/ martes 12 de febrero de 2019

Libro de texto gratuito

La gratuidad en la educación primaria es un mandato establecido en el texto constitucional original de 1917, concretamente en su artículo tres, hoy previsto en la fracción IV del mismo numeral («Toda la educación que el Estado imparta será gratuita»). Se trata de un ejemplo más de cómo el Constituyente de aquel año logró positivizar (crear una norma obligatoria) una aspiración/necesidad del pueblo mexicano, consciente de que la educación debe ser el motor de desarrollo de todas las sociedades. Así, con la incorporación a la Ley Fundamental de la gratuidad en la educación, entre otras garantías sociales, México estuvo en el epicentro mundial, pues su Carta Magna era la primera en incorporar este tipo de derechos o garantías (las sociales), rebasando las hasta entonces obligatorias, las individuales.

El principal instrumento para educar -y quizás el más eficaz- es el libro. Por ello, un día como hoy 12 de febrero, pero de 1959, siendo presidente de la república el Lic. Adolfo López Mateos, se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, organismo público descentralizado sectorizado a la Secretaría de Educación, responsable de la edición (que lleva de suyo la supervisión de contenidos), publicación y difusión de estos invaluables apoyos didácticos.

En los últimos años, a juicio de Francisco Martín Moreno, magistralmente consignado en su libro México engañado (Planeta, 2015), la Comisión ha bajado sustantiva y significativamente la calidad de su trabajo. En la obra de referencia, el novelista histórico lanza agudas y fundadas críticas negativas al trabajo de esta autoridad colegiada, señalando que engañan, manipulan y ocultan la realidad histórica de nuestro país.

El libro de texto gratuito, en tanto principal insumo de la lectura escolar, es y debe ser la base para encontrar placer en la lectura extraescolar; además es indispensable que los lectores o potenciales lectores encuentren sentido al lenguaje escrito, lo que se logra con saber el significado de las palabras, así como de saber la utilidad de los signos de puntuación. Estas primeras bases se logran en la escuela e inciden fuera de ella.

Una persona que lee es mejor que una que no lo hace, pues despierta su capacidad crítica y estimula su capacidad creadora que comienza en la mente, en el pensamiento, en la ratio, cuyo ejercicio es una cualidad que define al ser humano. Lo que se decida hacer con el aprendizaje es motivo de otra discusión, que lleva de suyo el tema de la ética.

La 4T, en aras de hacer realidad la idea de la austeridad republicana ha decidido extinguir la Comisión de referencia, cuyas tareas y personal se fusionará a la editorial del Estado Mexicano, el Fondo de Cultura Económica (FCE). Por cierto, el pasado 26 de enero de 2019, en Macarito, Sin., el presidente de la república y el Director del FCE presentaron la estrategia para incentivar la lectura en el país, a partir de tres ejes: reforzar la lectura por todos los medios, construir puentes para que haya mayor acceso al libro y lanzar una gran campaña promoviendo la lectura. Lo anterior, implica bajar el costo del libro.

Hago votos para que la estrategia funciones y revertir el vergonzoso lugar 107 de 108 que México ostenta en el índice de lectura que refiere la UNESCO.

Entretanto, conmemoremos la creación y, sobre todo, la buena labor, de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, cuyo trabajo resulta esencial para el México del presente y del futuro. Hacemos votos para que los servidores públicos que definan contenidos de libros de texto gratuito lo hagan lo más científicamente posible, (por tanto, con apego a la verdad) acorde a la capacidad intelectual de los estudiantes.

germanrodriguez32@hotmail.com

La gratuidad en la educación primaria es un mandato establecido en el texto constitucional original de 1917, concretamente en su artículo tres, hoy previsto en la fracción IV del mismo numeral («Toda la educación que el Estado imparta será gratuita»). Se trata de un ejemplo más de cómo el Constituyente de aquel año logró positivizar (crear una norma obligatoria) una aspiración/necesidad del pueblo mexicano, consciente de que la educación debe ser el motor de desarrollo de todas las sociedades. Así, con la incorporación a la Ley Fundamental de la gratuidad en la educación, entre otras garantías sociales, México estuvo en el epicentro mundial, pues su Carta Magna era la primera en incorporar este tipo de derechos o garantías (las sociales), rebasando las hasta entonces obligatorias, las individuales.

El principal instrumento para educar -y quizás el más eficaz- es el libro. Por ello, un día como hoy 12 de febrero, pero de 1959, siendo presidente de la república el Lic. Adolfo López Mateos, se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, organismo público descentralizado sectorizado a la Secretaría de Educación, responsable de la edición (que lleva de suyo la supervisión de contenidos), publicación y difusión de estos invaluables apoyos didácticos.

En los últimos años, a juicio de Francisco Martín Moreno, magistralmente consignado en su libro México engañado (Planeta, 2015), la Comisión ha bajado sustantiva y significativamente la calidad de su trabajo. En la obra de referencia, el novelista histórico lanza agudas y fundadas críticas negativas al trabajo de esta autoridad colegiada, señalando que engañan, manipulan y ocultan la realidad histórica de nuestro país.

El libro de texto gratuito, en tanto principal insumo de la lectura escolar, es y debe ser la base para encontrar placer en la lectura extraescolar; además es indispensable que los lectores o potenciales lectores encuentren sentido al lenguaje escrito, lo que se logra con saber el significado de las palabras, así como de saber la utilidad de los signos de puntuación. Estas primeras bases se logran en la escuela e inciden fuera de ella.

Una persona que lee es mejor que una que no lo hace, pues despierta su capacidad crítica y estimula su capacidad creadora que comienza en la mente, en el pensamiento, en la ratio, cuyo ejercicio es una cualidad que define al ser humano. Lo que se decida hacer con el aprendizaje es motivo de otra discusión, que lleva de suyo el tema de la ética.

La 4T, en aras de hacer realidad la idea de la austeridad republicana ha decidido extinguir la Comisión de referencia, cuyas tareas y personal se fusionará a la editorial del Estado Mexicano, el Fondo de Cultura Económica (FCE). Por cierto, el pasado 26 de enero de 2019, en Macarito, Sin., el presidente de la república y el Director del FCE presentaron la estrategia para incentivar la lectura en el país, a partir de tres ejes: reforzar la lectura por todos los medios, construir puentes para que haya mayor acceso al libro y lanzar una gran campaña promoviendo la lectura. Lo anterior, implica bajar el costo del libro.

Hago votos para que la estrategia funciones y revertir el vergonzoso lugar 107 de 108 que México ostenta en el índice de lectura que refiere la UNESCO.

Entretanto, conmemoremos la creación y, sobre todo, la buena labor, de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, cuyo trabajo resulta esencial para el México del presente y del futuro. Hacemos votos para que los servidores públicos que definan contenidos de libros de texto gratuito lo hagan lo más científicamente posible, (por tanto, con apego a la verdad) acorde a la capacidad intelectual de los estudiantes.

germanrodriguez32@hotmail.com