/ lunes 25 de mayo de 2020

La gasolina regresa a la normalidad

No hace mucho, dos meses aproximadamente, en el municipio podíamos encontrar el litro de gasolina hasta en 13.5 pesos, mínimos que no veíamos desde hace ya algunos años, sin embargo, las condiciones que se tenían ya no son las mismas.

Ya todos hemos escuchado o leído sobre lo ocurrido con el precio internacional del petróleo y sus mínimos jamás antes vistos (si quieres saber más del tema entonces te recomiendo leer mi columna “¿por qué baja la gasolina?”). Pues bien, después de aquella novela (dónde la secretaria Nahle se puso en ridículo y de paso a nuestro país) los países “productores” de petróleo se pusieron de acuerdo en realizar una disminución en la cantidad de barriles producidos con la finalidad de no seguir inundando el mercado y que el barril poco a poco fuera revalorizándose.

Sin embargo, dicho acuerdo no hubiera sido suficiente si no se hubiesen empezado a normalizar las actividades de las personas a lo largo y ancho del planeta. Asia y Europa han sido los primeros en reabrir, después de casi 3 meses de cuarentena, obviamente manteniendo estrictas medidas de salubridad para no generar otro brote de contagio.

Una mayor demanda de gasolina a nivel mundial, reflejo de un aumento en el uso del transporte; reapertura de fábricas, aeropuertos, fronteras, mercados, centros comerciales, etc. y el acuerdo mencionado en supralíneas son las causantes del aumento internacional de los precios del petróleo.

Pero ¿eso cómo afecta el precio de la gasolina en nuestra ciudad? En un mundo globalizado, donde lo que ocurre a 7 mil kilómetros puede tener un impacto negativo o positivo en nuestra región, existen muchas cosas donde nosotros no podemos influir (o por lo menos como quisiéramos) y lo único que nos queda es aceptar lo que sucede, una de ellas es el precio de la gasolina: impuestos, logística y costos de producción, por mencionar, son tres variables que juegan un papel de suma importancia en la determinación del precio de la gasolina. Sin embargo, todas ellas responden a lo que dicta el mercado, es decir; cuando aumenta la cantidad demandada de un producto este presentará un alza en el precio.

Debemos recordar que, en nuestro país, cerca del 70% de la gasolina que consumimos es importada, esto quiere decir que la mayor parte de gasolina que se consume en nuestro país es traída de otras partes del mundo, Estados Unidos es nuestro principal proveedor con alrededor del 85% de la gasolina.

Para concluir, la reapertura es inminente, como lo he mencionado hasta el cansancio, la pequeña y mediana empresa ya no puede con la carga financiera que implica seguir pagando sueldos teniendo hasta cero ingresos. Las automotrices, sus proveedores, la gran cadena de valor que forma parte de esta fuerte industria y el regreso a la “nueva normalidad” serán factores clave que harán que el precio de la gasolina siga subiendo de manera abrupta hasta llegar a su punto de equilibro.

No hace mucho, dos meses aproximadamente, en el municipio podíamos encontrar el litro de gasolina hasta en 13.5 pesos, mínimos que no veíamos desde hace ya algunos años, sin embargo, las condiciones que se tenían ya no son las mismas.

Ya todos hemos escuchado o leído sobre lo ocurrido con el precio internacional del petróleo y sus mínimos jamás antes vistos (si quieres saber más del tema entonces te recomiendo leer mi columna “¿por qué baja la gasolina?”). Pues bien, después de aquella novela (dónde la secretaria Nahle se puso en ridículo y de paso a nuestro país) los países “productores” de petróleo se pusieron de acuerdo en realizar una disminución en la cantidad de barriles producidos con la finalidad de no seguir inundando el mercado y que el barril poco a poco fuera revalorizándose.

Sin embargo, dicho acuerdo no hubiera sido suficiente si no se hubiesen empezado a normalizar las actividades de las personas a lo largo y ancho del planeta. Asia y Europa han sido los primeros en reabrir, después de casi 3 meses de cuarentena, obviamente manteniendo estrictas medidas de salubridad para no generar otro brote de contagio.

Una mayor demanda de gasolina a nivel mundial, reflejo de un aumento en el uso del transporte; reapertura de fábricas, aeropuertos, fronteras, mercados, centros comerciales, etc. y el acuerdo mencionado en supralíneas son las causantes del aumento internacional de los precios del petróleo.

Pero ¿eso cómo afecta el precio de la gasolina en nuestra ciudad? En un mundo globalizado, donde lo que ocurre a 7 mil kilómetros puede tener un impacto negativo o positivo en nuestra región, existen muchas cosas donde nosotros no podemos influir (o por lo menos como quisiéramos) y lo único que nos queda es aceptar lo que sucede, una de ellas es el precio de la gasolina: impuestos, logística y costos de producción, por mencionar, son tres variables que juegan un papel de suma importancia en la determinación del precio de la gasolina. Sin embargo, todas ellas responden a lo que dicta el mercado, es decir; cuando aumenta la cantidad demandada de un producto este presentará un alza en el precio.

Debemos recordar que, en nuestro país, cerca del 70% de la gasolina que consumimos es importada, esto quiere decir que la mayor parte de gasolina que se consume en nuestro país es traída de otras partes del mundo, Estados Unidos es nuestro principal proveedor con alrededor del 85% de la gasolina.

Para concluir, la reapertura es inminente, como lo he mencionado hasta el cansancio, la pequeña y mediana empresa ya no puede con la carga financiera que implica seguir pagando sueldos teniendo hasta cero ingresos. Las automotrices, sus proveedores, la gran cadena de valor que forma parte de esta fuerte industria y el regreso a la “nueva normalidad” serán factores clave que harán que el precio de la gasolina siga subiendo de manera abrupta hasta llegar a su punto de equilibro.