/ miércoles 17 de noviembre de 2021

La Reputación de las Ciudades

No somos como pensamos que somos, sino en buena parte, como nos perciben los demás. Una ciudad puede construir no sólo infraestructura y edificación, sino también su propia reputación. Atraer no sólo inversiones sino talento, es clave para cualquier ciudad del mundo. Las nuevas ciudades globales, esos sitios aspiracionales donde la gente quiere vivir o trabajar, algunas de ellas hace 20 o 30 años no existían en el pensamiento común, Silicon Valley es un ejemplo de que para la generación de nuestros padres, no estaba en su imaginario colectivo.

La reputación no es una campaña mercadológica, hilar el history telling con el history doing es el reto para nuestras ciudades. La planificación estratégica de las ciudades no alcanza por sí sólo, para ser una ciudad que esté en el imaginario de la gente necesita un sentimiento para ofrecer, las emociones. Maridar la planeación, con un buen trabajo y darle un plus como los sentimientos.

La marca ciudad no se puede conseguir con campañas de comunicación solamente, sino con un trabajo coordinado entre gobierno, empresas privadas, sociedad y academia. Las grandes ciudades globales por excelencia pudieran ser Nueva York, Barcelona, Copenhague, tan sólo esta última lleva trabajando más de 20 años en el suelo sustentable, es decir el cambio no será de la noche a la mañana.

Aunque no existe un método si existe un requisito vital que es el permitirle a cualquier persona desarrollarse, es decir no importa que lengua se hable, la condición social, sexual o el nivel académico, esa ciudad debe permitir desarrollar proyectos vitales, desde una multinacional hasta un migrante, una ciudad donde el derecho de piso no sea más caro porque vienes de fuera.

No es necesario ser una megalópolis sino ser una ciudad insertada en las cadenas de valor global, un tamaño adecuado para generar desarrollo económico y competitividad, pero lo suficientemente pequeña para tener una escala humana, creo que el bajío tiene la oportunidad de ser un destino para muchas personas en el mundo. Ciudades emergentes que crecen por encima de la media nacional.

La ciudades pasan de ser importantes a centrales, nuevos modelos de gobernanza en donde el empoderamiento de los municipios puede ser un arma de dos filos, la ciudad también se planea desde el ámbito cívico, considerando a todos los actores de una ciudad y como confluyen para la construcción de la misma. Nuestra región hoy está en el espacio tiempo ideal para convertirse en un referente mundial, pero ¿nuestras ciudades están listas, desde la prestación de infraestructura, servicios y desarrollo para convertirse en un receptor de talento de clase mundial?

@marcosornelasm

marcosornelasm@gmail.com

No somos como pensamos que somos, sino en buena parte, como nos perciben los demás. Una ciudad puede construir no sólo infraestructura y edificación, sino también su propia reputación. Atraer no sólo inversiones sino talento, es clave para cualquier ciudad del mundo. Las nuevas ciudades globales, esos sitios aspiracionales donde la gente quiere vivir o trabajar, algunas de ellas hace 20 o 30 años no existían en el pensamiento común, Silicon Valley es un ejemplo de que para la generación de nuestros padres, no estaba en su imaginario colectivo.

La reputación no es una campaña mercadológica, hilar el history telling con el history doing es el reto para nuestras ciudades. La planificación estratégica de las ciudades no alcanza por sí sólo, para ser una ciudad que esté en el imaginario de la gente necesita un sentimiento para ofrecer, las emociones. Maridar la planeación, con un buen trabajo y darle un plus como los sentimientos.

La marca ciudad no se puede conseguir con campañas de comunicación solamente, sino con un trabajo coordinado entre gobierno, empresas privadas, sociedad y academia. Las grandes ciudades globales por excelencia pudieran ser Nueva York, Barcelona, Copenhague, tan sólo esta última lleva trabajando más de 20 años en el suelo sustentable, es decir el cambio no será de la noche a la mañana.

Aunque no existe un método si existe un requisito vital que es el permitirle a cualquier persona desarrollarse, es decir no importa que lengua se hable, la condición social, sexual o el nivel académico, esa ciudad debe permitir desarrollar proyectos vitales, desde una multinacional hasta un migrante, una ciudad donde el derecho de piso no sea más caro porque vienes de fuera.

No es necesario ser una megalópolis sino ser una ciudad insertada en las cadenas de valor global, un tamaño adecuado para generar desarrollo económico y competitividad, pero lo suficientemente pequeña para tener una escala humana, creo que el bajío tiene la oportunidad de ser un destino para muchas personas en el mundo. Ciudades emergentes que crecen por encima de la media nacional.

La ciudades pasan de ser importantes a centrales, nuevos modelos de gobernanza en donde el empoderamiento de los municipios puede ser un arma de dos filos, la ciudad también se planea desde el ámbito cívico, considerando a todos los actores de una ciudad y como confluyen para la construcción de la misma. Nuestra región hoy está en el espacio tiempo ideal para convertirse en un referente mundial, pero ¿nuestras ciudades están listas, desde la prestación de infraestructura, servicios y desarrollo para convertirse en un receptor de talento de clase mundial?

@marcosornelasm

marcosornelasm@gmail.com