/ lunes 23 de marzo de 2020

La crisis que nos azota

Difícilmente puedo imaginar un peor escenario para México, en todos los sentidos.

Desde hace ya un par de meses salió a la luz un sinfín de problemáticas que afectan de manera diaria y profunda a nuestro país: contamos con un sistema de salud golpeado y viciado (sin contar muchas otras cosas); venimos de un año donde la economía presentó una caída; la inseguridad y los homicidios han presentado números alarmantes nunca antes visto (en la época moderna de nuestro país) y, en lo que va de este primer trimestre, la situación ha empeorado.

Es claro que la pandemia generada por el coronavirus (más que conocida y temida) llega en el peor momento posible a nuestro país, sin embargo, dado el lapso de tiempo que se dio entre los primeros casos comunitarios en el mundo y la llegada del primer contagiado por dicho virus a nuestro país a finales de febrero, tuvimos bastante tiempo para analizar la situación de lo que ocurría en los demás países y, de este modo, crear un plan de contingencia que contemplara varios ejes fundamentales; salud, economía, seguridad, finanzas públicas, sin embargo y a pesar de todo, estos planes no se dieron y en lugar de ello se optó por seguir con el mismo discurso del representante del ejecutivo (AMLO) culpando a la prensa fifí y a los conservadores, sin mucho éxito y mostrando su poca capacidad de gobernar en tiempos difíciles.

En cuestión de finanzas públicas, el decrecimiento en la economía así como un repunte en la pérdida de empleos (a finales del año pasado y principios de este) y, muy importante, la caída de la mezcla de petróleo mexicana la cual ha cotizado en los últimos días en un promedio de 18 dólares por barril cuando supuestamente debería rondar los 49 dólares por barril, según los criterios de política económica para este año, se verán afectados en gran medida los recursos con los que el gobierno cuenta ya que el 18% de los ingresos federales dependen de la mezcla mexicana. Así pues, las finanzas públicas tendrán un descalabro de gran magnitud, mismo que se traducirá en menor gasto e inversión de gobierno, lo cual afectará drásticamente la economía de nuestro país debido a que el gobierno es parte fundamental el motor económico del país.

La economía se verá afectada debido a una serie de eventos desafortunados: bajo consumo gubernamental (como lo mencioné en el párrafo anterior), se reducirán en un gran porcentaje (durante 4 semanas cuando menos) todas aquellas actividades de recreación que impliquen acceder a lugares públicos concurridos (parques, cines, centros comerciales, restaurantes, cafés, etc.), se perderán empleos, se caerá la inversión, y muchas cosas más. Todo ello nos llevará directamente al barranco, a menos que se tenga un plan de contingencia que pueda soportar todo de golpe (que parece imposible).

Resumiendo, finanzas públicas afectadas, bajo consumo privado y de gobierno, crisis en materia de salud, coronavirus, inseguridad … parece ser que todo se alineo (de manera negativa) y, como bien dicen, veremos de que está hecho nuestro presidente y, para bien de todos, esperemos pueda salir a flote.

Por último, así como hemos visto a lo largo de estos 16 meses de gobierno, la iniciativa privada tomó cartas en el asunto y decidió actuar en lugar de esperar las recomendaciones del gobierno federal, hablo de las instituciones privadas que decidieron cancelar las clases presenciales, disminuir el trabajo en oficina a través del home office, y una serie de medidas y acciones las cuales, evidentemente, tendrán una impacto positivo en relación a la propagación del coronavirus, sin embargo, esto no fue suficiente ya que, como hemos visto, gran parte de la población no ha tomado las precauciones ni ha adoptado las medidas recomendadas para evitar la propagación del virus. No es tarde así que, ya sabes lo que tienes que hacer, sonará repetitivo, pero te lo recuerdo: lávate las manos de manera frecuente, no asistas a lugares concurridos, reduce el contacto físico con las personas, guarda distancia, no hagas compras de pánico, si no tienes que salir de casa, no lo hagas, opta por servicios a domicilio locales, guarda la calma y seamos parte de la solución y no del problema.

