Mis estimados lectores, primero es felicitarlos y desearles que tengan un feliz e inmejorable año nuevo (2022), y que estén a buen resguardo de contagio viral, así como aquéllos que les toque la dosis de refuerzo, la tengan.
Ya es costumbre que la ciudadanía y demás habitantes de nuestro vasto territorio, estemos al garete político y ello, significa pues, que sean las ocurrencias en turno las que marquen la noticia, aunque cambien con igual rapidez. En parte es pr razones de falta de compromiso periodístico, o falta de vocación o profesionalismo, de variopintos “informadores o comunicadores”. Situación que en este medio tenemos claro y así, hacer crítica constructiva y propositiva.
Ya saben –tal vez hasta el fastidio- que la pugna entre el INE y desde la palestra del Palacio Nacional o de una parte o sector del Congreso Federal, hay diatriba en la superficie, abusando de la libertad de expresión y opinión, incluso, acusada la autoridad electoral, de antidemocrática –lo que es en sí, una contradicción sustancial, pero argumento politiquero- y López Obrador, como es su estilo usual, quiere imponer por cualquier medio se lleve a cabo la mentada Consulta sobre la Revocación, en realidad ya se vio que se trata más bien de una “ratificación” del todo atípica, pues es notorio que el presidente fue electo para un ejercicio sexenal.
Otra cosa sería sí en verdad, se tratará de un ejercicio de participación cívica, al igual, hay que reconocer, inusitada. O de que dicho mandatario, incurriera en alguna causal, determinada en la Ley de Federal de Juicio Político, aprobada por el Congreso en 2021, para su destitución.
López Obrador, se queja de que el INE –al que a todas luces quiere “tronar”- pretende incumplir con el mandato constitucional, pretextando falta de recursos financieros o económicos para solventar su compromiso, o su obligación. Y es ahí, donde se desgrana la mazorca, como se dice coloquialmente: a.- Sí es un mandato legal, pero no debemos olvidar que tiene requisitos de procedibilidad que ya se han mencionado en este espacio, al igual que es indiscutible que se requieren recursos para llevar a cabo todo el proceso y procedimientos; b.- Qué precisamente, hay una justificación legal: El INE presentó un presupuesto y éste no se consideró, por el contrario, se redujo al ser dictado y aprobado conforme a las reglas del Legislativo Federal, luego, puede surgir un conflicto y/o la imposibilidad de llevar a cabo el proceso electoral propio para la Encuesta o Consulta Popular en mención, o en su defecto, desahogarlo hasta donde sea posible con los recursos existentes. Aunque a última hora, ya se “prevé” que la SHyCP, dé algún recurso, “a menos” –dijo AMLO- que interfiera con programas sociales. Dedicatoria obvia de que el preciso, sigue “montado en su mula.”
LA CONDICIÓN SINE QUA NON: Por su parte el representante del Ejecutivo –que igual, tiene obligaciones y facultades constitucionales- ahora desde el púlpito personal de sus “mañaneras”, ya soltó su “solución”: Las encuestas, ya por empresas privadas o por “otros medios”. Pregunta obvia: ¿Acaso la Carta Magna le autoriza ordenar ese medio de consulta? Es claro que no. Pero él asegura que se va hacer, a como dé lugar y da una serie de argumentos –más bien opiniones políticas-. Entre otras intenciones, para acabar de “quemar” al INE, propósito toral, al igual que la “ratificación a modo”.
Las encuestas, en manos de MORENA, son simple “cacareo”. No sirven, no están instrumentadas, y son falsas o, a modo. Los mismos partidarios –sobre todo aspirantes a candidatos- lo han sufrido y ya lo han reclamado en momentos anteriores y ahora ante las instancias judicial-electorales, o en sus órganos internos. Aunque el resultado es la imposición, como sucedió con los candidatos para el gobierno estatal de Durango, Oaxaca y Tamaulipas. Es pues, una burda simulación y resulta, además, antidemocrática, precisamente de lo que se duele el presidente, sucede como en: “En casa de herrero, azadón de palo”. Sigan tomando todas las precauciones, el contagio viral del ómicron va en aumento.
