/ lunes 6 de julio de 2020

La integración económica en el mundo

Los tratados internacionales y acuerdos comerciales entre países han sido y seguirán siendo un pilar fundamental para el desarrollo de las naciones involucradas en estos acuerdos, así como su población que, generalmente, se ve beneficiada. Lo anterior dependerá del tipo de acuerdo o acciones definidas por los países y, según sea el nivel o compromiso de estos se tendrá un mayor o menor grado de integración económica.

La teoría nos dice que existen distintos niveles o grados de integración económica, mismos que dependerán de las acciones y mecanismos aplicables entre naciones (como lo mencioné anteriormente) y, estos son los siguientes: 1) Zona preferencial de comercio; 2) Zona de libre comercio; 3) Unión aduanera; 4) Mercado común; 5) Unión económica y monetaria y, por último, 6) Integración económica completa.

La Unión Europea es el mayor ejemplo de lo mencionado en el párrafo anterior debido a que es el bloque más integrado en materia económica en el mundo; libre movilidad de las personas y empresas y, moneda unificada son variables que permiten un mayor flujo económico y laboral, así como una multiculturalidad donde se puede absorber lo mejor de cada nación, hablando tanto culturalmente como de las ventajas competitivas y comparativas presentes en estos países, todo ello con la finalidad de beneficiar a las naciones y su población perteneciente a ese bloque.

Por otro lado; México, Estados Unidos y Canadá se encuentran en el nivel 2, zona de libre comercio (supuestamente) con una movilidad de capital de trabajo limitada (mas no prohibida), el T-MEC (o nuevo tratado de libre comercio) es nuestro acuerdo comercial que regula y norma esta relación comercial.

Sin embargo, como en casi todas las cosas que involucran varias partes o individuos, se pueden presentar abusos por parte de uno o unos, ya sea ejerciendo el control y poder de manera autoritaria por su posición económica o, como llamamos los economistas, siendo el “free rider”. Este último es un término utilizado para definir a aquellos individuos, o en su caso naciones, que aportan muy poco y además se han visto sumamente beneficiadas, a costa de todos, como es el caso de Italia y Grecia, naciones que han sido apoyadas más de alguna vez pero que, para no perder popularidad con sus habitantes, no acatan las “recomendaciones” (más que obligadas) dadas por la Unión Europea, lo que en el largo plazo hará muy difícil el rescate económico de estos “free riders”.

Para concluir, la diversificación comercial es una de las estrategias clave que puede desarrollar un país para poder crecer en varios sentidos, no sólo en materia económica sino, cultural y socialmente. Lo anterior gracias al flujo de capital humano que está involucrado en el comercio, a la transferencia de tecnología entre naciones y, sobre todo, al compartimiento de responsabilidades que se generan al establecer acuerdos comerciales entre naciones. Claro ejemplo de ello es nuestro estado (Guanajuato) donde en los últimos años se ha dado esta apertura comercial que, sabiamente, han sabido explotar nuestros socios comerciales: Japón, Alemania y España, por mencionar algunos. Así que, la próxima vez que veas tu teléfono celular, alguna vacuna o avance tecnológico, ten en cuenta que esto no habría sido posible sin la globalización y la multiculturalidad.

Los tratados internacionales y acuerdos comerciales entre países han sido y seguirán siendo un pilar fundamental para el desarrollo de las naciones involucradas en estos acuerdos, así como su población que, generalmente, se ve beneficiada. Lo anterior dependerá del tipo de acuerdo o acciones definidas por los países y, según sea el nivel o compromiso de estos se tendrá un mayor o menor grado de integración económica.

La teoría nos dice que existen distintos niveles o grados de integración económica, mismos que dependerán de las acciones y mecanismos aplicables entre naciones (como lo mencioné anteriormente) y, estos son los siguientes: 1) Zona preferencial de comercio; 2) Zona de libre comercio; 3) Unión aduanera; 4) Mercado común; 5) Unión económica y monetaria y, por último, 6) Integración económica completa.

La Unión Europea es el mayor ejemplo de lo mencionado en el párrafo anterior debido a que es el bloque más integrado en materia económica en el mundo; libre movilidad de las personas y empresas y, moneda unificada son variables que permiten un mayor flujo económico y laboral, así como una multiculturalidad donde se puede absorber lo mejor de cada nación, hablando tanto culturalmente como de las ventajas competitivas y comparativas presentes en estos países, todo ello con la finalidad de beneficiar a las naciones y su población perteneciente a ese bloque.

Por otro lado; México, Estados Unidos y Canadá se encuentran en el nivel 2, zona de libre comercio (supuestamente) con una movilidad de capital de trabajo limitada (mas no prohibida), el T-MEC (o nuevo tratado de libre comercio) es nuestro acuerdo comercial que regula y norma esta relación comercial.

Sin embargo, como en casi todas las cosas que involucran varias partes o individuos, se pueden presentar abusos por parte de uno o unos, ya sea ejerciendo el control y poder de manera autoritaria por su posición económica o, como llamamos los economistas, siendo el “free rider”. Este último es un término utilizado para definir a aquellos individuos, o en su caso naciones, que aportan muy poco y además se han visto sumamente beneficiadas, a costa de todos, como es el caso de Italia y Grecia, naciones que han sido apoyadas más de alguna vez pero que, para no perder popularidad con sus habitantes, no acatan las “recomendaciones” (más que obligadas) dadas por la Unión Europea, lo que en el largo plazo hará muy difícil el rescate económico de estos “free riders”.

Para concluir, la diversificación comercial es una de las estrategias clave que puede desarrollar un país para poder crecer en varios sentidos, no sólo en materia económica sino, cultural y socialmente. Lo anterior gracias al flujo de capital humano que está involucrado en el comercio, a la transferencia de tecnología entre naciones y, sobre todo, al compartimiento de responsabilidades que se generan al establecer acuerdos comerciales entre naciones. Claro ejemplo de ello es nuestro estado (Guanajuato) donde en los últimos años se ha dado esta apertura comercial que, sabiamente, han sabido explotar nuestros socios comerciales: Japón, Alemania y España, por mencionar algunos. Así que, la próxima vez que veas tu teléfono celular, alguna vacuna o avance tecnológico, ten en cuenta que esto no habría sido posible sin la globalización y la multiculturalidad.