/ martes 17 de marzo de 2020

Las noticias del coronavirus

En algunas ocasiones, bajo ciertos contextos y con fines muy bien definidos, las personas no solamente aceptamos la mentira, sino que la adoptamos, la queremos, la fomentamos y la consolidamos como parte del comportamiento, por buenas o malas razones, según el enfoque del análisis. Los cuentos de hadas, los dogmas de fe, la cortesía social o las buenas maneras, dan cuenta de ello. En este rubro también se ubican las noticias falsas (fake news) o la post verdad.

Las medias verdades o mentiras completas formuladas y difundidas en medio de una campaña electoral son cuestionables, pero válidas bajo ciertos lineamientos emitidos por la autoridad, pues se otorga el voto de confianza al electorado, reconociéndole su madurez democrática, para discernir y distinguir entre una falacia y una propuesta sensata, con viabilidad para su ejecución.

En este orden de ideas, cabe reflexionar en torno a las noticias que corren vinculadas a la pandemia del coronavirus COVID-19.

Algunos mexicanos se caracterizan por sus constantes desafíos a la muerte o por burlarse de ella, pensando que no les pasará alguna desgracia, que le son inmunes las calamidades y que estas se reservan para los débiles; algunas otras personas, hasta incorporan elementos religiosos para reforzar el argumento.

Lo cierto es, que ante una pandemia como en la que estamos inmersos, todos somos víctimas potenciales y susceptibles de contagio, por lo que ninguna precaución o cuidado especial está por demás. Ante tal situación, lo único razonable que podemos hacer, es tratar de dejar de lado la ignorancia, informarnos con fuentes oficiales y dejar de ver o seguir a personas irresponsables que, descontextualizando eventos o propuestas, incitan a la gente a contagiarse, o bien, propagan el miedo, la desinformación y la ignorancia.

A guisa de ejemplo, no falta la persona inconforme con el Presidente López Obrador, que publica en sus redes sociales la recomendación de abrazarse y señalar que no se corre peligro alguno (recordar la postura pacifista del presidente y su política de abrazos y no balazos, de la república amorosa y el famoso amor y paz); lo anterior, a sabiendas de que el Presidente de México lo dijo en un momento diferente, en una fase de contingencia distinta a la que hoy nos encontramos; descontextualizándolo, pues, con toda la mala fe e irresponsabilidad, pues parecen olvidar que no estamos en una campaña electoral (aunque algunos ya la vivan y se encuentren desesperados) sino en medio de una contingencia mundial, una pandemia.

Seamos responsables y coadyuvemos a controlar la contingencia; informémonos en fuentes oficiales, entre otras, las conferencias vespertinas que día a día brindan los responsables del ramo de salud federal, a quienes les reconozco su trabajo. Termino con unos versos de Frino Ab, compartido por los Leones de la Sierra de Xichú en Facebook: “No estamos en la bohemia / y en la llaga pondré el dedo / el gobierno y la academia / tienen que brincar al ruedo: /más grave que la pandemia / es que se propague el miedo. ¡QUERREQUE!”.

El control de la pandemia depende de nuestra responsabilidad.

germanrodriguez32@hotmail.com

En algunas ocasiones, bajo ciertos contextos y con fines muy bien definidos, las personas no solamente aceptamos la mentira, sino que la adoptamos, la queremos, la fomentamos y la consolidamos como parte del comportamiento, por buenas o malas razones, según el enfoque del análisis. Los cuentos de hadas, los dogmas de fe, la cortesía social o las buenas maneras, dan cuenta de ello. En este rubro también se ubican las noticias falsas (fake news) o la post verdad.

Las medias verdades o mentiras completas formuladas y difundidas en medio de una campaña electoral son cuestionables, pero válidas bajo ciertos lineamientos emitidos por la autoridad, pues se otorga el voto de confianza al electorado, reconociéndole su madurez democrática, para discernir y distinguir entre una falacia y una propuesta sensata, con viabilidad para su ejecución.

En este orden de ideas, cabe reflexionar en torno a las noticias que corren vinculadas a la pandemia del coronavirus COVID-19.

Algunos mexicanos se caracterizan por sus constantes desafíos a la muerte o por burlarse de ella, pensando que no les pasará alguna desgracia, que le son inmunes las calamidades y que estas se reservan para los débiles; algunas otras personas, hasta incorporan elementos religiosos para reforzar el argumento.

Lo cierto es, que ante una pandemia como en la que estamos inmersos, todos somos víctimas potenciales y susceptibles de contagio, por lo que ninguna precaución o cuidado especial está por demás. Ante tal situación, lo único razonable que podemos hacer, es tratar de dejar de lado la ignorancia, informarnos con fuentes oficiales y dejar de ver o seguir a personas irresponsables que, descontextualizando eventos o propuestas, incitan a la gente a contagiarse, o bien, propagan el miedo, la desinformación y la ignorancia.

A guisa de ejemplo, no falta la persona inconforme con el Presidente López Obrador, que publica en sus redes sociales la recomendación de abrazarse y señalar que no se corre peligro alguno (recordar la postura pacifista del presidente y su política de abrazos y no balazos, de la república amorosa y el famoso amor y paz); lo anterior, a sabiendas de que el Presidente de México lo dijo en un momento diferente, en una fase de contingencia distinta a la que hoy nos encontramos; descontextualizándolo, pues, con toda la mala fe e irresponsabilidad, pues parecen olvidar que no estamos en una campaña electoral (aunque algunos ya la vivan y se encuentren desesperados) sino en medio de una contingencia mundial, una pandemia.

Seamos responsables y coadyuvemos a controlar la contingencia; informémonos en fuentes oficiales, entre otras, las conferencias vespertinas que día a día brindan los responsables del ramo de salud federal, a quienes les reconozco su trabajo. Termino con unos versos de Frino Ab, compartido por los Leones de la Sierra de Xichú en Facebook: “No estamos en la bohemia / y en la llaga pondré el dedo / el gobierno y la academia / tienen que brincar al ruedo: /más grave que la pandemia / es que se propague el miedo. ¡QUERREQUE!”.

El control de la pandemia depende de nuestra responsabilidad.

germanrodriguez32@hotmail.com