familiar (ante el pariente) o la popular (ante el pueblo). Cuando se le pide parecer al pueblo, entonces se le toma en consideración para tomar decisiones; en consecuencia, la consulta popular la hacen personas en su esfera pública, con independencia de que ostenten un cargo público.

La consulta convocada por el líder de facto de morena, quien además es Presidente Electo de México, ha sido motivo de duras críticas por parte de empresarios, oposición y muchos de los principales opinadores cuya voz se lee, ve o escucha en los medios de comunicación masiva. Los principales argumentos para descalificarla se orientan a cuestionar su legalidad, su parcialidad, su financiamiento, su método, su falta de representatividad, las pocas boletas que hay, la ubicación de las casillas, su seguridad y la obligatoriedad de asumir el resultado. Todo. A juicio de los detractores, esta consulta no debió realizarse.

La consulta en cuestión debe entenderse como parte de una nueva forma de gobernar, de hacer partícipe de los asuntos públicos al pueblo; ya decidirá éste si toma la posibilidad otorgada.

Importante enfatizar que la consulta se realiza por un movimiento social que derivó en partido político, que no se utilizan recursos públicos, pues es organizada y financiada por morena. Asimismo, resulta esencial señalar que la consulta no es legal, pues no es de las que organiza el Estado mexicano a través del órgano competente que es el INE; sin embargo, tampoco es ilegal, pues no hay norma que la prohíba, en consecuencia, atento al principio de legalidad, un particular como el Presidente Electo (aún no entra en funciones) puede hacer todo lo que la ley no le prohíba. Desde luego, en el momento en que AMLO sea Presidente en funciones, la ecuación cambia y entonces deberá hacer única y exclusivamente lo que la ley le permita.

La consulta la entiendo como un ensayo con el ánimo de empoderar la democracia directa, que lleva de suyo involucrar al pueblo. Claro que tuvo muchas deficiencias: la app no funcionó adecuadamente, la tinta con que marcaban a los votantes se borraba, algunas personas votaron varias veces y sígale usted. Sin embargo, hay que recordar que hasta el INE, con todos los recursos con que cuenta, tuvo problemas en el funcionamiento de la app cuando se trataban de reunir firmas para ser candidato independiente a la Presidencia de México; es decir, se trata de un ensayo no terminado de ejercer la democracia directa, fundamental para el Presidente Electo.

Por cierto, me enteré que algunos periodistas votaron varias veces en la consulta, por lo que vale reflexionar en torno al ejercicio de su profesión, partiendo de la premisa de que votar más de una vez es un acto apartado de la ética: ¿hasta dónde debe llegar el ejercicio periodístico? ¿Los periodistas sí pueden-deben, en aras de informar, transgredir las normas esenciales de una elección, votando en más de una ocasión? Sobre el particular, le recomiendo la columna de Federico Arreola.

Así pues, el quid para calificar la consulta en torno al sistema aeroportuario consiste en reconocer que tiene una categoría distinta a las organizadas por la autoridad estatal, que se realiza con recursos privados y que el objetivo es conocer el pulso social. Cuando comprendamos eso, ponderaremos la consulta con otros valores.

Además, cabe señalar que el resultado de la consulta es uno más de los elementos que ponderará AMLO para tomar la decisión correspondiente.

Yo, por supuesto que sí participe, pues casi nunca me preguntan ni me toman en consideración, luego, no iba a desaprovechar la oportunidad de manifestarme.

Consultar significa pedir parecer o consejo a alguien, por lo que es razonable derivar que hay varios tipos de consultas: la religiosa (ante el sacerdote) la terapéutica (ante el psicólogo) la familiar (ante el pariente) o la popular (ante el pueblo). Cuando se le pide parecer al pueblo, entonces se le toma en consideración para tomar decisiones; en consecuencia, la consulta popular la hacen personas en su esfera pública, con independencia de que ostenten un cargo público.

La consulta convocada por el líder de facto de morena, quien además es Presidente Electo de México, ha sido motivo de duras críticas por parte de empresarios, oposición y muchos de los principales opinadores cuya voz se lee, ve o escucha en los medios de comunicación masiva. Los principales argumentos para descalificarla se orientan a cuestionar su legalidad, su parcialidad, su financiamiento, su método, su falta de representatividad, las pocas boletas que hay, la ubicación de las casillas, su seguridad y la obligatoriedad de asumir el resultado. Todo. A juicio de los detractores, esta consulta no debió realizarse.

La consulta en cuestión debe entenderse como parte de una nueva forma de gobernar, de hacer partícipe de los asuntos públicos al pueblo; ya decidirá éste si toma la posibilidad otorgada.

Importante enfatizar que la consulta se realiza por un movimiento social que derivó en partido político, que no se utilizan recursos públicos, pues es organizada y financiada por morena. Asimismo, resulta esencial señalar que la consulta no es legal, pues no es de las que organiza el Estado mexicano a través del órgano competente que es el INE; sin embargo, tampoco es ilegal, pues no hay norma que la prohíba, en consecuencia, atento al principio de legalidad, un particular como el Presidente Electo (aún no entra en funciones) puede hacer todo lo que la ley no le prohíba. Desde luego, en el momento en que AMLO sea Presidente en funciones, la ecuación cambia y entonces deberá hacer única y exclusivamente lo que la ley le permita.

La consulta la entiendo como un ensayo con el ánimo de empoderar la democracia directa, que lleva de suyo involucrar al pueblo. Claro que tuvo muchas deficiencias: la app no funcionó adecuadamente, la tinta con que marcaban a los votantes se borraba, algunas personas votaron varias veces y sígale usted. Sin embargo, hay que recordar que hasta el INE, con todos los recursos con que cuenta, tuvo problemas en el funcionamiento de la app cuando se trataban de reunir firmas para ser candidato independiente a la Presidencia de México; es decir, se trata de un ensayo no terminado de ejercer la democracia directa, fundamental para el Presidente Electo.

Por cierto, me enteré que algunos periodistas votaron varias veces en la consulta, por lo que vale reflexionar en torno al ejercicio de su profesión, partiendo de la premisa de que votar más de una vez es un acto apartado de la ética: ¿hasta dónde debe llegar el ejercicio periodístico? ¿Los periodistas sí pueden-deben, en aras de informar, transgredir las normas esenciales de una elección, votando en más de una ocasión? Sobre el particular, le recomiendo la columna de Federico Arreola.

Así pues, el quid para calificar la consulta en torno al sistema aeroportuario consiste en reconocer que tiene una categoría distinta a las organizadas por la autoridad estatal, que se realiza con recursos privados y que el objetivo es conocer el pulso social. Cuando comprendamos eso, ponderaremos la consulta con otros valores.

Además, cabe señalar que el resultado de la consulta es uno más de los elementos que ponderará AMLO para tomar la decisión correspondiente.

Yo, por supuesto que sí participe, pues casi nunca me preguntan ni me toman en consideración, luego, no iba a desaprovechar la oportunidad de manifestarme.