Difícilmente puedo imaginar un peor escenario para México, en todos los sentidos.

Desde hace ya un par de meses salió a la luz un sinfín de problemáticas que afectan de manera diaria y profunda a nuestro país: contamos con un sistema de salud golpeado y viciado (sin contar muchas otras cosas); venimos de un año donde la economía presentó una caída; la inseguridad y los homicidios han presentado números alarmantes nunca antes visto (en la época moderna de nuestro país) y, en lo que va de este primer trimestre, la situación ha empeorado.

Es claro que la pandemia generada por el coronavirus (más que conocida y temida) llega en el peor momento posible a nuestro país, sin embargo, dado el lapso de tiempo que se dio entre los primeros casos comunitarios en el mundo y la llegada del primer contagiado por dicho virus a nuestro país a finales de febrero, tuvimos bastante tiempo para analizar la situación de lo que ocurría en los demás países y, de este modo, crear un plan de contingencia que contemplara varios ejes fundamentales; salud, economía, seguridad, finanzas públicas, sin embargo y a pesar de todo, estos planes no se dieron y en lugar de ello se optó por seguir con el mismo discurso del representante del ejecutivo (AMLO) culpando a la prensa fifí y a los conservadores, sin mucho éxito y mostrando su poca capacidad de gobernar en tiempos difíciles.

En cuestión de finanzas públicas, el decrecimiento en la economía así como un repunte en la pérdida de empleos (a finales del año pasado y principios de este) y, muy importante, la caída de la mezcla de petróleo mexicana la cual ha cotizado en los últimos días en un promedio de 18 dólares por barril cuando supuestamente debería rondar los 49 dólares por barril, según los criterios de política económica para este año, se verán afectados en gran medida los recursos con los que el gobierno cuenta ya que el 18% de los ingresos federales dependen de la mezcla mexicana. Así pues, las finanzas públicas tendrán un descalabro de gran magnitud, mismo que se traducirá en menor gasto e inversión de gobierno, lo cual afectará drásticamente la economía de nuestro país debido a que el gobierno es parte fundamental el motor económico del país.

La economía se verá afectada debido a una serie de eventos desafortunados: bajo consumo gubernamental (como lo mencioné en el párrafo anterior), se reducirán en un gran porcentaje (durante 4 semanas cuando menos) todas aquellas actividades de recreación que impliquen acceder a lugares públicos concurridos (parques, cines, centros comerciales, restaurantes, cafés, etc.), se perderán empleos, se caerá la inversión, y muchas cosas más. Todo ello nos llevará directamente al barranco, a menos que se tenga un plan de contingencia que pueda soportar todo de golpe (que parece imposible).

Resumiendo, finanzas públicas afectadas, bajo consumo privado y de gobierno, crisis en materia de salud, coronavirus, inseguridad … parece ser que todo se alineo (de manera negativa) y, como bien dicen, veremos de que está hecho nuestro presidente y, para bien de todos, esperemos pueda salir a flote.

Por último, así como hemos visto a lo largo de estos 16 meses de gobierno, la iniciativa privada tomó cartas en el asunto y decidió actuar en lugar de esperar las recomendaciones del gobierno federal, hablo de las instituciones privadas que decidieron cancelar las clases presenciales, disminuir el trabajo en oficina a través del home office, y una serie de medidas y acciones las cuales, evidentemente, tendrán una impacto positivo en relación a la propagación del coronavirus, sin embargo, esto no fue suficiente ya que, como hemos visto, gran parte de la población no ha tomado las precauciones ni ha adoptado las medidas recomendadas para evitar la propagación del virus. No es tarde así que, ya sabes lo que tienes que hacer, sonará repetitivo, pero te lo recuerdo: lávate las manos de manera frecuente, no asistas a lugares concurridos, reduce el contacto físico con las personas, guarda distancia, no hagas compras de pánico, si no tienes que salir de casa, no lo hagas, opta por servicios a domicilio locales, guarda la calma y seamos parte de la solución y no del problema.