/ lunes 12 de abril de 2021

La Importancia de la Continuidad

Más allá de “querer un hueso” o “no querer dejar el puesto”, muchos de los proyectos políticos buscan continuidad, misma que puede darse mediante la reelección a la que pueden son sujetos: presidentes municipales y su cabildo, diputados locales y federales. Continuidad que podrá servir en la lucha contra la desigualdad y la pobreza, siempre y cuando estos proyectos de interés común estén por sobre los intereses personales de los políticos en el poder.

Recordaremos que, una de las famosas reformas del paquete de reformas estructurales del sexenio de Enrique Peña Nieto fue la Político- Electoral y, en ella se prevé; la posibilidad de un gobierno de coalición; la reelección de Senadores y Diputados del Congreso de la Unión, quienes podrán ser reelectos hasta por dos y cuatro periodos consecutivos, respectivamente; la reelección de legisladores locales y de integrantes de Ayuntamientos; el aumento de 2 a 3% como porcentaje mínimo requerido de la votación nacional emitida para que los partidos políticos conserven su registro; todo partido político que alcance por lo menos 3% del total de la votación válida emitida tendrá derecho a que le sean atribuidos diputados plurinominales; los partidos políticos deberán garantizar la paridad entre géneros en candidaturas a legisladores federales y locales, entre otros.

Derivado de lo anterior, aquellos funcionarios que tengan la intención de buscar continuidad mediante la reelección están obligados a hacer las cosas bien, sin tapujos, pues al final lo que hayan hecho o dejado de hacer durante su periodo se verá reflejado en la votación obtenida. Sin embargo, una realidad es que los beneficios en el corto plazo son más rentables electoralmente que aquellos que son capitalizables en el mediano y largo plazo, ejemplo: si una administración decide invertir gran parte del presupuesto en mejora de la infraestructura escolar así como en sus planes y capacidad de matrícula, los resultados se verán dentro de 10 años o más, lo que podría no tener (a simple vista) un beneficio en el presente y no tendría el mismo efecto en votación que si en lugar de educación se gastara el presupuesto en arreglar los primeros cuadros del municipio, ya que este último es más capitalizable en el corto plazo (que son las siguientes elecciones, siempre).

Darle continuidad a las administraciones locales fomenta que a la hora de armar proyectos se puedan ir más allá del horizonte de los tres años, y vaya que hace falta en nuestro país, sobre todo por la gran brecha de desigualdad que se ha generado entre unos municipios y otros, entre unas entidades y otras, entre unas regiones y otras.

A manera de cierre, así como he hablado de las bondades de la continuidad de estos proyectos, sería muy irresponsable de mi parte mencionar que también existe la continuidad donde no debería existir, a pesar de haber sido de manera “democrática” esta suele ir acompañada de prácticas inmorales: compra de votos, “apoyos” personales y dádivas (ojo, no estoy hablando de los programas sociales) que son utilizados para persuadir al electorado y tener influyentísimo a la hora de las elecciones. De ahí la importancia de un voto razonado, pues como es normal, en todos los partidos hay candidatos, políticos, funcionarios y ciudadanos que suman en esta búsqueda de un mejor México.

Por lo anterior, es vital que en este proceso electoral sigamos a quienes forman parte de la “oferta” de candidatos en nuestros municipios y distritos, pues votemos o no, esto tendrá implicaciones positivas o negativas. Muchas veces vemos a candidatos en partidos incorrectos o partidos con candidatos incorrectos, no hagamos de estas elecciones algo visceral, hagamos de estas elecciones un ejercicio donde el fin último será el bien común, por encima de cualquier bandera o color, analicemos propuestas, demos continuidad a quien la ha trabajado y, castiguemos a quienes lo merezcan.

Más allá de “querer un hueso” o “no querer dejar el puesto”, muchos de los proyectos políticos buscan continuidad, misma que puede darse mediante la reelección a la que pueden son sujetos: presidentes municipales y su cabildo, diputados locales y federales. Continuidad que podrá servir en la lucha contra la desigualdad y la pobreza, siempre y cuando estos proyectos de interés común estén por sobre los intereses personales de los políticos en el poder.

Recordaremos que, una de las famosas reformas del paquete de reformas estructurales del sexenio de Enrique Peña Nieto fue la Político- Electoral y, en ella se prevé; la posibilidad de un gobierno de coalición; la reelección de Senadores y Diputados del Congreso de la Unión, quienes podrán ser reelectos hasta por dos y cuatro periodos consecutivos, respectivamente; la reelección de legisladores locales y de integrantes de Ayuntamientos; el aumento de 2 a 3% como porcentaje mínimo requerido de la votación nacional emitida para que los partidos políticos conserven su registro; todo partido político que alcance por lo menos 3% del total de la votación válida emitida tendrá derecho a que le sean atribuidos diputados plurinominales; los partidos políticos deberán garantizar la paridad entre géneros en candidaturas a legisladores federales y locales, entre otros.

Derivado de lo anterior, aquellos funcionarios que tengan la intención de buscar continuidad mediante la reelección están obligados a hacer las cosas bien, sin tapujos, pues al final lo que hayan hecho o dejado de hacer durante su periodo se verá reflejado en la votación obtenida. Sin embargo, una realidad es que los beneficios en el corto plazo son más rentables electoralmente que aquellos que son capitalizables en el mediano y largo plazo, ejemplo: si una administración decide invertir gran parte del presupuesto en mejora de la infraestructura escolar así como en sus planes y capacidad de matrícula, los resultados se verán dentro de 10 años o más, lo que podría no tener (a simple vista) un beneficio en el presente y no tendría el mismo efecto en votación que si en lugar de educación se gastara el presupuesto en arreglar los primeros cuadros del municipio, ya que este último es más capitalizable en el corto plazo (que son las siguientes elecciones, siempre).

Darle continuidad a las administraciones locales fomenta que a la hora de armar proyectos se puedan ir más allá del horizonte de los tres años, y vaya que hace falta en nuestro país, sobre todo por la gran brecha de desigualdad que se ha generado entre unos municipios y otros, entre unas entidades y otras, entre unas regiones y otras.

A manera de cierre, así como he hablado de las bondades de la continuidad de estos proyectos, sería muy irresponsable de mi parte mencionar que también existe la continuidad donde no debería existir, a pesar de haber sido de manera “democrática” esta suele ir acompañada de prácticas inmorales: compra de votos, “apoyos” personales y dádivas (ojo, no estoy hablando de los programas sociales) que son utilizados para persuadir al electorado y tener influyentísimo a la hora de las elecciones. De ahí la importancia de un voto razonado, pues como es normal, en todos los partidos hay candidatos, políticos, funcionarios y ciudadanos que suman en esta búsqueda de un mejor México.

Por lo anterior, es vital que en este proceso electoral sigamos a quienes forman parte de la “oferta” de candidatos en nuestros municipios y distritos, pues votemos o no, esto tendrá implicaciones positivas o negativas. Muchas veces vemos a candidatos en partidos incorrectos o partidos con candidatos incorrectos, no hagamos de estas elecciones algo visceral, hagamos de estas elecciones un ejercicio donde el fin último será el bien común, por encima de cualquier bandera o color, analicemos propuestas, demos continuidad a quien la ha trabajado y, castiguemos a quienes lo merezcan.